"Un bilbaíno nace donde le da la gana", así reza un dicho popular que se adapta perfectamente al protagonista de estas líneas. Marko Banic llegó al mundo en Zadar pero nadie duda que actualmente se le puede considerar como un bilbaíno de origen croata. Su implicación en Gescrap Bizkaia y su adaptación a la ciudad que le ha acogido en los últimos 7 años ha sido modélica. Por ello, su adiós al equipo ha producido un impacto emotivo muy importante en la masa social del equipo bilbaíno.
Nacido el 31 de agosto de 1984, este ala-pívot de 2.04 de estatura se formó como jugador en el KK Zadar, donde pronto destacó en la Liga Adriática. Con tan solo 20 años se convertía en el 5º máximo anotador y reboteador de aquella competición, tras promediar 17.3 puntos y 6.5 rebotes por encuentro en la campaña 2004-05. No pasó desapercibido para los ojeadores de los clubes de la ACB y en el verano de 2005 fichaba por el Akasvayu Girona. El equipo gerundés, con overbooking de jugadores interiores en su plantilla, lo enviaba poco después cedido en el entonces denominado Lagun Aro Bilbao Basket. El equipo bilbaíno iba a comenzar su segunda campaña en la elite y había apostado por el joven talento balcánico. Ya que además de recibir al croata Banic, se había hecho con los servicios del base Ivan Koljevic y el ala-pívot Milan Majstorovic, ambos prometedores jugadores serbios. De la terna de jugadores balcánicos, Marko Banic fue el que, en un principio, creó menos expectación. Estaba lejos de la espectacularidad del alocado Ivan Koljevic y no tenía la planta y cualides físicas de Majstorovic. Lo suyo era basket a la antigua usanza; pura talento y técnica por encima del físico y lo espectacular. La apuesta por la pareja de serbios supuso un fracasó en toda regla. En el caso de Banic, su temporada fue discreta pero de rendimiento regular, sin altibajos, aportando 5.5 puntos y 2.3 rebotes por encuentro en la campaña 2005-06.
El cuerpo técnico del equipo bilbaíno quedó satisfecho de la labor realizada por el rookie croata y, una vez desvinculado de Akasvayu Girona, Bilbao Basket decidió quedarse con el jugador en propiedad y firmar un contrato por tres temporada. Se confiaba mucho en Marko y el jugador respondería con creces… El croata seguiría creciendo a la sombra de Fred Weis y Martin Rancik de forma lenta pero seguro. En la temporada 2006-07 aumentaría sus números a los 6.9 puntos y 3.9 rebotes por encuentro. La explosión como jugador de Banic en la ACB llegaría en una campaña histórica para Bilbao Basket, la 2007-08. En aquella temporada, bajo la batuta del recordado Marcelinho Huertas, el equipo bilbaíno se colaría entre la primera línea del basket español. Comenzaría la campaña siendo finalistas en la Supercopa que se organizó en el Bizkaia Arena, acabaría el año como sorprendente líder de la clasificación de la ACB, alcanzaría las semifinales de la Copa del Rey en su primera participación y debutaría en el playoff por el título. Los números de Banic ascendían ya a unos respetables 10.2 puntos y 5.4 rebotes. Su peso en el equipo crecía como el aprecio por el jugador por parte de la afición de Bilbao Basket.
A partir de ese momento, Marko Banic sería actor principal en los históricos logros que Bilbao Basket ha ido logrando durante esté último lustro: desde las dos semifinales de Eurocup de 2009 y 2010, hasta la final de la ACB del curso pasado, incluyendo la espectacular irrupción del equipo bilbaíno en su primera participación en la Euroliga. A nivel individual, su labor en la cancha sería premiada con dos inclusiones en el Quinteto Ideal de la Eurocup (2009 y 10) y nada menos que el MVP de esta competición continental en 2010. Además, su rendimiento en Bilbao le haría ser convocado para la Selección croata absoluta, lo que le permitiría tener el honor de vivir la experiencia de unos Juegos Olímpicos (Pekín 2008).
Respetado por compañeros y rivales, el croata continuaría siendo estandarte del equipo en sus diferentes proyectos. De los Weis, Rancik, Huertas, Recker, Paco Vázquez o Salgado, se pasaría a los Mumbrú, Aaron Jackson, D’or Fischer... y Marko Banic sería uno de los pesos pesados de la plantilla tanto en la cancha como dentro del vestuario. Un jugador con el que la afición de podía identificar, no solo por su rendimiento en pista, sino también por su compromiso con el club y cercanía con sus seguidores.
Ahora, a los 27 años y tras 245 partidos en la ACB/Liga endesa (a 10.2 puntos y 4.4 rebotes por actuación de media), 4 partidos de Copa del Rey, 3 de Supercopa, 32 choques de Eurocup y otros 20 de Euroliga, Marko Banic da por cerrada una etapa en Bilbao en busca de nuevos aires baloncestísticos, más que posiblemente fuera de nuestras fronteras. Sin embargo su legado permancerá presente por mucho tiempo en la ciudad vasca. Nuevos jugadores de calidad incuestionable llegarán, pero en Miribilla no se podrá olvidar lo que el croata aportó al crecimiento de Bilbao Basket. El hueco que deja será muy cimplicado de cubrir en los deportivo, pero imposible de hacerlo en lo humano. Allá donde vaya, siempre seguirá siendo un Hombre de Negro.
Marko en el momento de su despedida (Dpto de Comunicación de Bilbao Basket):