Dicen que los comienzos nunca fueron fáciles, aunque bien es sabido por todos que sencillo es, simple y llanamente, lo que uno simplifica. Compromiso. Suena fácil. Directo. La práctica suele distar de la teoría, pero a la marea azul guipuzcoana le gusta confiar en que la palabra que más ha repetido este nuevo GBC, -compromiso-, irá más allá de los posters y pancartas promocionales en este nuevo comienzo.

Para algunos termina una era; la era Sito Alonso, la era Javi Salgado, la era Raul Neto o incluso la efímera pero intensa era Jason Robinson. Nombres de peso salen de San Sebastián abriendo una nueva etapa que lejos de afrontar a tientas, entre penumbra, llega para este curso con firmeza y determinación. Los hombres más altos de Gipuzkoa tenían clara su elección entre luces y sombras, y a un paso de arrancar a andar, ninguno siente temblores en sus rodillas.

Algunas despedidas fueron complicadas, nostálgicas e incluso dolorosas, pero todo sea dicho, las bienvenidas han caído bastante dulces por estos lares, y ya lo saben, un clavo saca a otro clavo, o eso dicen. A los Alonso, Salgado, Neto, Robinson, Ramsdell y Winchester: adiós y sobre todo, gracias por los servicios prestados.  Quienes llegan, –y  no a ocupar su lugar, sino a escribir nuevas páginas de historia–, Dean, Jordan, Franch, Grimau, Díez, Iarochevitch y sobre todo Ponsarnau: bienvenidos a casa.

Decían que el presupuesto era escaso –y lo es–, que seguiríamos sin patrocinador principal –y así ha sido–, y que con la gente saltando del barco, el naufragio estaría  garantizado –y en este punto es, señores, donde la cosa difiere–. El Gipuzkoa Basket no es el Real Madrid, ni el Barcelona, ni quiere serlo. La idea del club modesto y comprometido que reside en San Sebastián no promete a sus aficionados una vitrina sobrecargada con galones y condecoraciones. Aquí, solo se promete una cosa: compromiso, entrega, lealtad, honor, sentir una camiseta y no morir de rodillas. Les presentamos a continuación a los encargados de llevarlo a cabo:

BASES: JARED JORDAN Y JOSEP FRANCH

Que les entreguen la batuta.  Con Jared Jordan (1’88m, 29 años) y Josep Franch (1’93m, 23 años) el Gipuzkoa Basket tiene el reparto de juego asegurado. Jordan vive su primer idilio con la Liga Endesa tras practicar su baloncesto en modo mago de la asistencia en la para él ya conquistada Bundesliga alemana. Con el de Hartford, los guipuzcoanos encontrarán generosidad en cada acción del juego, una tremenda visión de partido y una gran facilidad para repartir pases de canasta y encontrar al hombre mejor situado de cara al aro. Anotador modesto y correcto defensor, Jordan se muestra como un jugador completo que sumará enteros en experiencia en una de las plantillas más jóvenes e inexpertas de la competición.

La premisa de Franch estaba clara desde su presentación como nuevo jugador guipuzcoano. El catalán llega a San Sebastián con una declaración de intenciones que pasa por “hacer la mejor temporada de su vida”. Palabras mayores en un proyecto que busca sacar lo máximo de sí mismo al encontrar el equilibrio perfecto entre la humildad y la ambición. A sus 23 años, Franch ataca el aro con confianza y arma el juego de su equipo con una alta capacidad de liderazgo y una buena visión de juego.

Valoración solobasket: la responsabilidad de los bases es, si cabe, mayor que la de cualquier otro jugador en pista para una filosofía de juego como la de Jaume Ponsarnau. Los directores se encuentran ante la complicada tarea de suplir a dos batutas como las de Neto y Salgado aunque, de momento, ya cuentan con la bienvenida de la afición.

ESCOLTAS: TAQUAN DEAN Y MIKEL MOTOS

“No days off. No seconds wasted”. Taquan Dean (1’93m, 31 años), jugador franquicia. No hay más, no hay menos. El ex de Louisville está llamado a ser dueño y señor de la ofensiva de este equipo. En un grupo con carencias ofensivas, el de New Jersey llega para sumar y no sólo desde la larga distancia. Su físico privilegiado le otorgará ventajas frente a su par y su entusiasmo, pasión y liderazgo le entregarán las riendas de un grupo que trabajará al amparo de su veteranía.

Si hablamos de Mikel Motos (1’93m, 21 años), hablamos de coraje, defensa, esfuerzo y marca de la casa. Con tan solo 21 años, el donostiarra se ha ganado un puesto de veterano dentro del combinado blanquiazul que lo convierte, a estas alturas, en uno de los referentes del euskolabel guipuzcoano. Con un peso específico en el grupo cada vez de mayor responsabilidad, Motos tendrá que dar un paso adelante que seguro asumirá con la valentía por bandera.

Valoración solobasket: Las comparaciones son odiosas, y no son pocos quienes de momento, vienen a echar de menos a Jason Robinson en el rol de jugador franquicia. Taquan Dean es Taquan Dean, y eso es una gran noticia. Si el físico le respeta, conocerán a un tipo trabajador, comprometido, responsable, intenso y de gran pasión dentro de la cancha. Señores, van a vibrar.

ALEROS: DANI DÍEZ Y JORDI GRIMAU

Dani Díez (2’01m, 21 años), vuelve a la que ha sido su casa de adopción fuera del Real Madrid de sus amores. San Sebastián es su segundo hogar, y la del GBC su segunda camiseta, pero el joven madrileño defenderá la blanquiazul como su primera bandera en una dinámica de grupo que por primera vez en su carrera le ofrecerá minutos de calidad y una continuidad regular en la configuración de los roles de equipo.

Jordi Grimau (1’96m, 31 años), llega para hacer el trabajo sucio. El catalán cuenta con la ventaja de conocer bien a su guía en este viaje; su relación con Ponsarnau sirve como aval para un trabajo de fontanería que a buen seguro salvará a su grupo de un buen atasco en más de una ocasión. Grimau estará, allá donde se le necesite. Partirá de una posición que a priori no es la suya, pero las necesidades y la configuración del grupo llevarán al escolta a doblar posición entre el 2 y el 3.

Valoración solobasket: juventud y veteranía. Casi todas las posiciones del cuadro de Ponsarnau cuentan con ese equilibrio. Díez moldeará su talento en forma de minutos bien aprovechados. Fuerza y ganas de crecer marcaran el carácter del joven madrileño que encontrará en Grimau un buen referente en cuanto a la tranquilidad que aporta la experiencia y el saber estar.

ALA PIVOTS: WILL HANLEY Y IOANN IAROCHEVITCH

En su segundo año de contrato, Will Hanley (2’01m, 24 años), se muestra aún como un diamante en bruto a falta de un buen tallado. Energía, buen juego sin balón, capacidad ofensiva moderada y muchos detalles que pulir. El de Connecticut tiene buena mano, buenas intenciones y mucho trabajo por delante que podría traducirse en agradables sorpresas para este curso.

Seguramente, Ioann Iarochevitch (2’07m, 25 años), aterriza en este grupo como el mayor desconocido para la afición. El belga es joven, dinámico, con una buena visión de juego para su posición y con una buena muñeca. Tendrá que trabajar duro y estar donde se le pida.

Valoración solobasket: los agujeros de este equipo suelen aparecer año tras año en las posiciones interiores y en esa línea nos movemos para este curso 2014-2015. Aunque a priori la posición de cuatro no queda falta de talento, tenemos por delante el reto de canalizar de forma positiva el exceso de energía de Will Hanley mientras Ioann Iarochevitch encuentra su rol dentro del grupo (rebote y defensa principalmente).

PIVOTS: DAVID DOBLAS, JULEN OLAIZOLA Y GORAN HUSKIC

David Doblas (2’06m, 33 años), es sinónimo de Gipuzkoa Basket. 33 años, de Pedreña, y donostiarra de adopción. Hablar de David es hablar de la élite de esta competición jugando de espaldas al aro, es hablar de superioridad física, pasión, entrega, garra y capacidad ofensiva. Pero sobre todo, hablar de David es hablar de historia de este club, de alma, de filosofía de grupo, de contagio de valores, mecánicas de grupo e idiosincrasias. David sabe de qué va la cosa en Gipuzkoa, lo sabe mejor que nadie. Su tarea, más allá de los 40 minutos de cada domingo, trasciende hasta la conexión de la intimidad del vestuario y una estrecha relación con la grada. David es GBC.

Julen Olaizola (2’02, 21 años), donostiarra de pro y como Mikel, joven veterano dentro de este club, se encuentra en este curso ante el reto de quitarse los miedos, de creer en sus posibilidades, en su trabajo fuera de la cancha y trasladar esa confianza a cada uno de sus minutos de juego.

Por su parte Goran Huskic (2’10m, 22 años), echará una mano de manera irregular, cumplirá un papel de necesidades especificas cuando el partido así lo requiera. La torre de 2’10m de altura cuenta con su tamaño a su favor y un margen de mejora y progresión en el que este GBC confió el curso pasado como futura promesa. Se espera de él un paso más al frente.

Valoración Solobasket: un año más la sensación a priori es que Doblas se encuentra relativamente sólo en la pintura. El cántabro es un seguro de vida difícil de limitar e imposible de noquear. David lo da todo, lo abarca todo y lo puede todo, pero necesita ayuda y minutos para descansar. Los rivales lo odian, su afición lo ama. Julen y Goran tendrán en cualquier caso la responsabilidad de echarle una buena mano en sus ratos de descanso o compartiendo minutos en pista.