Esfuerzo: empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades. Eso dice la RAE, aunque importa más lo que diga Sito Alonso. Con un equipo modesto sobre el papel pero dibujado a su medida, el técnico de moda construye un proyecto de los que permiten echar las alas al vuelo y soñar con la épica de los héroes.
Tras una campaña negra, San Sebastián respira ilusión, compromiso, baloncesto; y lo hace, al margen de unos resultados que pueden ser los mejores de su historia en caso de cerrar con victoria la primera vuelta el próximo domingo. Los guerreros de Sito Alonso tienen la Copa del Rey al alcance de su mano por segunda vez en tres años. En medio, el descenso y un sinfín de historias para el olvido, pero eso, son cosas del pasado. Ahora es tiempo para soñar.
¿Cómo se engrasa la maquinaria para pasar del descenso a tocar la Copa del Rey con la punta de los dedos de una temporada para otra?
Primero no cometiendo los errores del pasado. Algunos eran imposibles de evitar porque no dependían ni del club ni de mí mismo, pero otros sí era posible suprimirlos. Lo importante es analizar lo que tú puedes dominar, lo que has cometido como error, y saber qué jugadores necesitas en tu plantilla. Yo soy un entrenador que necesita un tipo de jugador muy especial, muy concreto. No se trata de que con otros jugadores el equipo no pueda rendir, sí puede hacerlo, pero en este tipo de club, con los problemas económicos que tenemos, como no tengamos una parte de sentimiento fundamental en el crecimiento, de hambre, de que el jugador quiera demostrar cosas, de aprender… la cosa es mucho más difícil. El año pasado no pudimos contar con este tipo de jugadores porque no tuvimos tiempo para hacerlo (el recorte en el presupuesto por parte de la Diputación de Guipúzcoa llegaba a dos semanas de empezar la pretemporada). Fichamos jugadores que podían servirnos, pero sin saber si de verdad querían jugar con nosotros. Eso fue el primer problema, y el segundo, el no tener toda la pretemporada para trabajar. La preparación te puede salir mal o bien, puedes jugar peor o mejor, pero con ella el equipo tiene la oportunidad de conocer sus propias reglas y eso nos faltó el año pasado, con apenas semana y media de pretemporada.
Aunque la calidad técnica de este equipo no sea de las mejores de la liga, están compitiendo contra titanes porque juegan creyéndose titanes.
El otro día se lo comentaba a los jugadores contra el Real Madrid. Creo que cada uno de los jugadores que hay en la ACB han sido lideres de un equipo en algún momento de su vida. De un equipo menor, seguramente, pero líderes en cualquier caso. Lo que yo les pido es que recuperen el carácter que tenían en ese equipo. No pueden jugar igual, porque la competición no es la misma y ahora están rodeados de otros jugadores que han jugado ese mismo papel en otros equipos, pero sí pueden volver a tener ese carácter que tuvieron para decir, yo soy capaz de hacer las cosas que mejor puedo hacer, y tengo que ejecutarlas al 100% sin renunciar nunca a ellas, y las que peor sé hacer las tengo que esconder y ponerlas en un punto en que el rival no pueda verlas con tanta facilidad. Si eres capaz de sacar ese carácter y confías tanto en ti mismo, entonces eres capaz de hacer cosas importantes; y hacer cosas importantes no es ganar o perder, sino competir cada día. Pueden llegar a perder un día de 30, nos ha pasado sólo un vez, pero puede pasar; pero ellos juegan con la intención de no sentirse inferiores a nadie como colectivo y eso es lo que puede hacer funcionar a un equipo.
El equipo está rindiendo muy por encima de lo que de él se esperaba. ¿La gente está en un error si coloca el objetivo del GBC entre los ocho primeros puestos a final de temporada, o el error está en colocarlo en la permanencia?
Muy poca gente se gana la vida como futurólogo, eso es una cosa muy complicada porque hay demasiadas cosas que escapan de tu control. Lo digo siempre, las cosas que no dependen de mí mismo no puedo dominarlas y generalmente ni siquiera pierdo el tiempo en hablar de ellas. No sirve de nada decir que el Madrid va a ganar la Euroliga, porque no lo sé. Quién sabe si ahora al Madrid se le van a lesionar dos jugadores -ojalá no pase-, y todos los pronósticos no sirvan de nada. Yo creo que dar un pronóstico acerca de lo que puede conseguir un equipo siempre es un error. Suena a tópico cuando muchos entrenadores decimos que debemos centrarnos en el día a día, pero ya ni siquiera te hablo del día a día, te hablo de que lo único que quiero es que mis jugadores sean los mejores, que cuando acabe el año cada uno de ellos haya demostrado que puede dar un nivel máximo con respecto a lo que ellos daban. Quiero que haya jugadores que hayan llegado con un nivel cuatro y se vayan con un nivel siete y que no bajen de ese nivel. Si no bajan de nivel y todos suman, el equipo puede conseguir cosas que nadie imaginaba. Pero hay muchas cosas que no puedes controlar en este tipo de previsiones.
Jason Robinson es la columna vertebral del GBC, pero sin él llegó a mirarse de frente a todo un Real Madrid. ¿Un equipo llega a ser un equipo como tal cuando puede funcionar incluso sin su líder?
Sin duda, sobre todo cuando su líder enseña la manera de ser líder. Antes de salir a jugar contra el Madrid hablábamos de que todos teníamos que suplantar a Robinson pero debíamos hacerlo sin olvidarnos que lo que no es Robinson es egoísta. No podemos suplantar a nuestra estrella pensando que tiene que haber jugadores que crezcan en egoísmo para suplir esa eficacia anotadora que él tiene. Si él falta, todos debemos dar su mismo nivel de solidaridad tanto en defensa como en ataque y además coger algún tiro que habitualmente no coges porque lo coge él. Cuando no se depende de un líder egoísta, los demás pueden demostrar que incluso sin él pueden funcionar tan sólo con una pizca más de responsabilidad ofensiva y a veces incluso de suerte. Contra el Madrid asumieron esa responsabilidad pero no llegaron a encontrar del todo ese acierto que a veces falta.
Es cierto que los roles están muy definidos en este equipo, pero cuando uno no cumple a pleno rendimiento con sus obligaciones, siempre hay otro dispuesto a aportar el 120%. ¿Cómo se consigue ese equilibrio?
Lo consiguen conociendo las necesidades del colectivo. Cuando cada uno conoce el rol del otro, y lo conoce porque lo ha asumido y lo hemos hablado todos de manera conjunta, si falta un jugador todos sabemos lo que estaba dando, y por lo tanto, lo que tenemos que suplir. Cuando David no está en cancha por faltas, cuando Neto tiene un problema en un tobillo o cuando nos falta Jason, todos conocen el porcentaje que el entrenador pide a ese jugador en ataque o en defensa y que ahora ellos lo tienen que compensar. Creo que es el conocimiento de que cada uno sabe lo que tiene que hacer lo que nos hace suplir las bajas con mayor facilidad.
Anthony Winchester. Tengo que preguntar por él. Me consta que se está dejando la piel trabajando por superarse, pero los tiros siguen sin entrar.
Yo creo que lo que hace Anthony es muy difícil. Yo siempre he dicho que eso sólo lo puede saber un tirador y en cambio mucha, muchísima gente, habla de los tiradores cuando en su vida han sido tiradores. Yo que he tenido la suerte de estar con alguno de ellos sé lo que pueden pensar internamente y sé que ellos más que nadie quieren meter. Quizá el porcentaje de Anthony no está siendo el deseado, pero eso no le afecta para nada en el trabajo diario, en el trabajo colectivo, ni en el trabajo de ningún partido ni ninguna decisión que tome posteriormente. Para mi, eso es un ejemplo a seguir. Está preparado para ejecutar cualquier tipo de acción pase lo que pase, sin depender del resultado anterior, y no cualquiera está preparado para eso. La gente es muy resultadista, y generalmente su resultado anterior condiciona lo que va a hacer luego. Con Anthony eso no pasa. El día que meta siete triples seguidos ya veremos qué pasa, pero yo estoy muy contento con él. Realiza unos esfuerzos increíbles.
El equipo sólo depende de sí mismo para ganarse un puesto en Málaga. ¿El domingo van a por la Copa?
Vamos a por la Copa. Es cierto que yo tenía un objetivo diferente para el partido de Estudiantes y ahora se ha añadido el de la Copa, porque está ahí. Mi objetivo es intentar acabar la primera vuelta a seis partidos del descenso. Es un objetivo real para nosotros que nos puede dar una seguridad para afrontar la segunda vuelta con más tranquilidad y no tener una presión que pueda perjudicar el rendimiento del equipo. Este objetivo es lo que vamos a buscar a Madrid, pero resulta que nos hemos dado cuenta que si ganamos, vamos a la Copa. Vamos a intentarlo como sea, por el primer objetivo y por un premio que nos va a saber a gloria. Serviría para muchas cosas, para que el ego de los jugadores crezca, para que se sientan cómodos, para que disfruten cosas que no van a disfrutar en la vida… una Copa es diferente a todo. Serviría también para encontrar patrocinio. No creo que el patrocinio vaya sólo de la mano con los resultados, porque si no habríamos tenido mil patrocinadores hace dos años y ninguno el año pasado, pero es cierto que ayuda. ¡Imagínate que ganamos!, ¿vamos a seguir sin patrocinador en Guipúzcoa?. Por todo esto estamos muy ilusionados, pero lo más importante para mi es el primer objetivo.