Casimiro salió con Paulí y McKissic como titulares, para defender a Paco Cruz y a Eyenga, respectivamente y la apuesta fue positiva en los primeros minutos. Paulí, además de defender muy bien al escolta mexicano, fue el líder del ataque amarillo, con una gran energía y tomando buenas decisiones. El Granca estaba dando su mejor versión defensiva, anulando la mayor parte de las acciones ofensivas del rival, con una gran actividad y la implicación de todos los jugadores. Un parcial de 11 a 0 fue cortado con un triple de Vargas y espoleó al ataque de los fuenlabreños, que estaba en unos números pobres (24-14). Dos triples de Oliver y Seeley, en el primer minuto del segundo cuarto, puso la máxima diferencia en el marcador y obligó a Néstor García a pedir un tiempo muerto mucho antes de lo que a él le hubiese gustado. Los puntos de Paco Cruz dieron un poco de aire a un Montakit ante un Herbalife que no pudo mantener el nivel ofensivo de los primeros doce minutos de juego. Los madrileños no conseguían anotar con regularidad y ningún jugador aparecía para liderar a los suyos y romper el dominio de la defensa del Gran Canaria (44-29). Los dos equipos salieron con más decisión en ataque y se vieron los minutos con más acierto y el Granca también salió vencedor de esta corta batalla, con Paulí finalizando con bandejas buenas jugadas de los amarillos y Eriksson, con su primer triple, daba la mayor ventaja a su equipo. Eyenga y Cruz lo intentaban por parte del Fuenlabrada, pero sus pérdidas y el buen momento ofensivo del Gran Canaria, minimizaron su capacidad de reacción (70-45). La actitud del Herbalife seguía siendo muy positiva, a pesar de la enorme ventaja con la que contaban. El último cuarto se convirtió en un intercambio de golpes en el que el aficionado pudo gozar con acciones espectaculares y en el que el Fuenlabrada aprovechó para que la ventaja no siguiera creciendo (87-65),
