La primera jornada de liga había acabado con ambos protagonistas derrotados. El Movistar Estudiantes fue sometido por un contundente Kirolbet Baskonia (105-82) y el Gran Canaria por un sólido Casademont Zaragoza (73-79). Estos dos equipos planeaban un duelo vital para conseguir su primera victoria y así volver a recuperar las buenas sensaciones que ambos dieron en pretemporada.

El encuentro comenzó con un gran WiZink Center apoyando al equipo madrileño y felicitando a varios integrantes de ambos equipos que fueron partícipes del Oro ganado por la selección española en el Mundial de China. El “Estu”, último en la clasificación, quería obtener su primera victoria en casa delantes de los suyos. Un gran alley-oop de Arteaga machacó primero el corazón del Gran Canaria. Después de 2 minutos sin anotar, los visitantes ya saboreaban por fin la canasta sabiendo manejar la situación tras la gran defensa inicial de los madrileños. Nos íbamos al ecuador del primer cuarto con un tiempo muerto del conjunto de Dzikic tras ir abajo con un 6-14 y sin saber frenar al reparto de juego de Omar Cook (4 asistencias) y el acierto de Costello (7 puntos). El base americano Pressey no conseguía resaltar sus virtudes, fallando demasiado y llegando al banquillo con un 0-3 desde el perímetro. Darío Brizuela (7pts, 2 reb , 2 asis) parecía compensar el tanteo tras un magnífico contraataque. Las faltas personales perjudicaban por los dos lados con la cifra de 6 en ambos conjuntos. El final del primer cuarto acababa con una igualdad en el marcador que no se veía en todo el comienzo (19-21).

El segundo cuarto tenía en pista otra vez a los dos protagonistas del cuadro insular en el Gran Canaria. Cook y Costello eran la voz cantante, y el nigeriano Okoye anotaba su primer triple para volver el marcador al +5. En los de azul, Scrubb decidió cual francotirador con un tiro de 3 en suspensión y, de seguido, una canasta luchando hasta el final poniendo el 27-27. La guerra parecía cosa del empate continuo debido a grandes defensas y abuso del juego estático. Con el muro de Rabaseda (4reb) en Gran Canaria, los madrileños decidieron apostar sin suerte otra vez por los triples (3-11). Juan Palacios no era el salvador del equipo (-2 de valoración), pero imponía respeto y alguna canasta, aunque con dificultades. Quedando un minuto para el ecuador del partido los canarios encontraban ese punto de fractura otra vez en la pintura (31-37), pero Darío Brizuela volvió a poner otra vez el partido igualado con un brutal mate tras la tercera asistencia de Pressey. La igualdad prácticamente en casi todos los aspectos hacían del duelo un “tuya, mía” dejando todo por decidir en los proximos cuartos (35-39).

Comenzaba la segunda mitad del partido con los colegiales anotando primero en un parcial de 7-2. Se ponían por primera vez por encima en el marcador, aunque la felicidad no les duraría demasiado. Los de Katsikaris querían seguir manteniendo la llama viva,  pero a mitad de cuarto Brizuela se sacaría de la manga un triple y, más tarde, una bandeja forzada que alejaba el marcador a favor de los madrileños (49-41). Juan Palacios seguía manteniendo ahora el marcador en +9 para los colegiales mientras que los canarios esta vez, ahora se veían sin salida posible. Todo ello gracias a la buena defensa diseñada por Dzikic que sin ninguna duda había sido uno de los retoques durante el descanso y con charla incluía en el vestuario. Quedando 2 minutos, Rabaseda bajaba la diferencia con los tiros libres pero los locales seguían actuando cual Muro de Berlín, permitiendo casi lo mínimo a la bestia griega Bourousis (4pts). Un nuevo intercambio de triples nos llevó al último minuto del cuarto y con la falta antideportiva de Arteaga ponía a todo el público a gritar de desconcierto. La decisión del árbitro hizo estar ahora más cerca a los insulares con un 59-56.

Dos puntos y una asistencia de Scrubb situaban a los canarios en un apuro que igual no esperaban. Con el triple de Dukan ya no había duda de que el Movistar Estudiantes se sentía más cómodo, yéndose en el marcador diez puntos arriba (66-56). En los siguientes minutos el Gran Canaria daría hasta la última gota de sudor haciendo un acercamiento bestial y llegando a estar tan sólo a un punto abajo poco después (68-67). En los tres últimos minutos apareció la necesitada figura de Beirán que hacía lo que quería con Pressey en el poste bajo. Ruido y más ruido era lo que se sentía en el estadio con Brizuela como general de los ejércitos estudiantiles. Llegados al último minuto, la batalla igualada llegaba con el 73-71. Un triple de Kenni Kadji hacía saborear la victoria a los locales aunque una presión cada vez más fuerte de Beirán y Costello permitía a los suyos aguantar con el 76-73. En los 3 segundos finales, el mejor de los amarillos Costello, recibía la 5ª falta personal. Los dos últimos tiros libres de Darío Brizuela pusieron el punto y final a un encuentro muy disputado. La primera victoria del Movistar Estudiantes en la Liga Endesa llegaba con un marcador de 82 -78.