Comenzaba el partido con ambiente de duelo grande en el Coliseum Burgos, con la afición local sabiendo de la importancia de su apoyo y con un San Pablo Burgos muy concentrado en la cancha, midiendo cada defensa y con la lección bien aprendida.

Y le funcionó muy bien, especialmente a un inspirado Earl Clark del que se esperaba un punto más de intensidad y liderazgo y que aportó precisamente eso: pidió el primer balón en ataque y peleó duro en la pintura por cada rebote. San Pablo Burgos quería abrir el campo y buscar oportunidades de 3, mientras Casademont Zaragoza quería mover rápido el balón por fuera y generar ocasiones para sus jugadores interiores.

Los de Peñarroya insistían en la defensa sobre los maños, especialmente sobre Carlos Alocén, seguido de cerca por Benite y Bassas y con JP Tokoto que cambiaba los vuelos hacia el aro por el tiro triple, algo que había enseñado poco esta temporada pero que sirvió muy bien en el primer cuarto.

La entrada de Jonathan Barreiro cambió el rumbo del primer cuarto. El alero defendió duro y se atrevió a lanzar a canasta cuando tuvo opciones, recortando distancias y poniendo el 16-14 en el marcador. Los locales corrigieron los cambios en ataque, liberaron a Tokoto y, sobre todo, a un recién incorporado Thad McFadden que anotaba 2 triples consecutivos para romper un poco el marcador. Con 25-16, Porfi Fisac pedía tiempo muerto a falta de 52 segundos para el final del primer cuarto. Los ajustes del entrenador de Zaragoza y la entrada en pista de Vit Krejci dieron vida a los suyos, con 4 puntos muy rápidos y un 25-20 más ajustado de lo que las sensaciones del primer periodo indicaban.

En el segundo cuarto fue nuevamente Jonathan Barreiro el encargado de generar tiros para los suyos, con Casademont Zaragoza mucho más intenso en defensa y San Pablo Burgos cayendo en la ‘trampa’ del correcayes por la pista. Precisamente fue Krejci quien puso a Zaragoza por delante (27-28) iniciando un intercambio de golpes y cambios de liderato con Earl Clark volviendo a ser el líder de los azulones.

Ferrán Bassas desatascó el juego de anotación de los burgaleses a través de un par de triples con mucha confianza mientras Clark seguía ganando confianza en ataque. Las cosas pintaban bien para el conjunto local hasta que ese intercambio de golpes empezó a ser desfavorable a Burgos, que notaba el cansancio, y Zaragoza encontraba a un inspirado DJ Seeley que había estado desaparecido hasta el momento. Final de la primera mitad, 37-42.

El descanso sentó mal a ambos equipos, aunque bastante peor a San Pablo Burgos. Los locales sufrieron mucho para anotar ante la intensidad defensiva de Zaragoza, que prefería ceder tiros exteriores (en los que San Pablo no estuvo horrible, pero tampoco muy acertado) y blindar su pintura.

Los de Peñarroya compensaron esa falta de acierto con intensidad en defensa y sólo al final del cuarto, forzando penetraciones para ir a los tiros libres, recortaban un poco la diferencia y mantenían a San Pablo en partido: 51-57.

En el último asalto, Nico Brussino anotaba dos canastas fáciles y rápido, mientras Burgos compraba el más difícil todavía, más aún cuando castigaban a Thad McFadden con una técnica y Augusto Lima hacía su 5ª falta personal a falta de 8:30 para el final del partido.

San Pablo Burgos se notaba bajo de ánimos y se encomendó a Vitor Benite para desatascar sus movimientos ofensivos. Sin embargo, Casademont Zaragoza mandaba en todos los aspectos del juego, incluídos los rebotes ofensivos. La distancia no era muy grande y un par de buenas defensas por parte de los locales y el juego en penetración de Benite y Bassas forzaban la remontada desde el tiro libre.

Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano, ya que JP Tokoto falló la canasta que pudo poner a Burgos a un punto (o empatar si el tiro era exterior, con 69-72) y una canasta a media distancia de Justiz sentenciaban un encuentro más sufrido para los maños de lo que indica el resultado, pero que ganaron justamente.