Las defensas marcaron el inicio del partido. El Barça obligaba al Granca a tirar desde fuera, cerrando la zona y los locales respondieron con un acierto fuera de lo habitual. Tomic era el único entonado del Barça frente a una defensa rápida e intensa del Herbalife. Pesic comenzó antes con las rotaciones y su equipo mejoró, sobre todo en defensa, con la entrada de Claver y Davies. Ninguno encontró ritmo ofensivo, lastrados por los malos porcentajes en tiros de tres (15 a 20).
El Granca seguía peleando, con una gran presión defensiva, que ponía en apuros a los jugadores visitantes y manteniéndose a distancias cortas. Los problemas con las faltas de Tomic y Davies y la ausencia de Mirotic, que se quedó en Barcelona, provocaron que Smits y Pustovyi formaran el juego interior de los catalanes. Las habituales pérdidas del Herbalife y los tiros libres dieron al Barça su mayor renta, mientras en el Granca solo Burjanadze parecía acertado, mostrando varias de sus habilidades ofensivas (36 a 42).
El Barça salió con algo más de energía tras el intermedio, metiendo muchos balones cerca del aro a Tomic y un triple de Oriola llevó la ventaja por encima de la decena. El Granca como siempre, con pocas ideas en ataque, viviendo de jugadas individuales y un juego en el que las ventajas que generan a través del movimiento de balón, acaban con tiros de los jugadores preferidos por el rival. El Barça rompió el partido sin tener que acercarse a su verdadero potencial (51 a 64).
Aunque la ventaja no llegaba a la veintena el partido estaba totalmente decidido. Pesic no dejaba relajarse a sus jugadores a pesar de la renta a favor y de las sensaciones. En el Granca no aparecía nadie para servir de ejemplo al resto y seguir compitiendo.