Jugadores de baloncesto fallecidos

"Lorenzo Charles batió a Goliat con su propia medicina y ayudó a marcar el inicio del juego por encima del aro que ha formado parte importante del juego de la NBA" (Derrick E. Vaughan, fundador de la National Basketball & Hip-Hop Culture Month).

Si Keith Smart fue considerado "The shoot", en la final universitaria que enfrentó a los Hoosiers contra los Orangemen en 1987, Lorenzo Charles será recordado por "The dunk". Un mate suyo, cazado al vuelo tras un lanzamiento de su compañero Derek Wittenburg, permitía a los Wolfpacks de Valvano lograr su segundo título universitario. Lo hacían ante un gigante de la época, los Cougars de Houston, comandados por Akeem Olajuwon y Clyde Drexler. Palabras mayores: se trataba del Phi Slama Jama.

Charles nació en 1963, en Brooklyn (New York) y jugó en el estado de North Carolina, para la universidad estatal (NCS). Fue decisivo en el título universitario. El para muchos considerado mejor jugador de todos los tiempos también nacía en el 63, en Brooklyn, pero jugó para Dean Smith en los Tar Heels, y también dedició un título.

Sus carreras nada tuvieron que ver. Lorenzo Charles era un portento físico. Como se apunta en estos casos, una fuerza de la naturaleza. El otro era un talento puro, diseñado al milímetro para jugar al baloncesto, un amasador de anillos.

Charles fue elegido por los Hawkspick #41 del draft del 85- después de promediar 18 puntos y 7.5 rebotes en sus dos últimos años en North Carolina State. Jugó 36 partidos, a razón de 7 minutos por partido. Sus 2 metros justos no le servían en la NBA, pese a su esculpido cuerpo. Decidió, entonces, dar la vuelta al mundo.

Sus números en Cantú (entonces Arexons) recordaron a su año junior en la NCAA (18.9 puntos y 7.8 rebotes). Allí coincidió con mitos del pallacanestro como Dan Gay, Antonello Riva, Pierluigi Marzorati... Una temporada después, en el Irge Desio, se iría hata los 20.4 puntos y 9.3 rebotes. Decidió entonces volver y pasó dos temporadas en la CBA, la liga continental americana que hacía las veces -salvando las diferencias- de la D-League de ahora.

De ahí al Aratt Upsala sueco para recalar en las filas del Ferrys Llíra, en la ACB, en la temporada 91-92. Sería el compañero inicial del jamaicano Wayne Sappleton, un pívot que dejó un buen recuerdo. Paso efímero por la capital de la música. Tan sólo duró los 4 primeros partidos: Cuatro derrotas de los edetanos. Su último encuentro fue contra el Oximesa Granada. Dos encuentros antes se había enfrentado con su antiguo compañero en los Wolfpacks, Cozell McQueen, enrolado en el CAI Zaragoza. Sumó 21 de valoración, con 11 puntos (4/4 en t2) y 14 rebotes. Necesitaban más anotación desde al pintura y el bueno de Charles era incapaz de proporcionarla.

Acabó jugando en el Cono Sur (Uruguay y Argentina), después de idas y venidas a USA para jugar en ligas menores; después de pasar por Israel y Turquía...y visitar nuevamente Suecia. Colgaba las botas en el Nacional de Montevideo, durante la campaña 99-00.

Conducía un autobús sin pasajeros. Trabajaba para la compañía Elite Coach. Perdió la vida en la Interestatal 40, cerca de Raleigh, su primera casa deportiva.

"Su sonrisa. Siempre fue un buen tipo. Tenía la sonrisa más grande", dijo su compañero y estrella de los Wolfpacks, Sidney Lowe.

Y su mate. El mate de la década.

North Carolina State ha anunciado una serie de actos para conmemorar su aportación a la historia deportiva de la universidad.

Descanse en paz.