Hubo una época en que los jugadores internacionales eran mirados con recelo a la hora de llegar a la NBA. Poco a poco las barreras se fueron derrumbando hasta llegar al punto de total expansión de la liga que tenemos hoy en día. Los siguientes jugadores no fueron solamente atletas consagrados en la competición, sino que se consagraron como astros de sus franquicias, adalides de una era que cambiaría la NBA para siempre. Ahora ya no se cuestiona al extranjero, sino que se busca al nuevo Nowitzki o Ginobili. Si la NBA ha llegado tener su actual repercusión  global, los siguientes jugadores tienen mucha culpa. Este es un homenaje a los foráneos que demostraron al mundo que las estrellas que más brillan pueden venir de cualquier parte del globo.

El mito alemán: “Robin Hood”

Dirk Nowitzki, considerado por muchos el mejor europeo de la historia,  es el único jugador del viejo continente en ganar el MVP de la NBA y el MVP de la finales. A nivel individual y en lo relativo a la mejor liga del mundo, Dirk es indudablemente el jugador nacido en Europa que más alto ha llegado.

Absolutamente imparable, sin ningún punto flaco a la hora de encarar la canasta rival y una auténtica tortura para sus rivales, sobre los que anotaba al más mínimo error. Así era Dirk a grandes rasgos.

Un jugador capaz de cargarse un equipo a las espaldas y ganarle unas finales a los Heat del big three , su fadeaway posiblemente sea uno de los movimientos más imparables que se han visto. Una máquina de anotación al puro estilo alemán: un engranaje sin fisuras que rinde y rinde sin parar.

En resumen,nos encontramos ante uno de los mejores jugadores internacionales de la historia (descontando a los nacionalizados Duncan o Hakeem, probablemente el mejor) y un jugador que sin duda también está entre los mejores en su posición. Ver a Dirk era ver a un gigante rubio que destruía a sus rivales a la vez que destilaba clase y elegancia.

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El hombre que nos llevó a la gloria: Pau Gasol

El de Sant Boi es una leyenda del baloncesto , el mejor jugador español de la historia, líder de una selección mítica y ganador de dos anillos en Los Ángeles en calidad de escudero estelar de Bryant ( en las finales de 2010 incluso estuvo discutido su MVP con Kobe).  Pau es el estandarte del juego en equipo y la inteligencia sobre la pista, poco queda por decir sobre él que no se haya dicho ya, su juego y su trayectoria hablan por sí solos.

Un ancla defensiva, un rim protector, capaz de asistir y anotar al más alto nivel: no es por nada que dos genios como Popovich y Jackson lo reclamaron para sus filas. Ahora que ya le faltan pocos años por jugar, tan solo nos queda disfrutar de sus últimas clases de grandeza sobre la pista y decir gracias cuando definitivamente se marche.

En resumidas cuentas, cuando Pau se retire, se le deberá recordar como uno de los mejores jugadores FIBA de la historia, como uno de los dioses del olimpo europeo del baloncesto y, por si fuera poco, como una leyenda Laker.

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Pedja Stojakovic: la fábrica de triples

Pedja fue uno de los mejores triplistas de la historia, anotador incansable, representando el cliché de “raza blanca tirador” elevado a una categoría estelar. El alero es por derecho propio uno de los mejores tiradores de la historia, con un gran rango y capacidad de anotar en cualquier situación, pero sobre todo destacaba su increíble velocidad a la hora de ejecutar el tiro, dejando sin posibilidad muchas veces a la defensa para estorbarle y ni mucho menos taponarle.
 
Como reivindicación a su paso por la liga, sería justo decir que la NBA les debe a él y a sus compañeros de los Kings del 2002 un anillo, American Graffiti sufrió junto a sus compañeros de Sacramento uno de los escándalos más tristes de la historia de la liga.
 
Para ponernos en situación y entender la magnitud de tal jugador, es preciso hacer hincapié en el siguiente dato:  Sumando todos los triples que el serbio anotó a lo largo de su carrera profesional (Europa, NBA y selección) , Stojakovic es el máximo triplista de la historia de nuestro deporte.
 

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El gigante chino: Yao Ming

El pivot Chino es otro de los especímenes únicos que encontramos en esta lista. El bueno de Yao  no era solo altura, tenía fundamentos y calidad, eso, sumado a su cuerpo de gigante, le convirtieron en una auténtica bestia imparable durante los años que duró sano. Un tipo de 2,29 y 141 kilos de peso, capaz de promediar más de un 83% en tiros libres y de deleitarnos con movimientos de pies que en la liga actual se ven poco o nada. Además de ser un talento increíble en las canchas, su labor fuera de ellas ha sido excelsa, expandió la NBA por toda Asia y ha sido embajador de China en la liga, así como a la inversa.
 
Uno de los mayores What if de la pasada década es qué habrían sido capaces de hacer los Rockets de Ming y Mcgrady si los dos hubiesen perdurado sanos. Para el recuerdo nos queda esa racha de 22 victorias seguidas en el 2008 (cortada por los Celtics campeones), y esa eliminatoria del 2009 en la que forzaron a los Lakers (que acabarían ganando el anillo) a jugar el séptimo, y sin contar con McGrady por lesión.
 
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Oh la lá! Parker

Para empezar, dejemos algo claro: Tony Parker es el mejor base europeo de la historia y si no fuese por Nash (del que ya hablamos en El fin de una era) también sería el más distinguido point guard internacional. MVP de las finales del 2007 y parte fundamental de una de las dinastías más grandes jamás vistas. Un jugador correoso, capaz de llevar el tempo del partido tanto como de dinamitarlo. Imparable, rompía a cualquier rival que se le pusiese por delante para acabar sumando puntos en la pintura, a un nivel similar al de otros grandes jugadores en penetración como Iverson, Wade o Rose, Parker era en sus mejores tiempos una auténtica pesadilla para sus defensores.

Tony llegó a dominar de tal manera, que incluso lideró la liga en puntos conseguidos con pick and roll , además de erigirse como  líder de los bases en puntos sobre la pintura. A pesar de ser el jugador más joven de los aquí nombrados, en la actualidad su nivel queda lejos del que fue, pero eso no quita que siga deleitándonos con sus exhibiciones y calidad exquisita.

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Ginobili y el encanto de la magia

Manu es especial, el escolta es un mago, un genio, alguien en quien Popovich depositaba sus últimas esperanzas cuando en un encuentro parecía que nada salía según lo previsto, el resultado era que Manudona siempre se sacaba algo de la manga y daba la talla. Sin ser base, es uno de los jugadores que mejor han ejecutado el pick and roll en los últimos años, elevando la jugada a la categoría de poesía en movimiento .

 Además de todo lo dicho, no se puede obviar la singularidad de las formas de Manu. Su  estilo es único, el gozo de ver las locuras de Manu y como acababan saliendo bien, es indescriptible. Gracias a una zurda mágica y un tren  inferior brutal, era capaz de dejar a sus rivales atrás mediante cambios de velocidad prodigiosos a la vez que dirigía la pelota como si una extensión de su brazo se tratase.

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Desde Rusia con amor: Andrei Kirilenko

El ruso solo fue una vez allstar, pero su rendimiento sobre la pista estuvo al nivel de estrella durante muchos años.  ¿Cuántos tipos han existido capaces de promediar 3 tapones y 8 rebotes jugando de alero? Un espécimen único, capaz de crearse el tiro y liderar a su equipo en anotación y además ser su baluarte principal en defensa. Su físico prodigioso le permetía cubrir varias posiciones en defensa y abrumar a su par en ataque. Es, quizás, el menos estelar de los aquí citados, pero sin lugar a dudas merece ser considerado como parte sustancial de esta generación.

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Algunos de los aludidos anteriormente ya están retirados, a otros les quedan aún unos años de baloncesto, pero todos han contribuido a consagrar la NBA como un fenómeno internacional que no para de crecer. Ahora, cuando su tiempo ha pasado y podemos mirar en retrospectiva sus carreras, nos queda sonreír con el recuerdo de su grandeza y dar las gracias por haber podido disfrutarla.