Llegó durante el verano de 2015 como uno de los agentes libres más cotizados. Venía a ser el "sustituto" de Duncan: un '4' con clase, aplicado, que no se metía en líos y con muchísimo talento. Sin embargo, la cosa no fue como se esperaba, flojeó y llegó a ser objeto de críticas. No ha sido hasta esta temporada que le hemos visto a su nivel habitual, aquel que deslumbró en Portland convirtiéndose en el faro ofensivo interior de la franquicia de Oregon. Ahora, en San Antonio, LaMarcus Aldridge vuelve a brillar.
Aldridge venía de superar los 20 puntos y 8 rebotes por partido en cada una de las 5 últimas temporadas como Blazer, llegando incluso al 23.2 y 11 rebotes de la 2013-14 y el 23.4 (career-high) 10.2 de su última temporada en Portland. Los Spurs se hacían con uno de los mejores ala-pívots del Oeste. Y parecía lícito, pues, que le dieran 80 millones para los próximos 4 años.

Incómodo en ocasiones y más blando que de costumbre, LaMarcus no tuvo una gran temporada inicial pese a que sus números fueron buenos. Lanzó mejor que nunca en su primer año en San Antonio (51% FG), pero había algo que chirriaba. Algo fallaba en ese LA, especialmente atrás. Evidentemente bajó sus promedios anotadores a 18 puntos por partido, pero también lanzaba menos que en Portland. Estadísticamente (18 puntos y 8.5 rebotes) parecía adaptado, pero la realidad era diferente y los Playoffs contra los Thunder fueron la mayor prueba de ello. Cuando mejor estaba el nuevo fichaje Spur (38 y 41 puntos en los dos primeros partidos de la serie), Donovan se sacó de la chistera un Big-Ball con Adams y Kanter que destrozó cualquier intento de Popovich de cambiar algo. Incapaz de contener a Kanter y superado una y otra vez por los jugadores de los Thunder, Aldridge firmó un 6/21 en el que sería el casi definitivo 3-2 para OKC. El ex de Portland acabaría esos Playoffs promediando más de 21 puntos y algo más de 8 rebotes, pero señalado por muchos por su pobre actuación defensiva. El Defensive Rating de Duncan (cabe recordar que era su última temporada) ante los Thunder fue de 97. El de LaMarcus 107.3. Cuando se sentaba Duncan, los Spurs no defendían un pimiento (113.6 de Def. Rating), pero sí lo hacían cuando se sentaba Aldridge (100.8). El ex de Portland era un agujero atrás y solo se tapaba cuando no estaba jugando.
Era chocante ver como la versión final de Duncan aún era capaz de mantener esos datos defensivos y el llamado a ser su recambio natural para los próximos años era incapaz de contener a nadie. OKC pasó como un ciclón a partir del tercer partido y los Spurs cayeron eliminados en semis de conferencia pese a tener factor pista.
Siempre dicen que el primer año con Gregg Popovich es difícil para muchos jugadores -al mismo Pau Gasol, por ejemplo, se le ve mucho más cómodo este año que el anterior-, así que los aficionados texanos esperaron la mejor versión de Aldridge en su segunda temporada. Nada. Fue incluso peor que la primera.
Peores marcas en puntos (17.3) y rebotes (7.3) por partido desde su año rookie y eclipsado por un Kawhi Leonard que lo absorbió absolutamente todo en San Antonio. El Net Rating de Aldridge en pista era de +6,1. Hasta aquí todo bien, incluso uno puede pensar que es pieza fundamental porque su equipo es 6 puntos mejor por cada 100 posesiones que el rival cuando juega él. Pero esto son los Spurs y aquí trabaja todo el mundo y cuando LaMarcus se sentaba, los Spurs eran 10,2 puntos mejores (por 100 posesiones) que el equipo contrario. Eran mucho mejores sin él, que con él*.
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El drama se acentuó en Playoffs. Kawhi seguía haciéndolo todo y por eso su lesión contra los Warriors en el G1 de Finales de Conferencia sentenció a los texanos. Porque a Aldridge no se le esperaba pese a pequeños destellos (34 puntos y 12 rebotes contra Houston en el sexto y definitivo partido de Semifinales). Englobando todos los partidos de Playoffs de ese año, LaMarcus volvió a restar para su equipo. -4.8 de Net Rating con él en pista que se transformaba en un salvaje +12,6 cuando descansaba. Es decir, con él, eran casi 5 puntos peores que su rival; sin él, casi 13 puntos mejores (por 100 posesiones). Datos inconcebibles para un jugador que vino con la etiqueta de estrella de la liga.
Durante este último verano algunos equipos preguntaron por Aldridge, pero no ofrecían nada a cambio que gustara a la gerencia Spur. El ex de Portland se había devaluado y las franquicias no consideraban que era necesario soltar a un gran jugador a cambio de esa versión de LaMarcus. Incómodo y lejos de su zona de comfort, el propio jugador le pidió a Popovich el traspaso: “No estoy disfrutando, no tengo confianza y no estoy seguro de que me queráis aquí. Quiero que me traspaséis”. Greg no se lo esperaba. “Es la primera vez en 20 años que un jugador me pide algo así”, dijo el entrenador recientemente cuando confesó a la prensa que Aldridge le había pedido salir.
Pero no hay nada que un genio como Popovich no pueda arreglar. En un íntima conversación entre jugador y entrenador este verano, Aldridge y Pops hablaron largo y tendido de la situación del ala-pívot. “Todos lo conocemos y sabemos que es un hombre diferente, pero le encanta escuchar”, se sinceraba el jugador en pre-temporada. Imaginen el poder de Pops que LaMarcus pasó de pedir el traspaso a renovar 3 años más con San Antonio. “Me siento muy bien, mucho más cómodo y creo que puedo tener un gran año”, explicaba Aldridge después de hablar con su entrenador y ampliar su contrato con los texanos.
La charla con Pop funcionó y las estadísticas soplan a favor de Aldridge en esta tercera temporada como Spur. De los 17.3 puntos y 7.3 rebotes del año pasado a los 22.4 y 8.5 en esta. Ha vuelto a los números de cuando tenía 25-26 años y eso es aire fresco para San Antonio. La lesión de Kawhi Leonard (apenas 9 partidos jugados esta temporada) le ha dado vía libre al ex de Portland para volver a brillar y sentirse el líder de este equipo.
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Ahora sí. La presencia de Aldridge se nota en San Antonio. Los Spurs anotan 107.1 puntos por cada 100 posesiones con él en pista y reciben solo 101.8; un Net Rating de +5,8. Al fin LaMarcus es importante en ambos lados de la pista para Popovich. Cuando se sienta, los Spurs solo tienen un Net Rating de +0,8, el dato más bajo Off the floor de todo el equipo*.
Si miramos el + / – acumulado, LA es el que ostenta el mayor dato en San Antonio. +179 con él en pista y solo un +2 favorable para los texanos cuando descansa. Con estos datos no es de extrañar que Aldridge sea ahora misma pieza fundamental en los esquemas de Popovich, prueba de ello es que 19 de los 20 quintetos más utilizados por Gregg esta temporada cuentan con LaMarcus en sus filas.
En toda la temporada 2016-17, Aldridge sumó 18 dobles-dobles (jugó 72 partidos). En esta ya acumula 20 en 50 encuentros. Si sumamos sus dos primeras campañas como Spur, LA anotó anotó 30 o más puntos en cinco ocasiones. Lleva 9 en la 2017-18. Justificada, y de qué manera, su presencia en el All Star Game este año.
Si nos metemos en estadística ofensiva avanzada, LA muestra una gran mejora respecto al año pasado. En lo que llevamos de temporada ya ha superado -por bastante- el Win Share ofensivo de la 2016-17. Del 3.5 en toda la temporada anterior al 4.3 de esta (y subiendo, que todavía le quedan 30 partidos). En el Offensive Box Plus Minus (estima los puntos a los que contribuye un jugador, 100 posesiones, sobre la media de la liga), Aldridge registró un -0,3 hace un año. Hoy está en 2. No es un dato muy potente, pero es notable la mejoría en este aspecto. Aún está muy lejos de la élite más absoluta de la NBA (existen dos alienígenas: Curry está con un salvaje 10.4 y Harden con 10.03; luego vienen los humanos con datos por encima del 6: CP3, LeBron y Kyrie), pero por ahora Aldridge supera a jugadores como DeMarcus Cousins y no anda lejos de Bradley Beal o Paul George. En toda su carrera, solo ha tenido dos temporadas con 2 o más de OBPM, la actual y la 2011-12 donde firmó un 2.7.
Gracias a la versión vintage de LaMarcus, los Spurs (sin su mega-estrella) son terceros del Oeste con un balance de 34-19. Ha costado, se le ha criticado y cerca ha estado de irse, pero el mejor Aldridge ya está en San Antonio.
*Nota al margen merece Popovich, pues ningún jugador registra un Net Rating negativo cuando no está en pista en las últimas 5 temporadas. Te llames Kawhi, Parker, Murray, Mills o Pau; si te vas al banquillo, los Spurs seguirán siendo superiores a sus rivales. Y por eso Gregg tiene el respeto de todos.