Lo avanzaba Adrian Wojnarowski en Twitter: Joel Embiid ha llegado a un acuerdo con los Philadelphia 76ers por las próximas cinco temporada y un total de 148 millones de dólares, el máximo en la escala que puede aspirar un rookie tras finalizar su primer contrato. Esa era la primera información: 29,6 millones por temporada para un jugador que hasta la fecha ha disputado 786 minutos en la NBA. ¿Una locura? ¿Una genialidad? Parte del proceso, por ahora.
Embiid se situará a partir de la próxima temporada (el contrato entra en vigor en la 2018/19) entre los mejores centers de la liga, al menos en cuanto a salario hace referencia. Solo Whiteside y Drummond firmaron un contrato mayor con Miami y Detroit. Pero los casi 30 millones anuales se pueden quedar cortos ya que Embiid ha sido designado como el jugador de la franquicia de Philadelphia que recibirá el super-max (o designated exception). ¿Qué implica esta elección? Dos cosas: la apuesta clara de los Sixers por Embiid como piedra angular del proyecto, y una serie de ventajas económicas.
Si Embiid consigue formar parte de alguno de los All-NBA teams (en defensa o en general), ser elegido DPOY o, por supuesto, ser el MVP de la liga, el contrato se dispararía hasta el 30% del límite salarial de la franquicia, una cifra por encima de la permitida para el resto de jugadores en segundo contrato. ¿Cuánto? Unos 178 millones por los cinco años, a 35.6 millones por curso. Arriesgado por un jugador que en tres cursos ha disputado únicamente 31 partidos (promediando 20.2 puntos, 7.8 rebotes y 2.5 tapones). Por eso Philadelphia ha decidido guardar un as bajo la manga y protegerse las espaldas.
Los Sixers tienen una protección en caso de una lesión o recaída que provocara la baja de larga duración de Embiid. Todavía no se conocen al detalle los flecos de la operación, aunque algunas informciones podrían apuntar a que solo el 50% del contrato es garantizado, pero en las próximas horas y días se irán esclareciendo. No se trata, para nada, de una operación convencional: según ha publicado Zach Lowe, se trata de uno de los contratos más complejos de la historia de la NBA.