"Jugar con Gustavo es una alegría. Se mueve increíblemente bien sin el balón para ser un hombre grande". (Kirk Penney, compañero suyo en Fuenlabrada, en una entrevista a Fiba.com).
Gustavo Ayón es feliz en New Orleans. Lo es porque cada vez tiene más presencia en el roster de Monty Williams; porque su adaptación va cumpliendo los plazos a la perfección -pese al todavía escollo del inglés-, y porque está consiguiendo que el baloncesto sea más seguido en su país. La felicidad no es completa porque su equipo, los Hornets, es uno de los peores (en resultados) de la competición y por los problemas por los que atraviesa el baloncesto mexicano a nivel de organización. El ex jugador del Mad-Crod Fuenlabrada se sincera en una entrevista realizada por el columnista de la espn, Martín Bater.
Robarle espacio al fútbol
"La verdad es que estoy muy contento por cómo va la temporada y por la oportunidad que me han dado los Hornets". Desde que Ayón es titular los Hornets han ganado 4 de 9 partidos, una cifra muy destacada viendo el balance global del equipo en toda la temporada (8-25). Su salto a la popularidad vino con sus dobles figuras en puntos y rebotes contra los Knicks (13 puntos, 11 rebotes y 3 recuperaciones), pero ha seguido sumando buenos números, destacando los 17 rebotes atrapados en la reciente victoria contra los Cavaliers. La prensa mexicana se ha hecho eco de sus buenas actuaciones y eso ha redundado en un incremento del interés por el baloncesto en su país: "En mi país están siguiendo más el baloncesto y eso es un halago porque el deporte rey es el fútbol". Ayón quiere aprovechar esta situación para ayudar al desarrollo del baloncesto mexicano: "Quisiera ser una persona que ayude a que nuestro baloncesto se organice y que cree una buena selección que sea recordada en México". Desde hace unos años en este país existe una crisis a nivel federativo y actualmente es la ADEMEBA la que está siendo reconocida por algunos organismos internacionales. El jugador de los Hornets reclama sensatez y un mayor apoyo por parte de los directivos para que se cimenten los pilares del desarrollo baloncestístico de su país. "Hace falta tener una organización. No se sabe qué federación es la que manda. En abril hay una reunión importante y espero poder ayudar en este aspecto". Compromiso con el baloncesto, con su club y con su país.
Ayón no duda de la calidad de los jugadores nacionales e incluso los compara -tal vez pecando de un exceso de confianza y patriotismo- con selecciones punteras de habla hispana como la argentina o la española. "Hay mucho talento en México pese a que no hay organización". Insiste en la necesidad de consolidar un plan de trabajo que seguro que da resultados, pero "a largo plazo".
NBA, una liga para machos
Volviendo a la NBA y a su estancia en Estados Unidos, no se ruboriza al reconocer que tal vez su principal barrera sea el idioma. Recordemos que Ayón intentó la aventura del baloncesto universitario pero no consiguió adaptarse. "El idioma es lo más complicado que tengo ahora mismo, pero con el tiempo lo voy a dominar". Además de entrenar y viajar, el mexicano está siendo muy tenaz en su lucha por limar la barrera del idioma. Se diría que incluso está mucho más convencido de su éxito como jugador. El internacional de Tepic no tiene dudas de que la NBA es la competición más exigente físicamente de todas las existentes: "Las otras ligas no cuentan con los jugadores que existen en la NBA y es bastante complicada. No todos pueden jugar aquí. Mi objetivo es adaptarme bien a la liga, conocerla, y ganarme un sitio que no veo muy lejano".
Oscar al trabajo bien hecho
“Jugar en la NBA no es ya un sueño para mí, es una meta; es la misma frase que dijo Luis Scola, uno de los mejores jugadores del mundo en mi puesto cuando llegó a Houston y yo me la he apropiado” (declaraciones a EFE, marzo, 2011).
Ayón ha trabajado como una hormiga hasta conseguir que se cumpla su sueño, su meta. En el 2009 había contribuido sobremanera al éxito de su equipo, los Halcones de la Universidad Veracruzana de Xalapa. El Fuenlabrada se fijó en él aunque no lo hizo debutar en la ACB. Antes pasó por un periodo de adaptación y formación en la Adecco LEB Plata, con el CB Illescas y, posteriormente, en el Tenerife Rural, en la Adecco LEB Oro. En la temporada 2010-11 irrumpió en la ACB junto con otro fenómeno físico, Bismack Biyombo. Una temporada después, tras ser el mejor jugador de noviembre, los Hornets conseguirían seducirlo para que jugara en la mejor liga del mundo.