Interesante reflexión de Eric Freeman en Yahoo Sports que merece la pena rescatar. Si hay un equipo en la NBA capaz de pasar de la excelencia a la vulgaridad esos son los Knicks. Después de una temporada esperanzadora en la que se luchó para estar en la Final del Este, la franquicia ha vuelto a mostrar su cara B. La que permite muchas veces ensañarnos y aseverar que ningún proyecto puede cuajar en la Gran Manzana.

El 3-8 de inicio es de los que duelen. A pesar de la importante lesión de Tyson Chandler, más que por su impacto en este curso (1-3 con su participación) porque no hay nadie más en su puesto; de los problemas físicos de Raymond Felton, con una proyección cortada cuando se le trapasó a Denver en su mejor momento; de los problemas psíquicos de un gran jugador que lucha contra sí para no serlo…

Tampoco han ilusionado los retoques en una plantilla sobrevalorada. Andrea Bargnani, pese a sus pequeñas explosionese, sigue siendo un riesgo total. Que la apuesta mediática sea Metta World Peace se ajusta a la tipología de decisiones que asustan, sin hablar de las escasas esperanzas que desprenden Beno Udrih o Cole Aldrich. El contrato de Amar'e sigue pesando como el primer día y no puede haber tanta dependencia en veteranos con espíritu jóven como Prigioni o Martin.

El genio loco de los Knicks, J.R. Smith, quiere ser prudente y prefiere no hablar de histeria colectiva. De "pánico". Más bien de frustración que impera en el sentir del grupo. Él, sin embargo, sí se apropia de tal sensación. En unas declaraciones a espn muestra su total repulsa al tipo de juego perdedor que está llevando a cabo su equipo. Un juego que tampoco debe corresponderse con un equipo que aspire a colarse en Playoffs a última hora. Este modo pánico en J.R. Smith se traduce, no obstante, en un retorno a la locura que ha dominado muchas etapas de su historial baloncestístico. Sus mala selección de tiro, su pérdida de concentración defensiva, su actitud son más propias de la ansiedad, de la frustración…de un estado de terror. 

La temporada pasada, Smith fue una de las novedades agradables en el lavado de imagen de los Knicks.Mejor sexto hombre de la liga, con tope anotador (18.1) y reboteador (5.3), destacando como un jugador determinante cuando estaba sobre la pista. Esta temporada parece que toca lo contrario. El problema puede ser mayor si el equipo extiende su mala racha. Ésta ya ha afectado a su máxima estrella, Carmelo Anthony, en claro proceso de regresión.

Tiempos de terapia en NY, aunque en esta ocasión el desespero no va por barrios. Que le pregunten también a los vecinos de Brooklyn.