No hace mucho tiempo hablar sobre Kevin Garnett suponía destripar la radiografía de un crack. Clase, calidad, potencia y sacrificio eran algunas de sus mejores armas, sin embargo, con el paso del tiempo las consideraciones entorno a este jugador han permutado negativamente. Se podría decir que él sólo ha oscurecido su leyenda con una actitud antideportiva y chulesca, que ha desembocado en que se le conozca como un jugador algo ‘sucio’, bocazas e incluso se especuló con que era racista. Es uno de los máximos exponentes del conocido ‘trash talking’, una técnica consistente en sacar del partido al contrario a base de provocaciones e incluso insultos.
"Sangre, sudor y lágrimas" refleja un tatuaje del jugador de los Boston Celtics, y por ahí se podrían entender ciertas cosas en base a que es un ganador nato al que no le importa las formas si el resultado final es la victoria. Sin embargo, a su ya delicada fama, se ha unido un último episodio con Charlie Villanueva, jugador de los Pistons.
Tras el encuentro entre Pistons y Celtics del presente mes, Villanueva sorprendió con unas polémicas declaraciones en su cuenta de Twitter, también criticado por su modo de actuación, en las que aseguró que el ex de los Timberwolves le había dicho que parecía un paciente de cáncer. Podrían pasar por unas declaraciones simplemente desafortunadas si no fuera porque el jugador dominicano sufre Alopecia Universalis, una enfermedad que deriva en pérdida de pelo en todo el cuerpo. Villanueva, muy molesto, declaró que dos seres queridos suyos han caído por culpa del cáncer por lo que no puede tomar el tema como si fuese una broma. Por otro lado invitó a Garnett a subirse a un ring con él insinuando que pierde la fuerza por la boca.
Mientras, el propio Garnett salió rápidamente al paso de las acusaciones afirmando que le había dicho que era cancerígeno para su equipo y para la liga, lo que tampoco le deja en muy buen lugar, y que él no diría nunca eso ya que ha perdido a seres cercanos por culpa de la enfermedad. Bastante creíble, pero al igual que sucedía en el cuento de Pedro y el lobo, ya muchos parecen no estar dispuestos a creerle. Varias han sido las reacciones en la liga. Anthony Tolliver, jugador de los Wolves afirmó que: “esta vez se ha pasado, he perdido todo el respeto que tenía por Garnett”. George Karl, entrenador de los Nuggets: “Se ha pasado de la raya”.
Garnett y los españoles
Con los españoles Garnett parece que encontró un foco al que exponer sus iras. Con la llegada de Pau, Rudy o Sergio, se extendió la fama de que los españoles eran muy blandos y no sabían defender, un filón para un Garnett que siempre parecía pendiente de intimidar (¿al débil?). Su primer roce fue precisamente con Pau. El americano vio en el español a un jugador recién llegado a la liga, imberbe y con unos brazos muy delgados y no dejó pasar la oportunidad. Recordemos que Pau llegó a la NBA su modelo de jugador era el propio KG. Cada vez que anotaba, el americano hacía gestos al español, tratando de asustarle, y parecía que lo había conseguido. No obstante, un rookie Pau se hizo un hueco importante en la NBA al clavarle un mate en la cara con falta, que dejó en muy mal lugar al de los Wolves. Tras colgarse del aro, Pau se le quedó mirando con el dedo puesto en la oreja, con un mensaje claro: “No te tengo ningún miedo”. Con el tiempo, el catalán ha asegurado que Kevin le respetaba bastante más que antes.
El segundo caso sucedió con Sergio Rodríguez. En un Portland-Timberwolves, Garnett se acercó al ‘chacho’ preguntándole por qué cada vez que él estaba cerca doblaba el balón en vez de lanzar: “¿Qué te pasa, me tienes miedo?” La respuesta del canario fue mucho más elemental: “No te tengo ningún miedo, lo que temo son tus tapones”.
El tercer y último caso sucedió con José Manuel Calderón, un tipo de jugador alejado de cualquier enfrentamiento, que sufrió también sus malas artes. El extremeño se disponía a subir el balón cuando el ya jugador céltico comenzó a aplaudirle en la cara y a gesticular. El base no se inmutó, cedió el balón a Kapono para que este anotara, y tras la asistencia le reprochó acaloradamente su actitud.
Por su parte, Marc Gasol reconoció que no deja de hablar en todo el encuentro, caso contrario al de Tim Duncan, al que el mediano de los Gasol alabó ya que “juega duro pero sin suciedad, y sobre todo, no habla nunca, juega al 100% y por eso es el mejor interior de la NBA”. Por cierto, le exponemos un nuevo vídeo, montado de una forma un tanto cómica, donde precisamente Garnett le da un soberano collejón al bueno de Tim.
Especulaciones sobre su posible racismo
Durante un tiempo se especuló con la posibilidad de que las peleas del interior tuvieran tintes racistas ya que gran parte de sus provocaciones parecían centradas en jugadores de raza blanca. A los ya mencionados problemas con los españoles, se unieron incidentes con Belinelli, al que realizó un bloqueo criminal, Zaza Pachulia, Yi Jianlian o Luke Ridnour, aunque sería intentar enredar la perdiz ya que simplemente han sido otros tantos en la larga lista del ala-pívot.
La más reciente, por ejemplo, ocurrió en los playoffs de este año contra los Heat cuando, tras un leve altercado, Garnett propinó un codazo en la cara a Quentin Richardson, que se desembocó en una importante tángana. A su deshonrosa lista se unen nombres como los de Amare Stoudamire, Dwight Howard, Jerry Bayless, Jason Maxiell, Anthony Peeler, Lamar Odom, Nazr Mohammed, Joe Johnson, Lamarcus Aldridge, e incluso golpeó por la espalda a Tim Duncan, uno de los jugadores más serenos sobre un parqué.
6517_1.jpg_s¿Es buen compañero de equipo?
En su defensa, gran parte de sus compañeros han querido salir al paso declarando que es un gran jugador de equipo y que es un ganador nato, por lo que no soporta perder. Sin embargo, en ciertas fases de su carrera, no sólo ha habido encontronazos con los rivales sino de puertas hacia dentro. Desde su llegada a la NBA se le ensalzó considerándolo como uno de los más grandes. Esto, unido a que contaba con un carácter engreído, desembocó en que se sintiera amo y señor de los Timberwolves. Era el líder y no le gustaba que nadie le quitara protagonismo, lo que provocó ciertos roces con Sprewell y Wally Szcerbiak, y a partir de ahí comenzó su mala fama.
En los Celtics también ocurrió el primer año cuando, en un tiempo muerto, se encaró con Paul Pierce, referente de los ‘orgullosos verdes’ en la última década, debido a ciertas discrepancias, aunque la cosa no pasó a mayores aunque el diálogo entre ambos no tuvo desperdicio, más abajo se lo mostramos. No obstante, ese mismo año sí que la situación fue más desapacible cuando en otro tiempo muerto abroncó fuertemente a Glen Davis por su mala actuación delante de todos sus compañeros, y, posteriormente, porque a su juicio no estaba siguiendo las instrucciones del entrenador. Finalmente, Davis acabó llorando en el banquillo.
¿El más bocazas de la liga?
El jugador de los Celtics fue nombrado en una reciente encuesta entre los jugadores NBA como el más bocazas que hay en ella con un aplastante 62%, en la que Kobe Bryant atesora un 7%. Aún así, las palabras no van solas.
Artest, otro de los jugadores con un historial dudoso, lo definió con su particular estilo: “De vez en cuando ladra pero luego vuelve a acurrucarse como un perrito. Eres un soldado todo el tiempo o no lo eres, no se puede ser soldado a tiempo parcial”.
Y es que daba la sensación de que conseguir un anillo calmaría a la fiera. No quería ser otro de esos grandes jugadores que se retiran sin el campeonato, pero es que una vez que lo consiguió no cesó en su empeño de querer seguir participando en todas las cruzadas. Entonces hasta este punto se podría entender que no es que no supiera perder, es que ha demostrado que tampoco sabe ganar. El próximo 29 de diciembre ambos equipos volverán a enfrentarse en Detroit. El morbo está servido.