En un corto periodo de tiempo, Kevin Love ha pasado de ser sexto hombre en el mediocre equipo de los Minnesota Timberwolves, a ser all-star y, desde anoche, el jugador que más ha mejorado en la temporada 2010/2011 en la NBA, el Most Improved Player.
A parte de su aparición en el último partido de las estrellas, Love ha hecho méritos más que suficientes para llevarse el galardón. Sus números han sido de superestrella, llevándose también el honor de ser el mejor reboteador de la temporada, 20.2 puntos y 15.2 rebotes por partido le hacen merecedor del trofeo, aunque nada comparado con su récord. Durante esta temporada, Kevin Love, ha batido el registro espectacular de Moses Malone consiguiendo 53 dobles-dobles consecutivos. Además el pívot consiguó números que hacía años que no se veían en la liga, desde la época del mencionado coloso Mo, con actuaciones como los 31 puntos y 31 rebotes que consiguió en una mágica noche ante los knicks.
Varios jugadores y el entrenador de los Bulls, Thibodeau han dejado declaraciones sobre la temporada de Love:
"El año que él ha tenido ha sido increíble" remarcaba el coach de Chicago, "cuando alguien promedia 20 y 15 en esta liga, dice mucho de él. Dice un montón de cómo él mejora año tras año. Es un chico que juega duro todo el partido y seguirá mejorando con el paso de los años".
Love, tras terminar la pasada temporada como sexto hombre, ha trabajado este verano muy duro para seguir con su progresión. Ganó el mundial en Turquía con jugadores con los que compartió sesiones de trabajo y gimnasio en Los Angeles, como Russel Westbrook y Derrick Rose. Este último habló muy bien de su compañero de selección:
"La manera en la que él trabaja, debe hacerte ver lo duro que desea progresar" comentó Rose. "Cuando nosotros entrenábamos, no hacíamos los ejercicios físicos de un big-man. Pero él hacía todo ese trabajo con Russ (Westbrook) y conmigo. Es increíble lo duro que entrena"
Kevin Love es una de las grandes esperanzas de los Timberwolves, que han tenido el peor balance de la liga (17-65). El pívot ya ha declarado que quiere a Ricky Rubio con él el año que viene para intentar sacar al equipo de este bache, que se prolonga desde que Kevin Garnett puso rumbo a Boston en 2008.
El propio Love ha declarado que "puedo dar otro gran salto." dijo a la prensa. "Siempre hay cosas que trabajar y mejorar. Los grandes jugadores, e incluso los mejores jugadores en esta liga siempre tienen que añadir un par de cosas a su juego. Esa es mi intención, trabajar para añadir más de un par de cosas a mi manera de jugar y me dejaré todo para dar otro gran salto".