No descubrimos nada si afirmamos que Ricky Rubio está siendo una de las sensaciones del arranque de la regular season en la NBA. El base catalán está sorprendiendo a propios y extraños con su rápida integración a la liga, exhibiendo noche tras noche un desparpajo sorprendente. Tal vez un tanto eclipsado por el fenómeno Ricky, está pasando de puntillas el gran inicio de campaña de José Manuel Calderón, que lidera con mano firme a unos Toronto Raptors más que dignos. Por fin llegaba el turno para que ambos jugadores se vieran por primera vez las caras en la cancha en el duelo de los bases españoles.

Se cumplió el guion previsto. Calderón salió de inicio para disputar buena parte de los minutos del partido en unos Raptors con una plantilla muy limitada y corta. Ricky salió desde el banquillo al comienzo del primer periodo. Por el habitual sistema de rotaciones, ambos bases se encontraron cara a cara en la pista durante un tiempo reducido en lo que respecta a la primera mitad. El verdadero duelo se vivió en la emocionante recta final del partido. El de Villanueva de la Serena movió mejor al equipo en esos emocionantes instantes finales, anotando además un par de suspensiones clave para que los Raptors acabaran venciendo por 97-87 en un partido de perfil bastante discreto en el que los Wolves completaron un nefasto rush final con Ricky perdiendo varios balones clave.

Andrea Bargnani fue el hombre del encuentro con sus 31 puntos y 9 rebotes, bien secundado por Amir Johnson (19 puntos y 11 rebotes). El transalpino le ganó la partida a Kevin Love, que, aunque sumara su enésimo doble-doble consecutivo (13 puntos y 14 rebotes), completó un partido nefasto, sobre todo en lo que respecta a su acierto de cara al aro (3/16 en tiros de campo).

En definitiva, José Manuel Calderón ganó la partida a Ricky. El extremeño completó otra sólida actuación con su dirección sobria y segura. Acabó con 14 puntos, 3 rebotes y 6 asistencias, moviendo con mano seguro a los suyos en los momentos decisivos y jugándose un par de tiros clave en esa recta final. Ricky Rubio estuvo más gris que en otras ocasiones. No hubo tanto fuego artificial, pero, con todo, aportó 10 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias, a pesar de un deficiente 2/9 en tiros de campo. Los Toronto Raptors obligaron a los Wolves a jugar a su ritmo, basado en el juego estático, y mataron a los Wolves y diluyeron a Ricky. En esos parámetros se movió como pez en el agua José Manuel Calderón.