Los Utah Jazz no han perdido el tiempo. En la carrera que es la agencia libre, los mormones han conseguido establecer su plantilla como una de las primeras preparadas para asaltar la liga en noviembre, cuanto todo empiece. Se alzan como uno de los principales candidatos a amenazar el reinado de los Toronto Raptors dentro del juego de tronos en el que se ha convertido la NBA. Pasamos de las dinastías a la guerra abierta. Una época entretenida llega hacia nosotros, los aficionados.
En Salt Lake City han realizado una offseason top 5 en la NBA. Esta es, sin duda, una de las oraciones más rotundas de los últimos veinte días, apurando el comienzo de la postemporada desde el Draft. Una que no se formulaba en el estado de los mormones desde los tiempos de Deron Williams, e incluso desde los de John Stockton y Karl Malone.
No obstante, Justin Zanik ha conseguido en dos meses lo que no ha hecho ningún General Manager en el siglo XXI por Utah: formar un equipo competitivo en una offseason. Decimos dos meses porque fue nombrado en mayo, relegando a Dennis Lindsey a un puesto menos importante en la franquicia. El que fuera asistente del GM en Utah durante prácticamente toda su carrera (menos un breve periodo entre 2016 y 2017 en la misma posición en Milwaukee) ha traído a Salt Lake City a Mike Conley, Bojan Bogdanovic, Ed Davis, Emmanuel Mudiay y Jeff Green.
El primero llegó por un módico precio, considerando su valor, dada la situación de Memphis de franquicia vendedora por reconstrucción. Los cuatro restantes han sido resultado de una excelsa agencia libre. Bojan Bogdanovic firmó $73 millones en 4 años, Ed Davis 10 en 2, y tanto Mudiay como Green se conformarán con el mínimo de veterano por un año (1.73 y 2.56 millones de dólares, respectivamente). La depth chart de Utah ilusiona más que nunca, pareciéndose al siguiente tuit, si los traspasos y las firmas no vuelven a golpear su roster:
Updated Utah Jazz Depth Chart
PG-Conley/Mudiay/Exum
SG-Mitchell/O’Neale
Wing-Bogdanovic/Ingles
SF-Green/Niang
C-Gobert/Davis
This is a team that could very easily win the West/NBA Title#TakeNote #Jazz— Bill Riley (@espn700bill) July 3, 2019
Una plantilla a la orden del día
Justin Zanik ha puesto en bandeja un roster moderno a Quin Snyder. Una plantilla construida expresamente para la NBA de hoy en día, con las aspiraciones ofensivas que le faltaban a Utah para poder competir en el Oeste de verdad y dejar de ser un underdog. Dos años llevan los Jazz siendo el equipo que intentaba dar la sorpresa. Con sus posibilidades ofensivas y defensivas, no volverán a esa concepción por un tiempo.
Quin Snyder tendrá una oportunidad única para darle una vuelta de tuerca a su sistema a la hora de encontrar espacios en el triple. Si al noveno equipo que más triples tira (noveno que más anota y décimo con mejor porcentaje) le añadimos jugadores con mejores porcentajes de los que disponían la pasada campaña, todo indica que esos registros irán a mejor. Bojan Bogdanovic alcanzó, aproximadamente, el club del 50-42-80 (porcentajes de tiros de campo, triples y tiros libres) la pasada campaña. Mike Conley (37.5% T3 en su carrera) supone una mejora ante el inconsistente tirador Ricky Rubio, al igual que Jeff Green puede espaciar más la cancha desde el banquillo que Derrick Favors.

Donovan Mitchell ya no tendrá un compañero de backcourt que simplemente le alimente con balones, sino que la conexión podrá ser recíproca: Conley aúna un porcentaje de 38.4% en situaciones de catch&shoot desde el perímetro (en las últimas seis campañas), que encaja perfectamente con el 40.1% de Mitchell en su carrera. Si a la estrella de Salt Lake le sumamos los tiradores consumados que son Niang, O’Neale o Ingles, el roster de los mormones queda perfectamente compensado en lo que a tiro exterior respecta (sin obviar bajas como la de Kyle Korver o Thabo Sefolosha).
Y es que la generación es otro apartado importante para la NBA de hoy en día. Más todavía si apelamos al sistema de Snyder, el cual tiene como bandera el pick&roll. Esta fue la jugada más usada por los Jazz la pasada campaña y, con la efectividad de las nuevas adiciones, no tiene pinta de que vaya a cambiar. ¿Por qué debería?
Con Donovan Mitchell aprendiendo a trabajar en esa jugada, los mormones añaden a dos jugadores con buenos ratios en la misma. Mike Conley tiene una eficiencia que asusta con el pick&roll, al cual asiste en la mayoría de ocasiones como ball-handler: 1.01 puntos por posesión en la 2016-17, 0.99 en la 2017-18 y 0.96 en la pasada campaña. En los percentiles más altos de la liga. Bojan Bogdanovic anotó 0.99 puntos por posesión como organizador en este tipo de situaciones, con un eFG% del 51.7%. Casi nada.
Por último, Joe Ingles baja en calidad en bloqueo y continuación, siendo el organizador de estas situaciones en un tercio de sus posesiones ofensivas, anotando 0.76 puntos por cada una. El australiano, si preguntan al que escribe, debería ser sexto hombre la próxima campaña en Utah. Pese a que puede complementarse con Bogdanovic al no ser el croata un asistente prolífico, su rol generador puede cubrir perfectamente al banquillo, donde ya cuentan con dos bases que amasan balón (Mudiay y Exum).
Joe Ingles’ dimes per 36 with Rubio and Mitchell in the reg. season (1,117 minutes): 5.4
Jingles’ dimes per 36 without Rubio and Mitchell (644): 9.0— Michael Gallagher (@MikeSGallagher) July 1, 2019
El año pasado, sus números de asistencias por 36 minutos cambian dependiendo de los jugadores con los que compartió pista (y su share de balón). Si Rubio y Mitchell compartían pista con él (1.117 minutos), sus asistencias por 36 eran 5,4. El número ascendía a 9.0 cuando el español y el estadounidense no coincidían con él (644 minutos). Quin Snyder debe tener en cuenta el rol de Joe en la confección de quintetos. La estrategia es importante en todos los ámbitos del juego.
En definitiva: Quin Snyder tiene la oportunidad de añadir pólvora a un conjunto con gran dinámica en ataque. Una dinámica más reciente que total. Decimos reciente por solo haber mostrado estos su potencial ofensivo en la segunda parte de la temporada pasada, tras el All-Star (empatados con Milwaukee por el tercer mejor ataque de la liga, tercer mejor equipo de la NBA en récord). Utah tiene un problema con las primeras partes y ya es costumbre que comiencen a carburar tras el fin de semana de las estrellas.
quin snyder y la defensa por bandera
¡No nos olvidemos de la defensa! Aunque parece que en Utah ya han tomado nota de ello. Mientras la generación y los triples, ambos parte de la ofensiva del conjunto, daban de qué hablar (y no cosas buenas, precisamente), la defensa se mantuvo como uno de los pocos rasgos de élite de un equipo underdog que trataba de abrirse paso en el Oeste.
Los Utah Jazz comandaron la liga siendo la segunda mejor defensa durante la campaña, solo por detrás de los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo. Antes del All-Star, estaban en cuarto lugar, pero una gran segunda mitad de curso les permitió ascender en dicho apartado.
La adición de Bojan Bogdanovic, junto a Ed Davis y demás, les proporciona mayor versatilidad defendiendo jugadores de ala. Todos los integrantes de la plantilla son buenos defensores, contando alguna excepción. Ahora, Mike Conley y Donovan Mitchell serán uno de los backcourts más divertidos de ver, tanto en ataque como en defensa, con la esperada mejora de Spida bajo las órdenes de Snyder. Utah ha perdido dos jugadores top 40 en defensive real plus minus, como son Derrick Favors (#18) y Thabo Sefolosha (#31), pero mantienen otros como Royce O’Neal, y añaden a su interior otro de los baluartes defensivos de la agencia libre.

La defensa interior de los Jazz está blindada. Rudy Gobert añadió su segundo DPOY (consecutivo) a su repertorio hace pocos días, y Justin Zanik se las ha apañado para añadir a la rotación un center que le complementa a la perfección desde el banquillo. Ed Davis promedió 8.6 rebotes en menos de 18 minutos por encuentro para los Brooklyn Nets la pasada campaña. Una estadística brillante, que hace que nos quedemos estupefactos. Más anonadados estaremos, si cabe, al darnos cuenta de que Davis es el segundo mejor jugador en la clasificación de defensive real plus minus, la cual lidera su compañero de equipo Rudy Gobert. Si parecía que Derrick Favors era uno de los mejores pívots suplentes de la liga y era difícil sustituirle, Zanik ha encontrado un homólogo en Ed en lo que a capacidades defensivas se refiere. El fit es incuestionable.
No hay más que hablar. Los Utah Jazz se enfrentan a la campaña 2019-2020 con unas tareas y aspiraciones muy diferentes de las de los pasados dos años, cuando Donovan Mitchell llegó a la franquicia. Ahora tiene compañeros competentes. Ahora podemos hablar de un big three en Salt Lake City. Los mormones cuentan con una plantilla que puede abrirse paso hasta las finales de la NBA, que está más abierta que nunca, sin súper equipos dispuestos a cambiarlo todo.
De Mike Conley, Rudy Gobert, Donovan Mitchell y compañía se espera regularidad, de Quin Snyder, un sistema férreo con algo más que destellos ofensivos, de la directiva… ya no podemos esperar nada más. Haya paz y consistencia, más que en las primeras partes de 2016-17 y 2017-18, y Utah podrá hacer frente a cualquier equipo.