Born ready
El dj, showman, street basketball player -y otros extras- boricua, Bobbito García bautizaba así en el 2006 a Lance Stephenson (escolta, 1.95, 21 años), después de una exhibición del talentoso jugador de Brooklyn en el Rucker Park, centro de culto del street basket. Stephenson jugaría el McDonald’s All Star del 2009, junto con otras estrellas de high school, como colofón a una gran carrera baloncestística. El paso al siguiente nivel, la NCAA, estuvo lleno de irregularidades que al final le llevaron a Cincinnati. Además, se vio salpicado por una acusación de presunto asalto sexual. Tras una año en la universidad asumió el mote creado por García y decidió ascender al nivel máximo. Los Pacers le seleccionarían en la posición 40 del draft del 2010. D-League y una temporada y media en la que se ha convertido en la única duda en unos pujantes Pacers.
NBA ready
Derrick Williams (alero, 2.03, 20 años) es sinónimo de crecimiento. Su carta de presentación en Arizona, en su año freshman, fue una de las alegrías en la temporada 2009-10. No se detuvo, sin embargo su crecimiento. En su año sophomore no sólo mejoró su estadística sino que se convirtió en el líder del equipo desarrollándose, además, como jugador. Su consagración definitiva tuvo lugar en la locura de marzo donde prácticamente él sólo se encargó de dejar fuera a la todopoderosa Duke de Singler, Dawkins, Smith, Curry...Sólo UConn pudo maniatarlo y evitar que clasificara a su universidad para la Final Four. Los huskies Walker & Lamb pudieron con el wildcat Derrick Williams. No hizo falta que nadie le acuñara un apodo. Había demostrado que estaba listo para el gran salto.‘NBA ready’. Buen chico, enorme físico, capacidad para levantar al público de sus asientos, algo más que run & dunk/jump & dunk y mucha capacidad de mejora y crecimiento.
Los Cavaliers no era la mejor franquicia en la que podía acabar. En un principio no aterrizaba con el sello de serie de jugador franquicia. Cleveland carecía posiblemente de los jugadores necesarios que le ayudaran a ejecutar su juego. Minnesota, sí. Un entrenador con habilidad contrastada para amamantar a sus retoños; un jugador clave para hacerle feliz ¿Es muy aventurado pensar que Ricky Rubio mejora al resto de la plantilla? Demostrado queda que con el de El Masnou, Williams -y Beasley– encuentra más fácilmente el camino hacia la canasta. La misión de Rubio es lograr que todo sea más sencillo a la par que divertir al público. Lo está consiguiendo a partes iguales y uno de los beneficiados, como decimos, es el angelino.
Como rezan las crónicas, Williams no podía dejar de esbozar una sonrisa después de su proeza contra los Clippers; la misma que le ha llevado a copar la primera página de la actualidad en la primera jornada post All Star Weekend: 27 puntos con 9/10 en tiros de campo, 4/4 en tiros de tres y 5/5 en tiros libres.
"Éste es su partido y ésta es su ciudad. Simplemente está jugando a lo que viene haciendo desde hace 21 años"
¿Cómo deben interprestarse estas palabras?
Michael Beasley también anotó 27 puntos contra los Clippers y, también lo hizo desde el banquillo. El ex jugador de los Miami Heat también es uno de los jugadores tocados por la varita mágica de Ricky, pero también es un rival de Williams. Otro jugador que se mueve en el espacio del 3-4.
¿Es posible la coexistencia pacífica de los dos jugadores?
Posiblemente el hecho de retener a los dos podría ser perjudicial para los T-Wolves en el sentido de que estarían desaprovechando la oportunidad de reforzarse con un buen jugador interior. B Easy está en el mercado de la rumorología, como otros muchos buenos jugadores. El trade deadline está a la vuelta de la esquina y el lector seguro que tiene en mente a un jugador interior, polivalente, que podría formar buena pareja con Kevin Love. Independientemente de Darko Milicic. De momento van moviendo ficha aunque parece que se les cierra un frente.
Posiblemente los Wolves se decantaron por Derrick Williams porque, primero, era el mejor jugador del draft, con un tremendo potencial, pero capaz de ofrecer un buen rendimiento en su primer año; segundo, porque la dualidad Williams-Beasley les permitirá cazar alguna pieza muy interesante que no iban a conseguir en el draft. También porque no acaban de fiarse del jugador salido de Kansas State, un tipo con más sombras que luces, con más caos que orden. En ocasiones ofrece detalles de todo su potencial, pero esta temporada menos. Pese a ello, novias no le faltan.
Derrick Williams ha encontrado a un buen mentor en Rick Adelman, que está siendo cauteloso en la adminstración de minutos. No se prevé ningún rookie wall como el sufrido por Ricky antes del fin de semana de las estrellas. No hay prisa y el retoño ya ha demostrado que es capaz de firmar grandes acutaciones, como solía hacer en los Wildcats, en la cálida Arizona.
El frío, de todos modos, le sienta de maravilla. Al otro tal vez le siente mejor el calor.