En los últimos años, los Sixers han estado en boca de todos, pero no por sus resultados. Los objetivos de Sam Hinkie, exejecutivo principal de la franquicia, no eran las victorias a corto plazo sino un plan a muchos años vista que se basaba en reforzar al equipo con las mejores elecciones de cada draft, lo que conllevaba perder una gran cantidad de partidos todos los años. Así, el equipo de Pennsylvania ha sembrado la polémica entre los seguidores, ya que muchos de ellos han considerado esta práctica como antideportiva.
Sin embargo, parece que este año los objetivos van a cambiar. Sam Hinkie abandonó la franquicia durante la pasada temporada y Bryan Colangelo tomó las riendas como general manager. El movimiento se entendió como un cambio en la política deportiva de los Sixers, en la que se pretendía dejar de acumular rondas del draft e intentar ganar todos los partidos posibles.
De este modo, Colangelo se puso manos a la obra para que este verano Philadelphia tuviera una plantilla más completa que en años anteriores. En primer lugar, trató de captar al mejor rookie posible, aunque le lleve a renunciar a interesantes activos. Para hacerse con el número uno del draft, en poder de Boston vía Brooklyn, tuvo que entregar al equipo verde su número 3 del presente draft, además de la elección de los Lakers en el siguiente. Así, Brett Brown tendrá a su disposición a Markelle Fultz, un base anotador que puede hacer una gran carrera en la NBA.
En el comienzo del mercado de fichajes, Colangelo entendió que la plantilla necesitaba veteranía, pero sin comprometer el futuro del equipo con contratos largos. De este modo, cerró el fichaje del tirador JJ Redick por un año y 23 millones y del pívot Amir Johnson por un año y 11 millones. Dos jugadores con sueldos muy elevados para el posible rendimiento que van a dar, pero que pueden aportar lo que necesita el equipo: tiro exterior y lucha bajo tableros. Sus cortos contratos permitirán la millonaria renovación de Joel Embiid el verano que viene.
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No hubo más incorporaciones destacadas, pero la clave para la buena temporada de los Sixers puede estar en las lesiones. Veremos debutar en la NBA a Ben Simmons, el número 1 del draft del año pasado, que no pudo jugar en toda la temporada pasada por una fractura en su pie derecho. Por precaución no jugó en las ligas de verano, pero esperemos que esté totalmente recuperado para el inicio de la temporada. Además, la sensación del año pasado, Joel Embiid, solo pudo disputar 31 partidos en toda la temporada, aunque fueron suficientes para ver que estamos ante una futura superestrella de la NBA, siempre que le respeten las lesiones.
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La plantilla ha tenido pocas bajas. La principal de ellas ha sido Sergio Rodríguez, que con la llegada de Markelle Fultz iba a tener muy difícil la obtención de minutos de calidad. Otra ausencia para toda la temporada podría ser el veterano Gerald Henderson, que ha tenido que pasar por el quirófano tras una lesión en la cadera. Así las cosas, la plantilla destaca por su continuidad, lo que favorecerá la compenetración en pista. Brett Brown, el entrenador, estará en su cuarta temporada a los mandos de la nave.
El quinteto inicial podría estar formado por Fultz, Redick, Covington, Simmons y Embiid. El banquillo también parece muy completo, en el que destacan TJ McConnell, Timothe Luwawu-Cabarrot, Dario Saric y Jahlil Okafor. Todos ellos jugadores que pueden aportar muchos minutos de calidad y que destacan por su juventud. Además, otras piezas como Stauskas, Bayless, Justin Anderson o Amir Johnson harán que el banquillo de los Sixers sea uno de los más extensos de la NBA. Con la plaga de lesiones que ha sufrido el equipo en los últimos años, este año están más preparados que nunca por si los percances vuelven a aparecer.
Como pueden ver por la plantilla, los Sixers son uno de los proyectos más excitantes de la liga. Con varios de los jóvenes con más futuro de los últimos años, la plantilla está preparada para luchar por los playoffs desde esta misma temporada, no solo por el nivel que puede, sino también por el escaso nivel de la Conferencia Este en comparación con el otro lado del país.
Hay equipos con la plaza de playoffs asegurada, como Cleveland, Boston, Washington y Toronto. Otros como Milwaukee parten como favoritos para ocupar otra de esas plazas. Pero la presencia de los otros tres participantes en la postemporada es más difícil de predecir. Equipos como Atlanta, Brooklyn, Orlando, Chicago o Indiana no parece que tengan opciones. Con este panorama, los Sixers son uno de los candidatos a disfrutar de la postemporada y adelantar varios plazos en su proceso de reconstrucción.