Este tuit de Phil Jackson tras la exhibición de Stephen Curry ante los Thunder incendió las redes sociales este pasado fin de semana. El Maestro Zen comparaba al mejor jugador de la actualidad con un ex jugador que, desgraciadamente, es más conocido por su estigmatización por negarse a escuchar el himno estadounidense en posición solemne que por su carrera NBA… Se trataba de una boutade más de este excéntrico pope del baloncesto mundial, pero… ¿puede haber algo de verosímil en esa comparación? En cierta manera, sí; en momentos puntuales de su carrera Chris Jackson (Mahmoud Abdul-Rauf tras su conversión al Islam a comienzos de los 90) fue un antecedente legítimo de Stephen Curry. 

Chris Jackson (1.83/1969) se formó como jugador en Louisiana State, donde dejó huella en la NCAA en los escasos dos años en los que vistió la camiseta de los Tigers (1988-90). Su talento anotador era extraordinario. Un base eléctrico que promedió 29 puntos por encuentro en su carrera universitaria y que fue elegido All American tanto en 1989 como en 1990. En Louisiana State coincidió con gigantes del tamaño (nunca mejor dicho) de Stanley Roberts y Shaquille O'Neal, pero ahí el rey era él. Especialmente brillante fue su año de novaro en la NCAA. Firmó en la campaña 1988-89 30.2 puntos, 3.4 rebotes y 4.1 asistencias por encuentro y dejó para la historia un buen número de actuaciones superlativas: anotó 48 puntos ante Louisiana Tech en su tercer partido universitario, endosó 53 tantos a Florida y alcanzó su mejor marca anotadora el 4 de marzo de 1989 cuando se fue a los 55 puntos (10 triples) ante Ole Miss, récord absoluto de anotación en un partido logrado por un freshman. En ese mismo encuentro tuvo delante a Gerald Glass, que sumó 53 tantos en un duelo anotador de leyenda. 

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Mike Hansen, que compartió vestuario con nuestro protagonista, relató en Solobasket su experiencia junto con Chris Jackson: " He tenido la suerte de compartir vestuario y competir contra grandísimos jugadores durante mi etapa universitaria, con la selección o en la ACB y solo  Nikos Gallis  se acerca un poco al aura que desprendía Chris de genio, de elegancia; y como jugador… era imparable.  Un base de 1.83, procedente del pequeño pueblo pesquero de Gulfport Mississippi, con un manejo de balón que nada tenía que envidiar al de los grandes magos de los playgrounds de New York City. Un tiro rápido, preciso y elegante como si de un especialista de raza blanca se tratara y un enorme poderío de salto que le permitía terminar muchas jugadas en alley-oop."

Chris Jackson era un trabajador obsesivo, tal y como relataba Mike Hansen: "Después de cada entrenamiento no se iba a la ducha hasta que no metía diez canastas seguidas. Bueno, estaréis pensando que tampoco es nada del otro mundo, pero el truco esta en que el balón no podía tocar el aro. Si lo rozaba lo más mínimo, vuelta a empezar. ¡Ni os cuento las veces que metía 20,30,40 seguidas, pero en la octava, el balón había tocado un poquito el maldito aro!".

El mismo Mike Hansen nos relataba acciones de Chris Jackson que no palidecen, ni mucho menos, ante las maravillas que firma actualmente Stephen Curry: "Estamos jugando contra la todapoderosa UNLV de Stacey Augmon, Larry Johnson y Greg Anthony. Chris sale de un carretón por la línea de fondo, recibe el balón en la línea de tres y se levanta para realizar el tiro. Hay un problema, Greg Anthony le ha defendido a la perfección y le va a poner un tapón de espanto, la reacción natural de cualquier jugador sería intentar bombear un poco más el tiro para eludir el gorro, o intentar el pase a un compañero, que casi siempre suele terminar en perdida; pues el bueno de Chris, en milésimas de segundo, decidió tirar el balón al antebrazo de Anthony, aterrizar para volver a levantarse, coger el balón, y meter el triple ante un Anthony totalmente desconcertado."

Chris Jackson tuvo que luchar durante toda su carrera con el Síndrome de Tourette, un trastorno neurológico grave que se caracteriza por manifestarse externamente con violentos tics involuntarios de las personas que lo padecen. Esa enfermedad obligó, por ejemplo, a que su habitación en Louisianan tuviese que ser forrada con un material blando para protegerle de los repentinos puñetazos que soltaba a las paredes. Tal y como relataba Mike Hansen, Jackson llegó más de una vez a entrenar con los nudillos ensangrentados. Cuando sufría brotes especialmente graves de su enfermedad, podía tardar hasta 10 minutos en atarse las zapatillas. En esas ocasiones, "su amor propio le impedía aceptar la ayuda de un compañero y como solidaridad hacia nuestro “Hermano”, le esperábamos todos en el vestuario, para luego salir todos juntos a la cancha y aceptar el castigo como equipo por llegar tarde al entrenamiento" expresaba Mike Hansen.

La fuerte medicación para intentar paliar las manifestaciones de esta enfermedad le hicieron ganar peso progresivamente, lo que afectó a la explosividad y la electricidad de su juego y mediatizó gravemente su carrera

Chris Jackson fue elegido en el tercer puesto del Draft de 1990, elegido por los Denver Nuggets. Sus seis temporadas en la franquicia de Colorado fuer notable: fue elegido en el segundo quinteto rookie en 1991, se le nombró el jugador más mejorado en 1993, rondó los veinte puntos de media en varias campañas y fue dos veces líder de la clasificación de porcentaje en los tiros libres, fruto de su trabajo, concentración y perfeccionismo. Pero no alcanzó el grado de excelencia de su primera época en Louisiana. Aunque en un momento puntual, justo antes de la tormenta producida por el tema del himno estadounidense, pareció estar muy cerca de romper como jugador NBA y ser el Chris Jackson que apuntaba en su época universitaria. En esas semanas fue la precuela de Stephen Curry en la liga. 

Nos situamos en las primeras semanas de la temporada 1995/96, campaña en la que acabó promediando 19.2 puntos, la cota máxima de su carrera. Chris Jackson, ya rebautizado como Mahmoud Abdul-Rauf, un arranque de campaña simplemente espectacular. En su primer partido de la fase regular firmaba 32 puntos y 13 asistencias contra los Lakers, posteriormente sumaba 30 puntos y 9 asistencias ante los Spurs. Dos semanas más tarde, aportaba 30 puntos, 8 rebotes y unas extraordinarias 20 asistencias ante los Suns. Su espectacular línea continuaba con 39 puntos (8 triples) y 10 asistencias ante los Mavericks. Y cerraba este periodo a lo grande: 51 puntos y 9 triples ante los Jazz

Durante una semanas, Mahmoud Abdul-Rauf brilló a un nivel superlativo. Fue ese jugador que deslumbró en la NCAA y, por su juego, pueden encontrarse ciertas similitudes con el actual Stephen Curry.

Por desgracia, su luz no brilló por mucho más tiempo. Sus nuevas creencias religiosas le alejaron un tanto de sus compañeros y su actitud ante el himno americano le dejó marcado ante jugadores, aficionados y la propia liga, para siempre. Su estigmatización ante la opinión pública y la acentuación de su enfermedad llevaron a un rápido declive de su carrera. Tras pasar por Sacramento Kings y Vancouver Grizzlies, abandonó definitivamente la NBA en el 2000, para jugar en países como Turquía, Rusia, Italia, Grecia, Japón e, incluso, Arabia Saudi para colgar las botas en 2011. En esos años sufriría en su país el ataque del temido Ku Klux Klan, protagonista de actos vandálicos contra su hogar en Mississippi. 

Independientemente de lo que podamos opinar sobre sus actitudes y convicciones, Chris Jackson/Mahmoud Abdul-Rauf es un ejemplo de superación. Los obstáculos que le puso la vida le dificultaron llegar a lo más alto y condicionaron su carrera profesional, pero a base de trabajo, trabajo y trabajo ofreció fogonazos de un talento que, por qué no decirlo, nos pueden llegar a recordar al actual Stephen Curry.