A Rasheed Wallace su fama de jugador polémico le ha perseguido durante toda su carrera, en la que coleccionó un buen número de técnicas señaladas. Pero más allá de su vertiente controvertida, Wallace ha sido durante la última década y media uno de los ala-pívots de más clase y talento de toda la NBA. Un 2.11 de buenos movimientos de espaldas al aro, gran tiro exterior y dura defensa, cuya mala cabeza le ha jugado malas pasadas en ocasiones. El mote de Etiqueta Negra con el que le bautizó el añorado Andrés Montes le viene como al anillo al dedo, pues define a la perfección toda la clase que llevaba dentro. Un jugador distinto, de los que no pasa desapercibido.

Ahora, a los 35 años y tras 15 temporadas en la NBA, llega la hora del adiós para Wallace. Llegó a la mejor liga del mundo en 1995, tras ser elegido por los Bullets (actuales Wizzards) en la 4ª posición del draft. Tras una buena campaña como novato (fue seleccionado como miembro del 2º Quinteto Rookie de la temporada), recaló en los Blazers, donde se convirtió en el estandarte de la franquicia en las 8 temporadas que defendió los colores del equipo de Oregón. Era el chico más malo de los Jail Blazers, pero también su lider espiritual y su jugador con más talento. Con los Blazers acarició con los dedos disputar las series finales de 1999 y 2000. En ambos casos la franquicia de Oregón cayó en las finales de conferencia ante Spurs y Lakers respectivamente. Especialmente dolorosa fue la derrota ante los Lakers por 4-3 en 2000. Los Blazers perdieron una oportunidad única, desaprovechando una ventaja de 15 puntos en el último cuarto del 7º encuentro de las series.

En febrero de 2004, Wallace dejaría los Blazers, acabando en los Pistons, previo paso fugaz (tan solo 1 encuentro) por los Hawks. En la franquicia de Detroit formaría con Ben Wallace un duo interior a temer. Llegó y besó el santo en los Pistons, ya que la franquicia se haría con el anillo de campeones tras sorprender a los Lakers en las finales de 2004. Los de Detroit volverían a repetir final en 2005, pero caerían ante los Spurs.

El pasado verano Wallace se uniría a los Celtics para intentar lograr un segundo anillo. Las prestaciones de Rasheed en la temporada recién finalizada no fueron las mejores. Saliendo desde el banquillo, promediaría 9 puntos y 4.1 rebotes en la fase regular y tan solo 6 puntos y 3 rebotes en play-offs. Ya no era el Rasheed de siempre. Y el propio jugador ha sido consciente de ello. Ahora deja el baloncesto profesional tras 15 temporadas en las que ha ganado 1 anillo, ha disputado 4 All-Stars (2000, 2001, 2006 y 2008) y ha sumado 15860 puntos, 7321 rebotes, 1988 asistencias y 1445 tapones… a una media de 14.6 puntos, 6.7 rebotes, 1.8 asistencias y 1.3 tapones por actuación. Adiós a una estrella singular.

Los trucos de todo un mago: