Señalaba Moncho Fernández en la previa que el partido de hoy se comenzó a jugar en los dos últimos minutos contra Valencia y el lunes con la aparición de pancartas de apoyo en el pabellón de Sar, que había centrado todo su discurso y arenga a los jugadores en que entendiesen la responsabilidad de defender a una afición que es capaz de despedir a los suyos con una ovación cuando acababan de perder por 32 puntos. Vaya si logró tocarles la fibra… Río Natura Monbus salió hoy al campo como se sale a las finales, a dejarse la piel en cada balón, a jugar con una intensidad que hasta el momento se había visto durante muy pocos minutos en Sar esta temporada, y a esto sumó un acierto y una suerte de la que había carecido hasta el momento. Enfrente un Barcelona que comenzó el partido al tran-tran , a un ritmo que creía que sería suficiente para llevarse el partido, pero hoy Obradoiro era otro equipo, con una intensidad inicial que buscaba que el equipo catalán no se fuese desde el principio. Y lo consiguió, al principio con dificultad, pero al final con solvencia.
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Moncho Fernández planteó hoy una defensa que no es nueva, que busca descentrar al contrario con continuos cambios que fuerzan los emparejamientos grande-pequeño (miss match) para que los exteriores tengan menos espacios ante hombres de mayor envergadura, y que ha de estar muy ajustada para que cuando un pequeño se queda con un grande en la pintura, se produzca rápidamente la ayuda de un segundo hombre. Esto, que parece muy fácil, hasta la fecha no había funcionado, pero hoy dio un resultado que salta a la vista. Los jugadores blaugranas estuvieron todo el partido muy incómodos con esta defensa, sin encontrar alternativas en el ataque, con una circulación de balón lenta y que hacía que la defensa de Río Natura Monbus ganase en cada jugada más y más confianza. El primer cuarto fue una primera piedra de toque donde el equipo de Xavi Pascual se dio cuenta que para llevarse el partido hoy de Sar iba a tener que sudar y mucho, y aunque se fue con ventaja al final (16-19) no se encontraba cómodo a pesar del buen parcial de Marcelinho Huertas, con 7 puntos y 10 créditos de valoración. Obradoiro, en este período, iba a trompicones en ataque, con Muscala, Minnerath y Rafa Luz tratando de capear el temporal.
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El segundo cuarto comenzó como el primero en lo que se refiere a intensidad, aunque el Barça comenzó a dar sus primeros síntomas de problemas en defensa, ante las penetraciones de un Rafa Luz hoy muy centrado y motivado, que dieron lugar a sendas canastas de Oriol Junyent y Scott. Sin embargo, un triple de Abrines abrió la primera brecha importante en el partido (20-26) y que forzó a Moncho Fernández a cortarlo con tiempo muerto. Tras el mismo, parcial de 6-0 para Obradoiro que le hizo empatar en el marcador y forzar con ello el tiempo muerto de Xavi Pascual, muy enfadado durante todo el choque. Junyent con un triple consiguió la primera ventaja del partido para Obradoiro (29-28) y que sería el comienzo de un partido memorable del veterano jugador catalán. Se llegaría al descanso con empate en el electrónico y con todo por decidir en los dos cuartos por jugar (32-32).
Tras la reanudación el equipo de Xavi Pascual comenzó a hacer aguas en defensa, a lo que se sumó una sequía en ataque que hizo tirar el partido a los catalanes, que comenzaban a desquiciarse y se plasmaba en situaciones como fue una falta antideportiva de Papanikolaou, que permitió al equipo gallego irse con una ventaja considerable en un partido que, hasta entonces, estaba siendo bastante equilibrado (46-38). A partir de ahí dos jugadores canalizaron la producción anotadora del equipo gallego: Alberto Corbacho y Oriol Junyent, y que hicieron que el equipo gallego se fuese de más de diez puntos, ventaja que ya no volvería a perder durante el resto del partido. También hay que reconocer que hoy a Obradoiro le salía todo y no hay más que ver un triple sobre la bocina de posesión de Corbacho apartándose hacia un lado, y que veremos en todos los resúmenes, esos triples que muy pocos jugadores son capaces de meter, pero él es uno de ellos.
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A partir de ese momento se acabó el partido, ya que Río Natura Monbus alcanzó los 14 puntos de renta (60-46) y a pesar de los buenos momentos finales de Pullen, pero ya era tarde. El equipo de Moncho Fernández, a partir de ahí, comenzó a jugar con el reloj de forma inteligente y hasta llegar al 77-60 final, que deja bien a las claras la superioridad del equipo de la capital de Galicia hoy en el coliseo obradoirista.