Los primeros compases del partido estuvieron marcados por unas defensas muy intensas, lo que obligaba a ambos equipos a alargar al máximo sus posesiones en ataque. Los amarillos se adelantaban con un buen triple de Tomás Bellas, que sería la única canasta durante mucho tiempo. Los errores se hicieron dueños del partido, los locales no veían el aro y les costó conseguir su primera canasta, obra de Mario Delas después de casi cuatro minutos del primer cuarto. Las defensas seguían a gran nivel, los ajustes de ambos conjuntos en su propio aro nos dejaba un marcador bastante corto, aunque un buen tirón claretiano comandado por un Tomás Bellas que alcanzaba los ocho puntos ponía la primera ventaja considerable (6-12). La igualdad volvía a hacerse patente, los chicos de Moncho Fernández despertaban de la mano de Delas y Junyent, pero el acierto exterior del Gran Canaria se sobreponía al número de pérdidas, cuatro en este periodo, para dar por terminado el primer cuarto con seis puntos por delante (14-20).
El conjunto compostelano salió con las pilas cargadas y dispuestos a romper el partido. Subiendo su intensidad defensiva y encontrando a Oriol Junyent en ataque el Obradoiro lograba ponerse por delante en el marcador con un parcial de 7-0. El veterano pívot catalán estaba dándole una clase de fundamentos al canterano Walter Tavares. El Fontes Do Sar se metía también en el partido, la afición del Obra arengaba a los suyos para que continuaran poniendo tierra de por medio. Los dos equipos se intercambiaban las canastas y el liderato del marcador, lo que nos dejaba un partido tremendamente igualado (31-31). La participación de Walter Tavares estaba siendo muy importante para los amarillos, el caboverdiano intimidaba y reboteaba con soltura, a pesar del daño que Junyent le estaba produciendo. Un final de cuarto soñado de Oriol Junyent, que terminaba esta primera parte con 13 puntos, 5 rebotes y 17 de valoración, consiguió que los gallegos se fueran al descanso con cinco puntos de ventaja (36-31).
El paso por los vestuarios ayudó a que el Gran Canaria saliera mejor que en los últimos instantes de la primera parte; dos triples amarillos consecutivos devolvían la ventaja a los de Pedro Martínez. Las defensas era protagonistas una vez más, con una intensidad y una rapidez altísima. La participación de Mike Muscala se veía entorpecida tras verse cargado de faltas por culpa, en su mayoría, al gran partido de Walter Tavares en defensa. Los amarillos ponían seis de ventaja gracias a un Newley metidísimo en el encuentro, lo que obligó a Moncho Fernández a solicitar tiempo muerto (40-46). No obstante, las pérdidas eran una losa gorda que no dejaba que el Gran Canaria terminara de marcharse. El Obradoiro se venía arriba gracias otra vez a la participación de Junyent y a un mate de Pavel Pumprla que levantaba el Fontes Do Sar, pero la templanza amarilla fue suficiente para mantenerse por delante (46-50).
Nos íbamos a un último periodo que llevó a los dos equipos a realizar un juego más físico, donde la brega y la lucha se imponían al talento. El ritmo de partido no ayudaba a ninguno de los dos, además el porcentaje de lanzamiento no era el adecuado para apretar el marcador, pero el Obradoiro se metió en el partido y dio la vuelta al marcador (52-51). El abuso del tiro exterior por parte amarilla no les ayudaba, estaban sufriendo la buena defensa del Obradoiro. Aún así, los triples aparecieron por parte de ambos equipos, consiguiendo hasta cuatro seguidos, dos por cada escuadra. Entonces apareció Alberto Corbacho para poner un punto de inflexión en el partido, dejando a los suyos con cuatro puntos por delante a dos minutos del final (63-59). Sin embargo, el Gran Canaria se metió de lleno gracias a sus dos mejores jugadores, pues un triple de Bellas y una bandeja de Newley empataban el partido para mandarlo a la prórroga (66-66).
La prórroga comenzaba con ambos conjuntos algo nerviosos dadas las circunstancias. El Gran Canaria dio primero con triple de Báez, aunque Mike Muscala se guardó lo mejor para el final manteniendo a Obradoiro en el partido (70-71). Los de Pedro Martínez apretaron los dientes en defensa y manejaban a la perfección su ventaja, llegando a poner hasta cinco puntos de diferencia en el marcador. Con Obradoiro en una encrucijada apareció otra vez la figura de Corbacho para intentar recortar las distancias desde el 6’75, pero los tiros libres amarillos y la desesperación gallega dejó que el partido muriera para que el Gran Canaria rompiese su mala racha de derrotas (77-83).