Duelo de alto voltaje el que se vivió en la semifinal, con ambos equipos con las ideas muy claras. Por una parte, un Spar Citylift Girona que quiso descolocar a la principal arma ofensiva de cuartos de Valencia Basket: Meiya Tirera. Dicho y hecho, pues Abby Bishop anotó 5 puntos consecutivos jugando desde la línea de triple. Por otro lado, las valencianas tenían claro a quién darle el balón. A la jugadora que se fue hasta los 23 puntos hace menos de 24 horas: la propia Meiya Tirera. Sin temor a equivocarnos, podemos asegurar que los aficionados ya se esperaban un inicio tan igualado y disputado por parte de ambos equipos. Si el primer parcial cayó a favor de las catalanas -11-3 en apenas 3 minutos-, después del tiempo muerto la dinámica cambió bajo la dirección de Queralt Casas y el encuentro se igualó de nuevo. Antes de cerrar el cuarto todavía nos dio tiempo a presenciar dos parciales más. El primero, de UniGirona buscando una y otra vez la pintura a través de Elonu y las demás ventajas; el segundo, de Valencia Basket al entrar Roso Buch con sus 5 puntos casi seguidos (24-24).

El acierto del primer cuarto tardó poco en reaparecer, pero con un claro color taronja. Remando y remando, y con el parcial todavía abierto, Raman colocó por delante a las de Rubén Burgos por primera vez en todo el partido. No fue hasta pasados cuatro minutos que hizo acto de presencia una jugadora que iba a cambiar el mal tramo de Spar Citylift Girona. Y se hizo la luz. Sí, Sonja Vasic, que había salido desde el banquillo, fue un torbellino anotador. Ella fue quien rompió el parcial en contra de 2-11 y la responsable de anotar 11 puntos en el segundo periodo, casi sin fallo. Una muñeca privilegiada y un acierto sin igual que no pudo tomar la ventaja que deseaban las catalanas porque, en los minutos del periodo, Tamara Abalde, su lucha en la zona y los tiros libres volvieron a ajustar el marcador antes del descanso (43-42).

El descanso sirvió a ambos equipos para ajustar los aspectos defensivos que no acababan de funcionar. Aunque el final del periodo fuera el mismo, hubo cuatro protagonistas por encima del resto. En un bando, la magia de Laia Palau y los puntos desde todas las posiciones de María Araújo -anotó 7 en el 3Q-. En el otro, los espacios generados y los bloqueos de Tirera y la implicación y el carácter de Queralt Casas. Siempre con una ventaja mínima, UniGirona fue incapaz de frenar los chispazos de Joy Brown al final del cuarto, mientras que Valencia Basket se mostró impotente al ver pasar la vida, y con ella, la determinación de Laia Palau. En la primera mitad se pudo disfrutar de la versión más pasadora y, aunque en el tercer cuarto anotó puntos, regaló una asistencia -más- para mantener el statu quo del partido: las catalanas liderando, pero no de forma cómoda. 

Más corazón que puntos, más entrega que efectividad, más errores que cabeza. Los primeros minutos del último cuarto no fueron de nadie y en ese transcurso del encuentro se sucedieron las entradas erradas, las pérdidas de balón y los ataques largos que no iban a parar a ningún lado. Pero entonces sucedió. Aquello que tiene tan bien acostumbrada a Fontajau, aquello que es casi imparable, aquello que ha llevado a Spar Citylift Girona a la final: la unión, la fuerza del grupo, la calidad de cada componente del quinteto en pista. La muñeca de Vasic, la actividad de Araújo, la constancia de Bishop y la jerarquía de Palau. En un visto y no visto, un parcial de 16-4 enmudeció a la afición valenciana y dejó sentenciado el encuentro. Al final, 77-60.

1. La unión hace la fuerza. El vendaval en el ecuador del último cuarto fue otro nivel. Las habrán eliminado de la Euroleague, pero este bloque tiene una calidad innegable. Cuando todo iba encaminado hacia un final ajustado -otro más-, las de Eric Surís sacaron lo mejor de cada una de ellas y sentenciaron. Es un equipo que cree, y un equipo que cree es muy difícil de parar. El detonante fue el parcial de 16-4, pero lo más remarcable fue que se produjo en pocos minutos. Como un empujón final, como un halo de energía necesario para volver a reeditar la final del año pasado, y del otro, y del otro…

2. Valencia Basket luchó hasta que la energía dijo “basta”. No debemos olvidar que hace escasas horas ambos equipos libraron una dura batalla para acceder a las semifinales. Valencia Basket luchó y luchó hasta los últimos minutos. “Da rabia, porque podríamos haber ganado”, comentó Queralt Casas tras el encuentro. Al principio fue la propia Queralt quien tomó el mando de las valencianas; después, Reisingerová, junto con Rosó Buch -ambas ex del conjunto gerundense- se encargaron de ser el arma ofensiva más constante. No pudo ser, pero este Valencia Basket ha venido para quedarse por mucho tiempo en la Copa de la Reina.

3. Se agotan los calificativos para Laia. Fue una de las protagonistas en el parcial que decantó el partido, pero la trascendencia de Laia en este partido, como en tantos otros, fue más allá. Líder en asistencias (9), jugó e hizo jugar al equipo a las mil maravillas. Bishop fue la más valorada (20), pero Laia Palau (19) dio un clínic de cómo jugar a baloncesto. En zona mixta, su compañera Nuria Martínez afirmó que el adjetivo que más se le ajusta es “GRANDE”; así, en mayúsculas. Mañana más.