El equipo granadino afronta su primera andadura en LEB Oro, pero Granada no es una “novata” en estas lides, ya que los anteriores equipos de la ciudad han militado en ésta y en categorías superiores. Tanto la afición como la directiva nazarí saben que la LEB Oro es muy complicada, y en todos los estamentos de la ciudad hay “ilusión y cautela”. Desde que se consiguiera el ascenso la pasada temporada, se ha triplicado el presupuesto respecto al año anterior, en una clara apuesta de COVIRAN por el deporte granadino de élite, y se han medido los esfuerzos para trabajar y sacar el máximo rendimiento al incremento económico.
Es por esto que el cuerpo técnico del Fundación CB Granada ha trabajado de forma muy seria en el mercado veraniego, han fijado la columna vertebral del equipo con los jugadores importantes que consiguieron el ascenso, lo que asegura compromiso, un menor tiempo de adaptación de la plantilla, conocimiento del modo de trabajar y las exigencias del cuerpo técnico… y además, estos jugadores cuentan con experiencias previas en la máxima categoría de la FEB.
En segundo lugar, los granadinos han sondeado el mercado buscando jugadores de calidad, que mejoren la plantilla… pero ajustándolos a la idea de equipo que Pablo Pin tiene en la cabeza, y ha sido ese trabajo concienzudo y delicado, ese esfuerzo que ha demostrado conocimiento, no sólo del mercado sino de la dinámica de un equipo, lo que ha dado como resultado un plantel que, si a priori se podría pensar que iba a ser confeccionado para mantener la categoría, ha resultado ser de mayor calidad de lo esperado, lo que convierte a los granadinos, a priori, en aspirantes a luchar por los puestos altos de la tabla y, por qué no, ser aspirantes a luchar por el ascenso.
EQUIPO
Ese ha sido en el pasado, y lo será en el futuro, la clave del éxito o el fracaso del Coviran Granada. Evidentemente debe haber líderes en la pista, pero el equilibrio de roles, minutos y parcelas de responsabilidad que confecciona Pablo Pin para cada una de sus plantillas, hace que todos los jugadores se sientan parte igual de un todo, logra conseguir un engranaje que, puede fallar al completo, pero que si se detecta que una pieza flaquea en un momento determinado, su recambio va a ser de totales garantías. Son ya siete temporadas con esta forma de trabajar, y los resultados la avalan.
Espíritu de EQUIPO, integración de los nuevos elementos en una familia entorno a un balón naranja, todos con un claro objetivo en la mente, mejorar cada semana y afrontar el próximo partido como si fuera el último. Esa ha sido la clave del Coviran Granada para conseguir hacerse con el campeonato de LEB Plata y esa debe ser la receta a reproducir en LEB Oro. Si se consigue, este plantel de jugadores dará muchas alegrías a su afición y muchos quebraderos de cabeza a sus rivales.
EQUILIBRIO
La pasada campaña el equipo adolecía de falta de equilibrio en algunos puestos, los granadinos tenían muy bien cubiertos los puestos “pequeños”, pero cerca del aro había algunas lagunas. Con las nuevas incorporaciones este “déficit” parece haberse resuelto, y sobre el papel, el conjunto está más equilibrado, a la vez que se han reforzado las líneas que dieron buen resultado la última temporada.
En la dirección del equipo se ha conseguido mantener la calidad aportada por Carlos de Cobos y Carlos Corts, jugadores que dieron solidez y un ritmo diferente a los partidos, aportando talento ofensivo en las botas de Josep Pérez, lo que da como resultado una tripleta de bases que se pueden complementar perfectamente. En el puesto de escolta, Manu Rodríguez ha de demostrar todo el potencial ofensivo que tiene en sus manos y Alo Marín está ante la gran oportunidad para sorprender en LEB Oro, contarán en ocasiones con el apoyo de De Cobos, que ya ejerció de “dos” en momentos puntuales de la temporada. En el puesto de Alero, tanto Eloy Almazán como Joan Pardina son aleros físicos que conocen bien la liga y aportan mucho en los intangibles. En el poste bajo, al talento y el trabajo de Bortolussi e Iriarte se suma la experiencia y la clase de un Guille Rubio que aportará tanto dentro como fuera de la pista, el auténtico salto de calidad de esta plantilla, que será mucho más sólido con el trabajo que Devin Wright y Sergio Olmos son capaces de generar bajo aros
LAS CARAS NUEVAS
JOSEP PEREZ
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JOAN PARDINA
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SERGIO OLMOS
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GUILLE RUBIO
La incorporación de Rubio ha sido la guinda del pastel. Es un interior que puede jugar tanto de ala-pívot como de pívot, y con 35 años, tras haber disputado 288 encuentros en la Liga ACB a lo largo de su extensa carrera y después de haber sido clave la pasada campaña en el Breogán para lograr el ascenso, será el arma secreta de Pablo Pin en la pista, no sólo por su enorme clase, sino por la veteranía que atesora. Entre la afición está llamado a ser el “Jesús Fernández de esta temporada”, ese jugador imparable que supera a los rivales, más que por físico, por superioridad mental. Por su carácter además será un líder natural. Es intenso, alegre en el juego, afable en el trato y serio en el trabajo. Los que tenemos unas cuantas temporadas viendo baloncesto en el Palacio de los Deportes lo hemos vivido siempre como rival, en Granada ha realizado verdaderos partidazos, eran otros tiempos, pero ahora toca disfrutarlo “de nuestro lado”.
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