Con el inicio de la Liga Endesa 2024-25 a la vuelta de la esquina, el Covirán Granada se prepara para una temporada clave bajo el mando de Ramón Díaz, su nuevo entrenador. Tras una larga trayectoria en la G-League y el baloncesto norteamericano, el técnico granadino regresa a casa con una propuesta clara: construir un equipo físico, agresivo y con un estilo de juego ofensivo, rápido y moderno.
En esta entrevista exclusiva con Solobasket, Ramón Díaz habla sobre su filosofía de trabajo, el impacto de los datos en el baloncesto actual, el proceso de construir identidad táctica desde cero, y la importancia de convertir el Palacio de Deportes de Granada en un fortín. Un proyecto ambicioso que busca no solo la permanencia, sino también despertar una nueva era en el baloncesto granadino.
A una semana del debut: motivación y objetivos claros
Ramón Díaz se muestra exultante a pocos días del estreno en la Liga ACB. Reconoce estar “muy motivado, con muchas ganas de que llegue ese 5 de octubre”. Antes, espera con ilusión la presentación del equipo y subraya que tras casi seis semanas de trabajo “el balance ha sido muy, muy, muy bueno en todos los sentidos”.
El técnico señala que vive estos días con la expectativa de comprobar si su equipo ha dado “ese paso que tanto le he pedido, tanto a nivel físico como táctico”, convencido de que es el momento de verificar si el esfuerzo de la pretemporada empieza a consolidarse.
Un equipo nuevo, sólido y con identidad
La llegada de los internacionales tras el EuroBasket ha transformado la dinámica de los entrenamientos. Díaz lo describe como algo “muy gratificante”. Destaca especialmente la aportación de Elias, a quien considera “un jugador con un talento innato, uno de los más importantes del equipo, con un físico altísimo, que nos va a dar muchísimas cosas”.
En su análisis, recuerda que las dos primeras semanas se centraron en implantar la identidad del equipo y establecer los pilares básicos. Posteriormente, añadió complejidad táctica tanto ofensiva como defensiva, y ahora empieza a recoger frutos de “la intensidad con la que entrenamos desde el principio y del gran volumen táctico que hemos trabajado”. Tanto es así que, cuando se le pregunta cómo sabrá ese fruto en la jornada 1, responde con humor: “Dulce”.
Lo que Ramón Díaz ha importado de la G-League a Covirán Granada
Su experiencia en Estados Unidos ha marcado su filosofía. Explica que no solo él, sino muchos equipos europeos, han importado ideas del baloncesto NBA. La primera consigna es clara: “jugar al máximo número de posesiones posibles”. La segunda, buscar los tiros más eficientes: “el tiro libre, la pintura y el triple desde las esquinas”.
A partir de esos principios construye todo: una defensa agresiva, jugadores atléticos que dominen el rebote para correr, volumen alto de triples y perfiles con capacidad física y ritmo. “Porque cuanto más ritmo tienes, más fácil es finalizar”, resume.
De la G-League a la Liga Endesa: diferencias y aprendizajes
Con amplia trayectoria en México y la G-League, Díaz detecta diferencias claras entre los jugadores americanos y los de la ACB. Señala que allí predomina un pensamiento más individualista, no solo en mentalidad, sino también en la forma de entrenar, con un gran énfasis en la mejora personalizada.
Sin embargo, aclara que la mayor diferencia no está tanto en la personalidad como en los tiempos de trabajo. “La pretemporada obligatoria es de solo 12 días, mientras que aquí son casi seis semanas. Eso cambia todo”, explica. Ese margen permite implantar una carga táctica mucho mayor en España. En cambio, el calendario exigente de la NBA y la G-League obliga a reducir el trabajo colectivo, lo que acentúa la sensación de ligas centradas en el talento individual.
Confesión: “El data es crucial. Lo usamos todos los días”
Además de entrenador, Díaz se reconoce como un apasionado del análisis estadístico. “Para mí, es crucial”, asegura. Aunque nunca renuncia al “feeling” desde el banquillo, considera imprescindible sacar partido de las herramientas actuales.
Cita un ejemplo claro: “Si tú crees que tu equipo está jugando bien en ataque pero los datos te dicen que estás produciendo 0.7 puntos por posesión… algo estás haciendo mal”. Por eso analiza continuamente el data, tanto ofensivo como defensivo, y no solo en partidos, sino también en entrenamientos. Incluso comienza las sesiones mostrando al equipo los datos del día anterior comparados con los objetivos marcados. Lo define como “una herramienta de mejora constante y objetiva”.
Una sesión larga, única… y una rutina sin descanso
Aunque oficialmente el equipo solo entrena por la mañana, Díaz aclara que se trata de una jornada única pero muy larga e intensiva. Prefiere evitar dobles sesiones para no repetir activaciones, vendajes o desgastes psicológicos.
La rutina comienza con trabajo individualizado (tiro, físico o técnica), seguido de entrenamientos colectivos de alto volumen que se alargan hasta tres horas y media en pista. Luego continúa la labor fuera del parquet: revisión de datos, análisis de vídeo, planificación del día siguiente y preparación de scouting. Durante la temporada, asegura, el staff trabaja “full time, 24/7. Siempre hay algo que ajustar, preparar o revisar”.
La tercera pata del rendimiento: el descanso
En cuanto al descanso, admite que es difícil controlarlo al 100%, pero sí se marcan pautas claras. “Hoy en día muchos jugadores tienen una profesionalidad muy alta”, señala, convencido de que es responsabilidad de cada uno ejecutarlas.
Destaca la labor de su staff, en especial de Pinzas, que recalca siempre la importancia del descanso. Díaz coincide: “El descanso es quizás la parte más importante del entrenamiento, porque es lo que permite asimilar la carga y rendir al día siguiente”.
Rousselle, Tomàs y la eterna juventud
El entrenador se deshace en elogios hacia Jonathan Rousselle. “Lo de Rousselle es increíble. Parece que se ha tomado una pastilla del elixir de la juventud. Cada año lo veo mejor, y no solo físicamente”, confiesa. Eso sí, advierte que es necesario gestionar las cargas por su edad, y por ello Maicah está asumiendo un rol importante en la dirección de juego.
Plan B en la dirección de juego
Respecto a la rotación en la posición de base, Díaz introduce el nombre de Jovan Kljajić como comodín. Lo define como un combo capaz de jugar de base, escolta o alero, con capacidad para liderar, manejar el balón y aportar un plus físico en defensa. “Puede hacer de todo: pick&roll, bloqueos indirectos, jugar con y sin balón”, asegura.
Un Covirán Granada físico, agresivo y con muchos puntos
La idea de Díaz es clara: Covirán Granada será un equipo que exija mucho físicamente. Pretende defender a toda cancha, negar líneas de pase e incomodar siempre. Aun así, es consciente de que recibirán muchos puntos. “La gente dirá: les meten 90 puntos. Pero nosotros vamos a jugar a muchas posesiones. Nuestro objetivo es anotar más que el rival”, explica.
Subraya que el equipo ya ha trabajado el equilibrio entre correr y saber jugar en media pista: “Ese ‘algo más’ es lo que estamos trabajando ahora”.
El Palacio: mucho más que una cancha
El técnico tiene claro el papel de la afición: “Lo espero, lo deseo y lo pido”. Afirma que el apoyo del Palacio será decisivo y que muchos rivales no resistirán el ritmo del equipo si la grada se convierte en un fortín.
Volver a casa: una decisión emocional y profesional
Díaz confiesa que hace tres meses no contemplaba volver a Granada. Su camino parecía orientado a la NBA, donde seguía vinculado a la Federación de Canadá. Sin embargo, ahora considera que tomó la decisión correcta.
“La gente está ilusionada, se nota en la calle, en el metro, en el supermercado… jóvenes, mayores, de todos los perfiles. Hay una atmósfera muy bonita alrededor del equipo”, describe. Y añade: “No sé si la ilusión la hemos generado nosotros o si ellos nos la están contagiando, pero la energía es mutua. Y eso es muy poderoso”.
¿Y el futuro? Europa, NBA… o soñar desde Granada
El técnico no descarta regresar algún día a la NBA, aunque asegura que ahora está centrado “al 100% en Covirán Granada”. A medio plazo, su objetivo es dar un paso más como equipo. La permanencia es el primer reto, pero no se resigna a eso: “Soñar con jugar en Europa no es ninguna locura si mantenemos los pies en el suelo”.
Un mensaje para la afición
De cara al debut, promete que la afición verá “a un nuevo Covirán, un equipo con una identidad clara: defender agresivo, correr mucho, jugar a ritmo altísimo”. Confía en que el espectáculo enganche también a nuevas generaciones.
Y concluye con un mensaje directo: “Nos vemos el 5 de octubre. Vamos a tener momentos buenos y otros no tanto, pero los vamos a necesitar en todos. Tenemos que hacer del Palacio un fortín. Que nadie salga vivo de aquí”.