Somos el mejor equipo del mundo porque somos el grupo que lleva más tiempo junto. Los jugadores han ido creciendo juntos desde hace quince años” afirmaba una y otra vez el seleccionador Juanan Orenga durante el verano.

Es la frase que repesqué para el artículo sobre los malos antecedentes. La elegí porque me ‘acojonó’. Porque la base de la selección que más éxito nos ha dado, los Júnior de Oro del 80, actualmente está en los 34 años y eso exigiría una mayor dedicación al juego de conjunto y a aumentar las rotaciones. Porque  siendo la preparación en España, con tal bola mediática, obligaría a un titánico ejercicio de concentración.

Desde las Olimpiadas del 92 que el baloncesto no me robaba el sueño. Me acuesto a las tres en estado de shock tras ver a una revolucionaria pero limitada Francia pasar por encima de nuestro legendario equipo (65-52). Me despierto a las 6 dando vueltas en la cama. Es un final demasiado feo y duro para la mejor generación de la historia del baloncesto y, quién sabe, tal vez de Europa. Francia ha hecho un partido impecable. Han estado fantásticos pero…

¡Basta! Lo mejor es levantarme y escribir estas líneas por aquello de George Owell “periodismo es algo que alguien no quiere que publiques, lo demás son relaciones públicas”. Los que estamos ese mundo sabemos que vivimos en un momento muy gris. Pero bueno, ese es otro tema que daría para varios posts.

El verano del 2006 tuve la ocasión de formar parte del equipo que armaría LaSexta para sostener el Sport Center del Mundial de Japón al que la cadena, entonces novel, extendería la alfombra roja aquella misma temporada. Fue la cobertura más importante que jamás se haya conocido. 12 horas de baloncesto, sin descanso. Todo salió bien. La apuesta de la cadena, todo el equipo humano elegido y, claro, los resultados deportivos. En varios aspectos, lo contrario de lo que le ha ocurrido a Mediaset.

Por ello, personalmente tuve la gran suerte de vivir de muy cerca aquel Mundial siendo una de las alrededor de 70 personas que contrató LaSexta para tal despliegue. Desde las 4 de la mañana todo era baloncesto hasta las 18 o 19 que llegaba a casa. Oir desde Japón en off a Andrés Montes, Iturriaga, Epi, De la Cruz o Mel Otero no tenía precio. Como fue impagable compartir los espacios de descanso de los estudios de Mediapro con los invitados que nos llegaban cada día y esperaban relajadamente su turno. Vi partidos de España junto a los Angulo, Aito, Aranzana o Antonio Martín. Vi partidos de Italia junto a Scariolo. Vi partidos de Argentina junto a ‘Pancho’ Jasen y Lescano. Y así, una larga lista. Siempre lo diré, en aquellos estudios de Sant Feliu de Llobregat nos sentimos todos campeones del mundo. Como si formáramos parte del staff técnico.

Aquel fue el punto de inflexión de la historia del baloncesto español: ¡Campeones del mundo! Sin Pau Gasol (lesionado) en la final pero apalizando a una Grecia (70-47) que había tumbado a los Estados Unidos. Como el sueño que debe estar saboreando Vincent Collet. Lo imposible se hizo posible. No fue suerte. Suerte habría sido que España le hubiera ganado ayer a los galos o que Grecia lo hubiera hecho aquel 3 de septiembre del 2006 en Saitama.

Todo el mundo señala a Orenga como máximo responsable pero para darse un tal mal desenlace de estos chicos son más los puntos a reflexionar:

1) Juanan Orenga
¿Cómo puede ser que en un país donde abundan grandes entrenadores, -algunos repartidos por el mundo-, tenga a un técnico no contrastado en su propia selección? De forma cíclica, por creer saber la respuesta, la pregunta me martirizó una y otra vez.

La pobre reacción táctica (también defensiva; solucionamos lo de defender a aleros altos defendiendo con un base), carente preparación de los partidos, mala distribución de minutos y, por consiguiente, inexistente implementación de roles muestran que en un ranking de primeros entrenadores de la LEB Oro Orenga, no andaría sobrado. Es justo apuntar que Orenga aceptó como vital competencia del cargo el lema “¡Viva el buen rollo!”, lo que nunca nos permitirá saber qué más podría haber hecho a parte de 'no molestar'. Se entiende que un entrenador de perfil muy táctico y controlador sería una tragedia para jugadores y FEB en campeonatos tan cortos pero se pasó a un extremo.

2) José Luis Sáez (presidente) y Ángel Palmi (director deportivo)
“Casi siempre consiguen llevar a los mejores. Me da envidia sana” palabras de Sasha Djordjevic. Y es cierto. Fue el único equipo del Mundial que estuvo al completo en un Mundial en el que nadie lo estaba. Es de alabar. No es nada fácil. Los jugadores llegan de largas temporadas, medio lesionados, sumando verano tras verano sin descansar con sus familias y etc; y, casi siempre, dan el sí quiero. La fórmula no era fácil pero ellos dieron con ella. Esa estrategia les ha llevado a que España se haya situado en el TOP Mundial de selecciones de baloncesto profesional. Protegieron a los jugadores en comodidad, dinero y mimo. No les quedaba otra. Sin embargo, perdieron el control por tener demasiado control. Se quiso abarcar demasiado el equipo en la pista. Hacer de presi, director deportivo y entrenador es partir con mucha desventaja en el siglo XXI por mucho que manejes al mejor equipo del Mundial ¿se imaginan a Mike Fratello en esa tesitura? Al segundo día me lo veo entonando eso the "fuck you, man".

Por mucho que Scariolo y Sáez tengan amistad y el italiano entienda que es lo que hay, para los seleccionadores que van pasando nunca es fácil. Trabajar 2-3 meses al año, sufrir una importante explotación comercial y no tener un considerable control del equipo acaban convirtiendo el puesto en algo parecido a ser entrenador (por cierto, Orenga el mejor interpretando el anuncio de las coles de Bruselas. No lo digo en coña). Hay una máxima, para ser campeón siempre has de estar preparado para sufrir. Francia sufrió mucho ayer. Serbia también. Contra Eslovenia, EEUU. no dejó de bajar el culo en todo el partido por muy desacertados que estuvieran. Coach K sabe que su secreto reside en la motivación. Demasiadas cagadas de Dream Teams B para no saberlo. No acertaron con Orenga. El baloncesto tenía, más que nunca, un gran foco encima. Cuando nos lo permitió Mediaset; hubo, prácticamente, un país entero pendiente.

Mientras, la selección lidiaba entre una gran euforia (promos, patrocinios, entradas VIPS y etc) se olvidaron de dos aspectos decisivos:

A) Como anoto al principio de este ensayo estamos en el 2014. Pau , Juanqui, Calde y Felipón ya están mayores. Dos intelectuales de cómo se juega a ésto, Carlitos ‘apaga fuegos’ Jiménez y muñeca linda Garbajosa ya hace que se retiraron.
B) Como escribí el 24 del pasado mes de julio: “Los antecedentes dicen que la selección española decepciona como anfitriona”. Las reacciones sobre aquel escrito me sorprendieron: ninguna. Nadie me dijo: “tío, eres un alarmista” ni: “sí, pensemos en eso para que no nos vuelva a pasar lo mismo que luego se te queda una cara de gilipo…”. Es un hecho que en el fracaso de la selección tuvo mucho que ver el miedo escénico.

3) Los jugadores.
Primer equipo y FEB es una gran familia. Todo se habla. Ese ambiente se trabaja francamente bien. Hay un compromiso. Ganan divirtiéndose. Clave del éxito de todos estos años pero esta vez salió mal. Orenga no fue impuesto. Quién cayó otorgó. Que Pau y Marc jugaran más de 50 minutos por partido entre ambos en choques sin historia a mediados del tercer cuarto no fue impuesto.
Entiendo que la Ruta Ñ debe ser agotadora por mucho que promocione el equipo y genere dinero.También entiendo que la poca preparación del partido son tareas del cuerpo técnico pero siendo en un grupo tan involucrado se ha echado de menos un puñetazo en la mesa para que esos días de descanso se hubieran convertido en un intensivo por evitar cualquier posible susto ante Francia.

Por último está la obviedad de que los jugadores son los que están en la pista. En el partido hubo un colapso total (2 de 22 en triples y 28 rebotes de España por 50 de Francia). El mejor ejemplo es el de Marc Gasol. Pau llegó a cuartos ya tocado por sobrecarga y durante la primera parte se mostró muy pasivo. Picamos en la mala selección de tiro que propició Collet con un ansioso Ibaka e Rudy. Etc, etc.

Les confieso que este es el punto que más me ha costado redactar. Por historial, creo que los jugadores, más si cabe los que no jugaron ayer, se merecen margen de error. Siempre cumplieron. Siempre compitieron. Consiguieron muchas veces lo imposible. Y no lo duden, unos ganadores como ellos deben estar en estos momentos mil veces más jodidos que cualquiera de los más acérrimos aficionados.

4) La Asociación de Clubes de Baloncesto
No podemos seguir sin poder disponer de nuestros mejores entrenadores en la selección. Diría que nadie lo hace en Europa (si es así agradecería que alguien nos ilustrara). Según me comenta el presidente de la AEEB, Joan María Gavaldá que en el 2001, con el argumento de habían sospechas de que se escogieran jugadores por interés del seleccionador se prohibió que que ningún entrenador perteneciente a un club ACB pudiera ser seleccionador nacional. No vale, ¿qué hay de los entrenadores que fichan a jugadores de su mismo representante? ¿y los directores deportivos asociados a una agencia?
El verdadero motivo es que los clubes ACB quieren que sus técnicos se dediquen en cuerpo y alma a su inversión. La AEEB señala el gesto como unilateral en el que ellos son excluídos. En breve, les prometo una entrevista con Gavaldá.

Sigo echando de menos una relación fluida entre FEB-ACB-AEEB-ABP. Eso de que cada uno a lo suyo no nos lleva a nada ¿cuándo lo entenderemos? Los éxitos de la selección, los clubes ACB, los clubes FEB, los entrenadores y jugadores (españoles y no españoles) son menores cuando van por separado. España es un país pequeño. Cada vez tenemos menos recursos y aún así está al alza la cantera. Basta ya de pelearse por quién descubrió a la gallina de los huevos de Oro. Tomemos como primer objetivo POTENCIAR EL BALONCESTO y luego llegarán los resultados para nuestras ligas y federaciones. TRABAJEN entre todos para que tengamos grandes coberturas de nuestro deporte. Para que desde los clubes de barrio a los LEB tengan sostenibilidad. La FEB se llena la boca con el éxito de las selecciones de cantera femenina y masculina y los clubes con los triunfos en los campeonatos de España de niñ@s y no tan niñ@s sin importarles que la inmensa mayoría acaben siendo juguetes rotos. Señoras y señores, much@s de es@s j@venes lo dejan a los veintipocos años porque no pueden compaginarlo con sus estudios. Es lo más inteligente que pueden hacer. Es un suicidio profesional apostar por ir a jugar a 600 kilómetros de tu casa en un piso compartido entre 2 o 3 personas por 800 euros para jugar en la segunda competición de España en caso de los hombres e, incluso, la primera en caso de la mujeres. Como todo, el baloncesto es piramidal, y la base, que es la que la sostiene, está desapareciendo.