El europeo de Francia fue el primer gran logro de una de las mejores generaciones del baloncesto español. De nuevo, el mando del equipo lo llevaba Díaz-Miguel, el gran ‘gurú’ del baloncesto español, seleccionador entre 1965 y 1992. En este Eurobasket una nueva plata, la tercera justo un año antes de la medalla de Los Ángeles. Poco antes del comienzo del torneo, Díaz-Miguel ofrecía una entrevista en la que describía lo que iban a ser las líneas maestras de la selección, toda una declaración de intenciones, poco menos que un clínic. "Nosotros siempre tenemos unas reglas que nos sirven pulir nuestros defectos. Para este Eurobasket, la primera será no hacer faltas y evitar que en cada periodo lleguemos a ocho, pues este será un factor decisivo para conservar los hombres altos en pista. Segunda: no perder balones, porque en las últimas estadísticas de cada cinco le damos uno al contrario, lo cual es un 20 por ciento y a estos niveles ya no se pueden hacer regalos. Tercera: Conseguir buenas posiciones de tiro para elevar nuestro promedio y que los hombres de fuera puedan jugar con mayor comodidad. Cuarta: los rebotes, aquí me preocupa sobre todo los defensivos, porque de esta forma podremos desarrollar nuestro juego y sobretodo sacar el contraataque. Quinta: dar pases al pivot para forzar la personal del contrario y equilibrar nuestras alternativas de juego". Las generalidades…"Basaremos nuestros esquemas como siempre en una fuerte defensa. Aprovecharemos al máximo nuestras zonas, también haremos hombre y presión en media y tres cuartos de pista. En ataque lo hemos cambiado todo respecto a campeonatos anteriores. El problema es que el jugador además de conocerlo tiene que asimilarlo, para que no se quede la mente en blanco, como nos pasó en Palma frente a la URSS en los últimos cinco minutos".
Por si fuera poco, hacía también una descripción del estado de forma de cada uno de sus jugadores que sirve para ilustrar el pensamiento del seleccionador:
Solozabal. 25 años y 1 .85. “Es muy inteligente,sube muy rápido el balón, entra perfectamente y tiene muy buenas manos”.
Creus. 26 años y. 1,77. “No rinde como en su equipo, pero esto es lógico porque es la primera vez que viene. Debe mejorar su velocidad de tiro”.
Epi. 24 años y 1 ,94. “Sigue “Súper” como siempre. No está cansado como dicen y debe cuidar los pases."
Sibilio. 24 años y 1,99.”Ha mejorado su tiro exterior y debe defender más en la línea de pase”.
Margall, 27 años y1,97. “Un buen tirador y no ha fracasado en la Selección. El único culpable de que no juegue soy yo”.
Arcega. 23 años y 2,04. “Siempre me ha gustado. Ha necesitado mucho tiempo para evolucionar de pivote alero. Esta flojo en los entrenamientos y en cambio en los partidos se supera”.
Romay. 24 años y 2,12. “Es importantísimo para nosotros. Tiene una labor específica y ahora está entrando en ataque. Debe proteger más el balón y no soltar antes de lanzar”.
De la Cruz, 29 años y 2,05. “Está más centrado que el año pasado. Su tiro es más perfecto y debe evitar las faltas tontas”.
Martín. 20 años y 2,05. “Tiene una potencia terrible. Ha subido muy deprisa y debe fijarse más en las posiciones defensivas y en los sistemas”.
Jiménez. 20 años y 2.03. “Tiene que ganar seguridad en su tiro, pues es muy inseguro en las suspensiones y tiene que progresar si quiere seguir en esta categoría”.
Ronda Preliminar
El torneo había cambiado de formato, las dos ediciones anteriores se realizaron con dos fases de grupos, esta vez, se volvería al sistema anterior, es decir, doce equipos divididos en dos grupos de seis, los dos primeros de cada grupo a semifinales y de ahí, a la final. El sistema perjudicaba los intereses españoles o al menos eran manifiestas las quejas de los integrantes de la expedición ya que habían caído en un duro grupo en el que tendrían que enfrentarse al equipo anfitrión (Francia) y a dos potencias del baloncesto europeo, Yugoslavia e Italia, además de Grecia y Suecia. Por contra, el otro grupo tenía bastante claro a priori un equipo que pasaría a la siguiente fase, la URSS se acompañaba de Checoslovaquia, Países Bajos, la República Federal Alemana, Israel y Polonia.
España se enfrentó en el primer partido de la fase de grupos a Italia, un partido que se había calificado de clave para los intereses de ambos equipos y en el que ganó el equipo transalpino por 74-75 en un final de infarto. A falta de apenas 22 segundos y con ventaja española, Corbalán pierde un balón que termina con canasta de Marzoti. Un duro golpe para los españoles que salían de la pista entre sollozos y lágrimas. De nada había servido la magnífica primera parte en la que España acabó con 11 puntos de ventaja, ni la gran actuación de jugadores como Epi (24 puntos), Sibilio (13 puntos) o el propio Corbalán (19 puntos), en frente una selección italiana liderada por el trío Meneghin (17 puntos), Vecchiatto (10 puntos) y Riva (18 puntos).
El por entonces recién fichado por Joventut, Aíto García Reneses lo relataba de la siguiente manera en su columna de opinión:
¡UN MAZAZO!
España ha sufrido un soberbio «mazazo» al perder un partido que hasta los últimos segundos venía dominando. Es, pues, normal que el equipo se haya visto muy afectado por la derrota y, en un primer momento, su moral destrozada. Sin embargo, considero crucial el que Antonío Díaz Miguel sepa aislar este triste suceso y eleve la moral para el partido ante Yugoslavia; donde se cuestionará nuestro pase a las semifinales. Se ha tenido la suerte de espalda, pero España ha demostrado que es ya una potencia baloncestística. Se dominó a Italia en ataque y, durante la primera mitad, también en defensa. Fue a partir de le eliminación de Fernando Romay, al cumplir le quinta falta personal injustamente señalada, cuando se bajó ofensivamente y en defensa dejaron de funcionar las zonas. A las bajas de Martín y Romay, hay que unir la bien ganada fama de “juego duro” de los italianos, que para más “inri” contaron con la complicidad de los colegiados soviético y polaco. No es de extrañar,que la ventaja sacada en el primer período se viese recortada drástica y dramáticamente, pese al acierto en el tiro de Epi, la inteligencia de Corbalán y el esfuerzo de todos.
El siguiente partido no iba a ser nada fácil tampoco, España se enfrentaba a uno de los mejores equipos del continente, Yugoslavia. En un partido catalogado como de “histórico” o de “hazaña”, el equipo español fue capaz de batir a los yugoslavos por 91-90 en lo que se convertía en la primera victoria española sobre Yugoslavia. Nuevamente un final de infarto en el que esta vez la suerte sonrió a España. Tras dos tiros libres de Jiménez, de los cuales convirtió uno, el marcador quedaba en 91-90 con posesión para el equipo balcánico con 41 segundos de tiempo. Los yugoslavos apuraron al máximo los 30 segundos de posesión realizando un tiro forzado, el rebote le cayó a Slavnic que le cedió el cuero a Petrovic que también falló, así como Radovanovic que realizó un último intento palmeando al rebote. Nuevamente el rostro de los jugadores españoles se llenaba de lágrimas, esta vez de alegría tras conseguir una victoria histórica. Mientras en Yugoslavia destacaba la actuación de Radovanovic (23 puntos) y Dalipagic (22 puntos), España había actuado como todo un equipo donde hasta seis jugadores anotaron diez o más puntos: Iturriaga (10), Romay (12), Martín (16), Corbalán (16), Sibilio (14) y Epi (21).
En esta ocasión la columna de opinión correspondía a Manel Comas, quien hacía una referencia al trabajo de Iturriaga en la selección:
ITURRIAGA
En esta ocasión se ha tenido la suerte que se nos negó ante Italia. Los primeros treinta y cinco minutos se estuvo a su merced, después la iniciativa ha sido para España y al final se le complicó excesivamente. La clave del triunfo ha tenido una elevada carga psicológica, pues Díaz Miguel ha sabido hacer que su equipo no perdiese la compostura ni los nervios tras el jarro de agua fría que sufrieron el día anterior. La recuperación moral, en estas situaciones, son muy importantes; pero tampoco ha sido la única razón del triunfo. Se ha jugado con más cabeza que frente a Italia y el cambio de una zona inoperante a una defensa individual más efectiva, posibilitó el remontar un tanteo adverso y peligrosamente amplio. En este sentido, la intervención de López Iturriaga, pienso que ha sido totalmente decisiva; ya que fue él quien infundió el espíritu defensivo al resto de sus compañeros, al tiempo que con su marcaje frenó la racha encestadora de Kikanovic y Dalipagic. No obstante, Yugoslava demostró que pese a contar con un equipo envejecido, lo que hizo que aflojasen un tanto su ritmo en la segunda parte, su veteranía suple sobradamente esta deficiencia. Quizá por aquello de que: «…quien tuvo, retuvo».
El tercer partido enfrentó a España frente al equipo anfitrión, Francia. Otro partido apretado hasta los momentos finales que acabó con victoria española por 75-73. Nuevamente, tras un buen comienzo, la segunda parte complicaba el partido a España, esta vez merced a la defensa en zona ordenada por el seleccionador francés Pierre Dao, que lograba parar a Epi y desquiciar al equipo español. En los últimos minutos volvió el control del partido a manos españolas gracias a Corbalán, mientras los franceses erraban hasta en tres oportunidades para llevarse el partido. En aquel equipo francés había jugadores como Szanyiel (16 puntos), Haquet (12 puntos) o Senegal (13 puntos), mientras en el equipo español se definía un trío de tremenda eficacia anotadora: Epi (18 puntos), Martín (17 puntos) y Sibilio (24 puntos).
En esta ocasión la columna de opinión correspondía a Antonio Sierra hablando de la suerte que había tenido el equipo español:
FORTUNA
Era necesario vencer a Francia en la tercera jornada del Eurobasket y, aunque con más pena que gloria, se consiguió, contando además con la colaboración inestimable de la diosa Fortuna. Con ello, España ha superado victoriosamente el «ecuador» de esta fase previa, si bien habrá que esperar al dramático Italia – Yugoslavia de mañana, domingo. Como ante Yugoslavia, España estuvo pendiente del rival, que dominaba el balón en los segundos fina/es, reboteando y lanzando a canasta hasta por tres veces consecutivas. Francia tuvo tres ocasiones de oro para derrotarnos. Creo que ha perdido su gran ocasión, pues es muy difícil que ello vuelva a ocurrir en un futuro próximo. España, que inició muy bien el encuentro y gozó de una amplia renta, perdió los pape/es cuando los galos iniciaron una defensa mixta en zona, controlando Beugnot a Epi. Además, no se supo romper la presión y los jugadores españoles no supieron ayudar al «ahogado» Epi. Las dificultades se hicieron patentes… De los tres partidos disputados hasta ahora, pienso que la suerte ha favorecido a España en los dos últimos, aunque las victorias no hayan venido sólo por eso. ¿La clave? Contra Francia, la defensa. Que un equipo en su casa sólo haga 73 puntos tiene su mérito. Y añadiendo que se supo aguantar la presión ambiental —terrible—, no está nada mal.
España se había abonado al sufrimiento y esto no le permitió ganar con comodidad ni a un rival teóricamente asequible como Suecia. Con empate a 43 en el marcador, una vez más la zona planteada por el equipo contrario conseguía anular el poder anotador del equipo español para llegar a los minutos finales con el partido abierto y opciones de victoria para ambos contendientes. A falta de tan sólo 22 segundos el tanteador era favorable a España por apenas tres puntos, 79-76. Al final, 81-76 para España en un partido en el que tuvieron oportunidad de jugar algunos de los menos habituales y en el que descansó Fernando Martín. La anotación corrió a cargo una vez más por parte de Sibilio con 21 puntos, acompañado por Jiménez (15), Corbalán (16) e Iturriaga (11). Por parte del equipo sueco los máximos anotadores fueron Karlsson (18) y Feldreich (14).
En este caso el partido fue analizado por Mario Pesquera:
EL SINO
El sino de la selección española en este Europeo está visto que es sufrir. No obstante, ello no es de extrañar, pues el nivel del baloncesto europeo está subiendo muy deprisa y en la actualidad, sirva este campeonato como ejemplo, ya no existen las diferencias tan marcadas de hace pocos años atrás. Éste es un caso evidente y no sólo España está encontrando una fuerte oposición por parte de unos rivales inferiores. Ahí está el caso de Yugoslavia, que sólo ha ganado de un punto ante Grecia y en general las diferencias en la mayoría de partidos han sido muy cortas. No ha sido un buen partido el de hoy. Díaz Miguel quiso dar paso a nueva gente de refresco, para así dar un respiro a Martín, aquejado de lumbago, y Epi, al tiempo que permitir hacer minutos de juego a De la Cruz y Jiménez. Pero, se les complicó al partido y los suecos salieron respondones; particularmente, al mostrarse España excesivamente relajada en defensa, lo que dio un exceso de facilidades. Nuestro equipo nacional defendió mucho mejor al hombre, pues cada uno se responsabilizó de su contrario y se marcó de modo más agresivo, contrarrestando la zona mixta especial que ellos nos hicieron sobre Epi y Síbilio. Aún se puede aspirar a todo, pero el camino, será espinoso.
El partido frente a Grecia fue por fin un encuentro en el que España pudo relajarse en los últimos minutos, tanto es así que hubo oportunidad de ver debutar a Fernando Arcega, Creus y Margall, este último por cierto tuvo una notable actuación anotando 18 puntos. El equipo español dominó el encuentro de principio a fin: si al descanso la ventaja era de 11 puntos, 52-41, el resultado final fue contundente, 100-79, pese a la magnífica actuación de Nikolaos Gallis, por parte helena, con 34 puntos, acompañado por Giannakis y Fassoulas, ambos con 12. Por el equipo español, como siempre Epi bien con 20 puntos, al que se sumaron con una buena aportación ofensiva jugadores como Jiménez (19) y el debutante Margall (18). Los otros dos debutantes dieron la talla anotando cada uno 6 puntos.
En esta ocasión el análisis del partido corría a cargo de José L. Lluís:
POR FIN..!
Por fin, en este Europeo, el equipo español se ha mostrado tranquilo en su juego, tras unos partidos de mucha tensión. No obstante, hay que reconocer que los griegos fueron cediendo en su empeño a medida que sus dos pivots se cargaban de personales y Gallis, su figura, acusaba el gran esfuerzo que venía realizando en solitario. Además el partido no presentaba ya ningún tipo de aliciente, pues todo estaba decidido. Tal como se encauzaba el partido, Díaz Miguel dio entrada a todos aquellos seleccionados que hasta ahora no habían podido saltar a la pista. Como era de esperar, dada su calidad técnica, el encuentro no se fue de sus manos y, antes bien, nuestra ventaja se incrementó notablemente. Así pues, hay que calificar este partido de altamente positivo, pues ha permitido ver cómo se desenvuelven las nuevas incorporaciones y, de otro lado, el que los jugadores que componen el quinteto base se hayan dosificado, física y psicológicamente, de cara al próximo compromiso ante la URSS. Todo un hueso que hace pensar en qué posición nos podríamos haber colocado de ganar a Italia; pero al que se puede vencer, pues se le conoce a fondo, aunque nuestro objetivo se cubre con la obtención de una medalla.
Tras la primera fase, el gran perjudicado en el grupo A fue Yugoslavia. El equipo balcánico perdió dos encuentros, frente a España y a Italia y quedó eliminado como tercero de grupo. Por su parte, la URSS arrasó en el grupo B logrando cinco victorias en otros tantos partidos; la gran decepción fue Checoslovaquia, que quedó última de grupo con tan sólo una victoria, la que logró frente a una sorprendente selección de los Paises Bajos que fue segunda de grupo, que lograba así su pase a la siguiente fase del torneo.
| Grupo A | Grupo B | ||
| Equipo | Victorias-Derrotas | Equipo | Victorias-Derrotas |
| Italia | 5-0 | URSS | 5-0 |
| España | 4-1 | Holanda | 3-2 |
| Yugoslavia | 3-2 | RFA | 3-2 |
| Francia | 2-3 | Israel | 2-3 |
| Grecia | 1-4 | Polonia | 1-4 |
| Suecia | 0-5 | Checoslovaquia | 1-4 |
Semifinales
Antes del partido de semifinales hubo una polémica porque la FIBA decidió adelantar el partido un día, hecho que respondía supuestamente a la petición de la televisión holandesa. En cualquier caso no sentó nada bien en la expedición española, cuyos jugadores andaban con las fuerzas justas: Martín incluso sufría de lumbago. Las semifinales emparejaron a España con el todopoderoso equipo de la URSS, un conjunto liderado por un jovencísimo Arvidas Sabonis ante la ausencia de Tachenko y que llegaba invicto al encuentro. Los españoles supieron sobreponerse a la presión y al equipo que tenían enfrente y se llevaron el partido por 94-95. Una vez más le tocaba sufrir a ‘la roja’, en un partido que había dominado durante muchos minutos y al que sólo el desacierto desde los tiros libres llevó a tan comprometida situación. Destacaron Epi y Sibilio con 25 y 26 puntos respectivamente, pero también Martín con 14, Romay con 10, luchando a brazo partido con los pívots soviéticos o Jiménez, con 9 puntos y una actuación fantástica desde la defensa y el rebote. Por parte de la URSS fue Sabonis el máximo anotador con 24 puntos, en una selección en la que destacaban también Belostenny (17), Jovaisa (16), Khomitchus (14) o Mychkine (11).
Aíto García volvía a escribir su visión del partido, está vez con una gran emotividad:
¡IMPRESIONANTE!
España ha estado impresionante. He tenido que hacer un gran esfuerzo para no llorar y aún así al final se me han saltado las lágrimas. Este es un triunfo sin parangón en la historia de nuestro baloncesto, pues es la primera vez que se gana a la URSS en una competición de esta índole y en pista neutral. Ante los campeones del mundo se ha jugado con la serenidad que nos ha faltado en nuestros anteriores compromisos. Ahora se trata de mantenerla y no renunciar a nada; pues en la final, que es de presumir que será frente a a Italia, no hemos de salir con complejos. El juego que ha exhibido España hace concebir muchas esperanzas y la medalla de oro está, más que nunca, al alcance de nuestras manos. La defensa española se ha mostrado en todo momento muy efectiva, tanto la individual con que se emplearon en la primera parte como las zonas 2-3 y 3-2; así como en el ataque, donde se estuvo a un nivel más que aceptable, si bien en los tiros libres se falló en exceso. Sin embargo, cuando un encuentro alcanza estos niveles de tensión y nerviosismo es normal que esto suceda. De cualquier modo, la efectividad en el tiro ha compensado los demás errores que se han cometido. Pienso que lo más importante, casi tanto como el resultado, es que se ha dominado el partido y el triunfo ha sido justo e incuestionable. Ahora sólo queda pensar en lo más alto, este Europeo puede ser histórico para España.
En la otra semifinal, Italia lograba vencer a Holanda sin excesivos problemas: tras el 46-38 con el que llegó el partido al descanso, el equipo neerlandés igualaba el marcador con un 0-7 de salida, que dejaba el marcador en 46-45. Desde ahí, Italia puso el rodillo a funcionar y se llevó por delante a su rival con un parcial de 24-0 que dejaba muy a las claras que el equipo transalpino no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de lograr el oro en el Eurobasket. Varios jugadores italianos destacaron en el recital de semifinales, Villalta (20), Sacchetti (16), Riva (14) o Gilardi (12), permitiéndose incluso el lujo de reservar a la estrella, Meneghin. Por parte de los holandeses, tres jugadores mantuvieron al equipo en su nivel competitivo, fueron Kuipers (14), Paat (13) y Cramer (12).![]()
La Final
La final se disputó el 4 de Junio de 1983 en Nantes. España contaba con la ventaja de haber jugado la semifinal un día antes, pero sus jugadores llegaban con las fuerzas realmente muy justas. El partido fue igualado en su primera parte, que acabó con ventaja para Italia por 38-45. En la segunda parte, el desgaste de los jugadores españoles fue clave y permitió a los italianos marcharse en el marcador hasta llegar a los veinte puntos de ventaja. España reaccionó situándose a apenas siete puntos, hasta que el desacierto en los tiros libres condenó a ‘la roja’ a la derrota una vez más en la final de un Eurobasket, esta vez por 96-105. En la final brilló una vez más Epi, con 21 puntos, convirtiéndose en uno de los máximos anotadores del torneo. Junto a él, gran aportación de Martín (17) y Jiménez (15). El la escuadra azzurra, Villalta (20) y Gilardi (16) fueron los jugadores más efectivos de cara al aro. Pocas veces se han escuchado críticas tan feroces contra el seleccionador español, Antonio Díaz-Miguel, por una parte por las rotaciones realizadas en la final en las que dejaba a Epi y Sibilio, los dos máximos anotadores del equipo, en el banquillo durante demasiados minutos, por otra parte, la señalización de dos técnicas al entrenador fue también una de las claves para la derrota española, no la única. Al fin y al cabo, Italia fue mejor.
Jesús Codina quien se encargó de analizar el partido, la derrota y la participación española en el torneo. Lo hizo de la siguiente manera:
DERROTA JUSTA
España no ha podido culminar su brillante trayectoria en este Campeonato. Italia nos ha derrotado justamente en el partido mejor jugado por ellos a lo largo de toda la competición. El cansancio acumulado por alguno de nuestros jugadores claves, que se han manifestado más ostensiblemente hoy que en ningún otro día, sobre todo en el meridiano de la primera parte, hacen que el seleccionador efectúe unos cambios que no dan el resultada apetecido y nos coloca en desventaja al término de la primera parte, cuando tan felices nos las prometíamos con un marcador favorable hasta de nueve puntos. Unas pérdidas de balón, una gran defensa italiana, rayando la agresión en algunos momentos, nervios en el banco y en el equipo,nos suponen un tremendo bache que nos harán ir ya contra el reloj durante toda esta segunda mitad. Ya no nos basta con el pundonor,la entrega y el coraje de todos los que salen a presionar y acabamos derrotados por una diferencia, que no la podía soñar ni el más optimista de los italianos. Que nadie se rasgue las vestiduras. España es subcampeona de Europa y ojalá que una tristeza como la de hoy podamos repetirla en la próxima ocasión. La Unión Soviética y Yugoslavia pueden testimoniarlo.
Clasificación Final![]()
- Italia
- España
- URSS
- Holanda
- Francia
- Israel
- Yugoslavia
- RFA
- Polonia
- Checoslovaquia
- Grecia
- Suecia