
Una vez más, Larkin: el estadounidense es un jugador de talento puro. No necesita ni bloqueos ni ventajas, porque las genera él solo. Y hoy fue una máquina de anotar. Lo hizo desde el triple, con entradas, rectificados e incluso algún tiro de media distancia. Acabó el encuentro con 30 puntos, con una hoja de tiro casi perfecta. Falló un triple de los siete que intentó y en el tercer cuarto se fue el solo hasta los 17 puntos.
A Playoff performance to remember from @ShaneLarkin_3 #GameON pic.twitter.com/i8GHdK1uad
— EuroLeague (@EuroLeague) 24 de abril de 2019
Parcial 0-17 para Efes: cuando el partido aún estaba igualado, los turcos anotaron 17 puntos de forma consecutiva sin que el Barça consiguiera anotar. Esto quebró por completo a los culés que no pudieron reponerse.
Acierto increíble de los de Ataman: los turcos tienen en el ataque su fuerte. Saben a los que juegan y lo ejecutan a la perfección, pero nunca con tanto acierto como hoy. Se fueron hasta un 74% en los tiros de campo con un 43% en triples. A pesar de que la defensa del Barça no fue la mejor, también hay que dar mérito a los de Ataman que redondearon la noche perfecta.

Hacer del Palau un fuerte. Esa fue una de las premisas de Pesic a finales de la temporada pasada. Lograr transmitir la sensación de imbatibles en casa. Desde incluso antes de que empezara el encuentro los aficionados se pusieron a cantar y aplaudir, ensordeciendo a todos en el Palau. Las tropas estaban listas, pero las cosas no siempre salen como uno las planea.
Así como hace unos días hablábamos de silencio rotundo, hoy no fue tal. A pesar de caer en casa ante el Efes, el Barça tuvo el respaldo de sus aficionados que llenaron el estadio.
Como en todas las grandes citas, los nervios dijeron presente. Algunos errores del conjunto blaugrana, sumados al gran acierto desde el triple de los turcos, pusieron a los visitantes en ventaja de forma rápida, con Simon como máximo artillero tras 3 triples tempraneros.
Sonaban pitos por todos lados, pero ninguno pertenecía a los árbitros. Eran los fanáticos del Barça que buscaban sacar del encuentro a los turcos de todas las formas posibles. Pero nada parecía funcionar. El Efes sabía muy bien a lo que jugaba. Con su ataque muy lubricado, y con un acierto más alto de lo normal, el ataque turco lograba imponerse a la defensa culé.
Sin embargo, el baloncesto, y la vida, van de estados anímicos. De rachas. De momentos. Y aquí ambos equipos tienen con que pelear. Hanga y Tomic por un lado. Shane Larkin por el otro. Pero entre tanto, los porcentajes de los turcos seguían sin bajar del 75% a mediados del tercer cuarto.
Larkin logró desquiciar por completo a Hanga, Kuric o al defensor de turno. Cada vez se parecía más al del último duelo en Estmmabúl de temporada regular. El ruido del Palau parecía no inomodarle. Más bien todo lo contrario.
Larkin, un jugón hecho de otra pasta.#Eurofighters pic.twitter.com/3o9cafVAb5
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A los que si que parecía molestar el tormento era a los locales. Cada viaje a la línea de tiros libres fue un sufrimiento para los de Pesic. Ahora el ruido lo hacían los turcos, pero en la pista. No había acabado aún el tercer cuarto y los de Ataman ya estában por encima de los 80 puntos, mientras que el Barça seguía buscando pasar la barrera de los 60.
Pero lo que acabó de quebrar el encuentro fue el parcial de 0 a 17 que encajó el equipo culé y que quebró por completo a sus jugadores. Las sensaciones eran las peores. Los turcos crecidos, los barceloneses hundidos. Malas decisiones en defensa, ayudas muy largas y sobre todo el alma por el suelo. Las ganas ya no estaban y el acierto nunca estuvo.
El último cuarto siguió la tónica del anterior. No solo porque se mantuviera la diferencia, sino porque aumentó aún más. Ambos entrenadores pusieron quintetos pensando en el encuentro del viernes y dando descanso a sus hombres importantes. Nada sirvió para maquillar un resultado muy negativo para el Barça (68-102).
En 48 horas se vuelven a ver las caras y el Barça está obligado a ganar. La paliza de hoy tiene que haber tocado fuerte en sus jugadores, pero pocos entrenadores más indicados que Pesic para un rapapolvo y volver a comenzar. Solo una cosa tienen garantizada, de silencios nada. El Palau es un hervidero y los blaugranas no quieren tropezar dos veces con la misma piedra.


