La D-League y los Rockets les unen y ambos han recibido la recompensa a una gran temporada. Aaron Rooks ha sido el ganador del trofeo al jugador más mejorado, el Most Improved Player (MIP) mientras que Mike Harris ha sido el gran dominador de la National Basketball Development League (NBDL), competición en la que ha participado combinándola con pequeñas incursiones en Rockets y Wizards.
Aaron Brooks tuvo que sufrir en su primer año en la NBA con los Rockets tras cuatro buenos años en los Oregon Ducks (17.7 puntos, 4.2 asistencias y 4.2 rebotes en su última temporada). Tras ser elegido en el draft del 2007, en la posición número 26, se convirtió en el tercer base del equipo por detrás de Rafer Alston y Mike James. Brooks llegó incluso a jugar un par de partidos en la D-League con el equipo afiliado de los Rio Grande Vipers (con promedios de 23 puntos).
En la temporada siguiente (08-09) experimentó un crecimiento importante al igual que su compañero de draft, Carl Landry. El tercer rookie del equipo en la 07-08 sería Mike Harris, que no fue drafteado pese a sus grandes números, como veremos más adelante. Su anotación pasó de 5 a más de 11 puntos por partido, jugó muchos más minutos y empezó a demostrar lo gran anotador que podía llegar a ser. Esta faceta no se había acabado de consolidar en Oregon pero sí en su etapa de High School, en las filas del Franklin High School de su Seattle Natal, cuando anotó 38 puntos ante el equipo de Adam Morrison (que se quedó en 37) en el campeonato estatal. Se despidió del instituto con una media de 24 puntos y 7 asistencias.
La eclosión definitiva ha llegado en este curso. En tercer año de trabajo ha rozado los 20 puntos (19.6) y ha repartido 5.3 asistencias. Brooks ha liderado la NBA en triples convertidos y ha establecido récords de franquicia en triples totales (209), más triples sin fallo (7/7 ante los Grizzlies) y mayor racha de partidos anotando al menos un triple (39). Además, se convierte en el sexto jugador en la historia de la NBA en conseguir en una misma temporada más de 200 triples y 400 asistencias. El base ha ocupado el liderato dejado por las lesiones de Ming y McGrady y se perfila como auténtica alma mater del combinado que dirige Adelman.
Brooks se llevó el galardón por delante de otro de los triunfadores del actual curso, Kevin Durant, y de Marc Gasol, tercero en la votación. Jugadores como George Hill, Andrew Bogut o Russell Westbrook ocuparon también los primeros lugares.
Brooks une su nombre al de Bobby Simmons como únicos jugadores que han jugado en la Liga de Desarrollo y que han ganado este trofeo.
El base de los Rockets, siempre modesto, declaró antes del premio que seguirá trabajando para mejorar como pasador y reducir su ratio de pérdidas.
Harris, ¿futuro salto a Europa?
Mike Harris dejó la universidad de Rice la misma temporada en la que el jugador del Real Madrid, Morris Almond, estaba en su segundo año. Digamos que Almond empezó a sobresalir en anotación cuando Harris concluyó su ciclo universitario.
Acabó su cuarto año con 20.6 puntos y 11.6 rebotes, un gran dato estadístico para sus dos metros justos de altura, pero en un cuerpo muy atlético. No fue elegido en el draft aunque debutó en la NBA con los Rockets en el 2007.
Esa exuberancia no la pudo llevar a cabo en profesionales y en su trayectoria ha combinado pequeñas incursiones en la NBA con participaciones en la D-League y en ligas como la ucraniana o la CBA china, en la que desató toda su pasión: 31 puntos, 14 rebotes y 2.4 asistencias.
Esta temporada ha jugado algunos partidos con los Wizards y los Rockets aunque su área de juego básicamente se ha reducido a la D-League. Prácticamente él solito ha llevado a los Rio Grande Vipers a la final de la NBDL, y ha computado grandes números en la liga de las individualidades: 27.1 puntos (primero), 10.5 rebotes (tercero) y un 58% en tiros de campo (quinto).
La Liga de Desarrollo es muy engañosa aunque siempre sale algún jugador aprovechable. Harris, en su primera temporada overseas, tras salir de Rice, promedió 10 puntos y 6 rebotes en el BC Kiyv, de la liga ucraniana. Ahora, más fuerte y curtido, podría ser un buen jugador en una buena liga europea.
En esta temporada, en la ACB, un jugador semidesconocido que brilló en la NCAA se labró buenos números en la D-League, competición que disputó porque su estatura le limitaba en la actual NBA. Ahora se lo rifan muchos grandes.