
Empezaba el partido con los dos equipos jugando a tumba abierta, y en esa situación los cañoneros del Khimki daban ventaja a los suyos, pero Baskonia de menos a más durante el cuarto, conseguía imponer su ritmo desde la defensa, con 5 robos, y ponía en problemas a los rusos (18-21). Baskonia conseguía encontrar fluidez en ataque, el movimiento del balón impedía a la defensa de Bartzokas cumplir su cometido, y con tres triples consecutivos los alaveses conseguían tomar ventaja. Reaccionaba el Khimki atacando con valentía la zona de Baskonia, que no conseguía poner el cerrojo; pero los de Pedro Martínez encontraban situaciones de tiro muy cómodas en ataque y mantenían la ventaja. Khimki apretaba las primeras líneas de pase, y Baskonia reaccionaba atacando la zona y generando espacios para marcharse ganando al descanso (40-48).
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— EuroLeague (@EuroLeague) 10 de noviembre de 2017
Tras el paso por vestuarios, cambiaban pocas cosas, Vincent Poirier seguía imponiendo su ley en la zona y su duelo con Thomas Robinson maravillaba. Khimki apretaba mejorando su movimiento de balón y la carga del rebote ofensivo; pero la respuesta de Baskonia contestaba con un Janis Timma colosal en defensa. Pero Khimki recortaba distancias poco a poco, pese a no estar contando con la mejor versión de Alexey Shved. La respuesta baskonista llegaba desde más allá del arco, para evitar que los rusos llegasen a igualar. Pero los de Bartzokas habían olido sangre y ya tenían el cuchillo entre los dientes (61-64). Aparecían entonces Anthony Gill y Stefan Markovic para poner por delante a los suyos y obligar a Pedro Martínez a solicitar un tiempo muerto. Subía la tensión, y se producía un intercambio de canastas en el que Khimki se movía con comodidad gracias a su ventaja. Llegaba entonces el momento de Shved, que emergía para detonar el encuentro con 12 puntos en el último cuarto. Baskonia no se rendía, pero en el intercambio de tiros libres les salía cruz.

El nuevo Vincent Poirier: Desde la llegada de Pedro Martínez se está viendo otra versión del poste francés. En el día de hoy, su poderío interior y sus continuaciones al aro tras bloqueo directo, fueron un quebradero de cabeza para Bartzokas. Los mejores minutos del club alavés llegaron con Poirier en cancha, que firmó 12 puntos y 9 rebotes para los suyos.
Markovic y Gill asociados: No estaban teniendo los rusos su partido, pero Stefan Markovic arrancó los motores y con Anthony Gill como socio activaron la maquinaria para remontar. Markovic ejercía de director a la perfección, y su lectura de juego generaba ventajas con facilidad. Anthony Gill se convirtió en el multiusos perfecto, anotaba, sumaba rebotes y asistía para convertirse en el jugador mejor valorado del partido.
Un ave fénix llamado Alexey: El partido de Shved hasta el último periodo había sido más bien mediocre, pero cuando llegó la hora de la verdad emergió de entre sus propias cenizas para detonar el partido con su anotación. Sus 12 puntos en el último cuarto terminaron por romper la balanza y dieron el partido al Khimki Moscú.


