Sorprendía Martínez dando la titularidad a Luca Vildoza ante la baja de última hora de Granger, aunque el argentino se vió claramente superado por los exteriores milaneses. Ya con Huertas como general, el Baskonia encontraba mayor inspiración aunque ninguna de las dos defensas fue capaz de imponerse en los primeros compases. Como curiosidad, el trío arbitral protagonizaba otra estrambótica situación, ya que tras conceder 2 tiros libres a Shengelia y anotar éste el primero decidían que la falta había sido sobre Huertas y anulaban el tiro libre convertido. Balón de banda para Baskonia. En cuanto al juego, mucho, demasiado acierto y la impresión de que sería el prólogo de un partido loco (27-25).

El Milán continuaba anotando muy fácil y con mucha implicación colectiva, comandado por un Curtis Jerrells que no fallaba un tiro. Andrew Goudelock le tomaba el relevo y al Baskonia no le quedaba otra que recurrir a su capitán Shengelia ante el escaso acierto de los aleros. La clave del partido estaba sin embargo en el aro propio y es que la agresividad milanista no hayaba respuesta en el conjunto gasteiztarra, que posiblemente se acordaba de su bastión defensivo Jayson Granger. Jannis Timma tras rebote ofensivo maquillaba el marcador al descanso pero la sensación de superioridad de los de Pianigiani era latente (49-37).

“Toko” inauguraba el marcador tras el paso por los vestuarios pero el partido era de los locales y la “mini-mamba” Goudelock conectaba rápidamente un triplazo que ponía un duro +15, echando por tierra todo lo hablado en el descanso. El ritmo del Baskonia era lento, cansino y el encuentro parecía prácticamente roto demasiado pronto. Pedro Martínez se veía obligado a buscar en el fondo de su banquillo y encontraba al canterano Miguel González (18 años), que enchufaba un triple abierto en el primer balón que tocaba, sin duda el primero de muchos en su carrera. Cosas del baloncesto, los puntos del vallisoletano se convertían el preludio de un parcial de 2-9 que levantaba murmullos en el Mediolanum Forum. No era el momento. Jordan Theodore exigía su dósis de protagonismo y devolvía el golpe con otro 10-2 que parecía cerrar el partido. 

+20, +25… La renta del Armani continuaba aumentando ante un amilanado Baskonia (permítanme la broma). Hasta ahí. La relajación en los locales era evidente ante el colchón adquirido pero lo que ocurría a continuación tiene pocos precedentes en la Euroliga. Los locales comenzaban a tomar decisiones extrañas, gustándose ante su público y sin enlazar pase alguno pero la “empanada” que protagonizaron a punto estuvo de ser de dimensiones bíblicas. 3-23 de parcial y el Baskonia a 5 con algo más de 2 minutos de juego. Incluso Shengelia tuvo un lanzamiento para ampliar aún más el escandaloso parcial pero los locales cerraron el partido desde la franja con Goudelock, desaparecido de la cancha durante el último cuarto. Surrealista (92-85). 

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1 La reacción. El encuentro tuvo dos mitades bien diferenciadas y no precisamente por el descanso. Del “match-ball” con 85-60 se pasó al 88-83 en 6 minutos. Indescriptible la "empanada" del Armani que pasó de ver el aro como una piscina al apagón total.

2 El acierto del Milán. Durante 3 cuartos los de Pianigiani hicieron lo que quisieron con un rival totalmente superado. Acreditaron finalmente un 63% en T3, 38% en T2 y 85% en TL, pero por momentos Jerrells y Goudelock llegaron a parecer infalibles. El Baskonia echó de menos al lesionado Granger, referencia defensiva, pero el descalabro en aro propio fue palpable.

3 Toko, el referente. El titular del partido a punto estuvo de ser muy distinto y en gran parte fue debido a la garra del capitán gasteiztarra, que nunca dio su brazo a torcer y acabó siendo el máximo anotador del encuentro con unos insuficientes 19 puntos y 26 de valoración.