Se acabó la Final Four de Londres. Las cortinas de la Euroliga se han bajado hasta la temporada que viene, aún sin fecha definitiva de regreso en espera de tener configurado el calendario, que con el tardío Europeo de Eslovenia de este verano, puede hacer que llegue el pistoletazo de salida de una competición cada más larga en octubre, alargándose así hasta casi los playoff de las ligas domésticas.
El Olympiacos es el actual campeón, tras revalidar su título en la cita de Londres que deja tanto claros como oscuros. Muy criticada por la escasa aceptación de un mercado que Euroliga ve como potencial, pero que en realidad tiene una cultura del baloncesto muy escasa. Esto ha hecho que se hayan tenido que tomar decisiones surrealistas para dotar al magnífico o2 de Greenwich de una imagen de cara a patrocinadores y aficionados de buen ambiente y lleno en el coliseo londinense, que alejan definitivamente a Londres como el lugar de hospedaje de la Final Four del 2014 como estaba pactado.
Así, se han vendido entradas muy por debajo de su precio, llegándose así al “sold out” oficialmente. En Londres se podían adquirir en la misma semana de la competición entradas a un valor irrisorio, muy por debajo del precio oficial, aunque, en estando más cerca del precio de mercado del baloncesto actualmente en el Reino Unido.
Ciertamente, se ha criticado en demasía la organización de este evento, muchas veces desde lugares muy lejanos al o2. En cambio, la imagen del pabellón en la final era magnífica, el pabellón rozaba el lleno absoluto y el ambiente era excelente, sobre todo el propuesto por la afición del Olympiacos, que hay que remarcar que tuvo un comportamiento excelente.
El o2, gestionado por la multinacional AEG, la mayor potencia mundial en gestión de espacios multiusos, es una compañía con buenas relaciones con Euroliga, habiendo sido anfitrión de varios eventos de Euroliga. El recinto londinense es el “arena” con más potencial del mundo, siendo el número uno mundial en cuanto a gente que atrae a sus eventos por encima del mismísimo Madison Square Garden.
Realmente el éxito o el fracaso de una Final Four depende más de las aficiones que puedan tener las equipos clasificados que de la cultura baloncestística de la propia ciudad anfitriona. No se duda de que el éxito hubiera sido absoluto si al Olympiacos le hubieran acompañado equipos como Panathinaikos o Maccabi Tel Aviv, aunque el problema es cuando estos desertan y muchas entradas se quedan en el aire en un país sin tradición que pueda absorber la oferta. Oferta, que pudiera haber sido menor que la demanda, por ejemplo, si el anfitrión fuera una ciudad de fuerte tradición como Vitoria o Siena, o otras con más tradición aún, aunque sufriendo aún más la crisis como Kaunas o Belgrado.
Así, Euroliga, que contaba con un contrato de 1+1 con AEG para que el o2 acogiera el máximo evento del baloncesto continental, no será prácticamente seguro el escenario de la batalla por el próximo título. A los problemas surgidos por la organización en un país sin cultura del deporte de la canasta, se le suma el alquiler del recinto durante todo el mes de mayo, lo que haría que se tuviera que desplazar el evento a primeros de junio, en pleno apogeo de los playoff de las ligas domésticas, algo que tendría que ser consensuado por la asamblea.
Por ello, la organización dirigida por Jordi Bertomeu se encuentra a la búsqueda de una nueva sede que pueda acoger la competición, algo que no solo se consensúa por los clubes y la organización, sino que los patrocinadores tienen un grado de decisión muy alto y ven mayor potencial para sus mercados en ciertas grandes metrópolis europeas.
Así saltan opciones con fuerza como la vía Alemana, un mercado que tanto a Euroliga y a los patrocinadores les atrae especialmente y en el que curiosamente AEG tiene dos emplazamientos, el O2 World de Berlín en el que se organizó con éxito ya una Final Four y el o2 World de Hamburgo de 16.000 espectadores.
Otra opción que se baraja es la posibilidad de llevar la Final Four al imponente Zalgirio Arena de Kaunas, ciudad de una fortísima tradición baloncestística y con un recinto envidiable que ya ha acogido importantes eventos y cuyo equipo local, el Zalgiris es el equipo que más media de espectadores ha llevado durante toda la temporada.
A Euroliga le gusta también la opción de Vitoria, a la cual le deben una Final Four desde hace más de una década cuando la FIBA le quitó la sede de la competición tras la escisión de la ULEB. El Buesa Arena es un recinto concebido para este fin. El éxito estaría garantizado a prácticamente todos los niveles, ya que la organización de Josean Querejeta es especialista en este tipo de eventos, como ha demostrado sobradamente en las Copas del Rey, Supercopas o la Eurocup de la propia Euroliga.
Euroliga ahora trata de convencer a sus patrocinadores e inversores que es un lugar ideal para organizarla, a pesar de algunos problemas en cuanto a capacidad hotelera por ejemplo. Se intenta con el concepto de “Ciudad Vasca”, en el cual se esgrime que todas las necesidades quedarían sobradamente cubiertas en un radio de menos de una hora del pabellón en cuanto a transporte, algo que en todas las grandes metrópolis Europeas ha pasado, con aficiones que tienen que desplazarse durante más de una hora para llegar al pabellón. Querejeta, espera impaciente.