CSKA de Moscú – TAU Cerámica Baskonia

John Robert Holden (1.85, 1976) – José Manuel Calderón (1.90, 1981)
Ambos son los bases titulares de los dos equipos. Holden, nacido en Pittsburg y fue nacionalizado ruso por “meritos contraídos con la patria” tras un año de estancia en Moscú, es un jugador explosivo y con buenos recursos técnicos pero que en muchas ocasiones se acelera demasiado, dejando apartada la que tendría que ser su principal función: dirigir al equipo. Calderón, por su parte, es una pieza fundamental del Baskonia, tras mejorar cada temporada, llegará a Moscú en su momento más maduro de juego, también es poseedor de un poderoso físico que sabe utilizar para la defensa presionante hombre a hombre, ahogando a los bases rivales, así como para penetrar a canasta con notable éxito (sin embargo su defensa pasando bloqueos no es tan buena). En sus últimos enfrentamientos directos el español no ha destacado en el apartado ofensivo (sus dos actuaciones más pobres en Euroliga), sin embargo defensivamente consiguió detener al norteamericano.

Theo Papaloukas (1.99, 1977) – Pablo Prigioni (1.86, 1977)
Estos dos jugadores suelen salir desde el banquillo para aportar su visión de juego y capacidad de control de los partidos. El griego puede jugar tanto de base como de escolta, y hasta en ocasiones de alero, cuando Ivkovic decide usar tres jugadores bajos simultáneamente. Es uno de los jugadores más importantes de su equipo a pesar de jugar una media de minutos inferior a veinte, y siempre encuentra la solución óptima en los ataques, ya sea penetrando a canasta (es un gran especialista) o doblando la pelota para buscar al tirador mejor posicionado. Prigioni lleva lesionado toda la temporada, arrastrando una bursitis que le impide jugar la 100% y que le causa fuertes dolores. A pesar de ello, el argentino se ha echado el equipo a la espalda durante la ausencia de Calderón y ha jugado partidos completos. El estilo de juego de Prigioni recuerda más al base puro, y con el en pista los pick&rolls con los hombres altos son la principal opción en ataque. En defensa también ofrece un buen rendimiento, especialmente en la lectura del juego rival y anticipación. Una jugada típica del argentino es el robo tras saque de fondo.

Marcus Brown (1.91, 1974) – Arvydas Macijauskas (1.94, 1980)
Brown es la estrella que más brilla en la constelación rusa. Es un anotador incansable, y posee muchos recursos para conducir el balón hacia el interior de la red. Es un magnífico tirador que acredita porcentajes cercanos al 40% en triples (que mejora en proporción a la importancia del partido) y superiores al 50 en tiros de dos, pero lo que le diferencia del resto es su capacidad para decidir. En un final apretado, siempre debería ser la primera opción. Por su parte, Macijauskas es de los mejores tiradores en movimiento del continente, y además se crece en Euroliga. Ha promediado 18 puntos de valoración en la competición europea, con un último mes y medio espectacular que le dio el título de MVP de Marzo. Es un jugador capaz de fabricarse sus propios tiros, ejecutados en milésimas de segundo, además de contar con una gran velocidad para irse de su marcador. Su punto débil, y que le hace pasar minutos en el banquillo, es la defensa, donde sufre ante los mejores escoltas de Europa, sin embargo en este último año se ha hecho más completo como jugador, aportando en más facetas del juego, como en el apartado de asistencias, sacrificando parte de su aportación anotadora.

Antonio Granger (1.98, 1976) – Sergi Vidal (2.01, 1981)
Un viejo conocido de la afición española tras su paso por el Caja San Fernando. Granger llegó este año procedente del Efes Pilsen para añadir experiencia y calidad al equipo ruso, y lo ha conseguido. En no pocas ocasiones ha sido el artífice de la victoria cuando la maquinaria rusa no ha estado lo suficientemente bien engrasada, como en el partido en Vistalegre ante el Real Madrid, donde mantuvo con opciones a su equipo hasta el final, merced a 6 aciertos de 8 intentos en triples. Vidal, por su parte, es un caso claro de jugador que evoluciona cada temporada. Cuando llegó al Baskonia procedente del Joventut tuvo que centrarse en mejorar defensivamente para conseguir minutos, y en las dos últimas temporadas sus progresos ofensivos son notables. Es un buen penetrador y a pesar de no ser especialista tirador, sus porcentajes han mejorado mucho. Un jugador de equipo que siempre aporta cosas positivas.

Zakhar Pachoutine (1.96, 1974) – Travis Hansen (1.98, 1978)
La experiencia contra la ilusión. En competición europea Pachoutine no suele contar con muchos minutos, pero cuando el equipo le ha necesitado por problemas de faltas o por lesiones de sus compañeros siempre ha respondido. Tiene buena mano desde más allá de los 6,25 y experiencia para dar y regalar. Junto a Panov, es el ‘padre’ espiritual de la plantilla. Hansen es todo un ejemplo de superación. Desconocido para el gran público, firmó en verano como primer extracomunitario de un equipo huérfano en la posición de alero tras la marcha de Nocioni a la NBA, y aunque Querejeta declaró que el ‘Chapu’ es insustituible, fue inevitable que las miradas se posaran en él como sustituto. Sus inicios fueron muy difíciles, la adaptación al basket FIBA no fue rápida y en ocasiones le jugó malas pasadas, pero gracias a su carácter y a la confianza en su trabajo se ganó el respeto y el cariño de la afición, consiguiendo, además, mejorar sustancialmente en cada faceta de su juego: defensa, lanzamiento exterior (capaz de meter 5 triples seguidos, como ante el Breogán), y sobre todo derrochando explosividad en cada acción. Tiene una gran capacidad de salto, que emplea tanto para superar en el rebote a oponentes más grandes como para deleitar al público con mates en los contraataques.

Sergey Monya (2.02, 1983) – Robert Conley (2.00, 1977)
Monya es un alero con unas características inmejorables para la práctica del baloncesto. Por ello fue drafteado el año pasado por los Blazers. Sin embargo, diversas enfermedades y lesiones y el jugar en una plantilla tan competitiva no le dejan más de 15 minutos para demostrar sus capacidades, algo que fomenta aún más su irregularidad. Cuando pasa más de 20 minutos en pista sus actuaciones son muy buenas, pero no parece que la Final Four vaya a suponer una oportunidad de este tipo para él. Otro que no rinde todo lo que su potencial le permitiría es Conley. Llegó de Girona tras unas jornadas impresionantes sustituyendo a Recker (consiguió estadísticas de MVP), pero en el Baskonia no tiene el protagonismo que tenía en el equipo catalán, lo que le ha hecho perder parte de su confianza y la paciencia de Ivanovic, que no lo utilizó en los partidos de cuartos ante la Benetton a pesar de ser uno de los jugadores que más contaba con el beneplácito del técnico desde su llegada al equipo.

Sergei Panov (2.02, 1970) – Roberto Gabini (1.98, 1977)
Otro veterano de guerra en el banco de suplentes del CSKA. Panov es el capitán del conjunto moscovita. Cuenta con una amplia experiencia en el mundo del baloncesto, tanto en su país como en competiciones internacionales. Suele contar con unos 10 minutos por encuentro, repartidos entre la posición de alero y ala-pívot (en Euroliga básicamente como 4). Actualmente es de ese tipo de jugadores que aportan más en el día a día de la dinámica del equipo que a la hora de los partidos. Por su parte, Gabini llegó al Baskonia para disputar los playoffs del pasado año ante la plaga de lesiones que sufrió el conjunto azulgrana, y en verano el club ejerció la opción de renovación por un año más de la que disponía. Sin embargo nunca ha sido un fijo en los esquemas de Ivanovic. Es utilizado por Ivanovic cuando necesita ajusta su defensa ante cuatros muy móviles

Demos Dikoudis (2.06, 1977) – Kornel David (2.06, 1975)
Tras no tener el hueco que quería en el Pamesa, Dikoudis aprovechó un error en la redacción de su contrato para desvincularse del club toronja por menos dinero de lo que decía su cláusula de rescisión pretendida y firmar con el CSKA, donde se ha ganado la titularidad a base de rebotes (5 por partido en 20 minutos en la euroliga), buena selección de tiro (62,5% en tiros de dos) y dureza defensiva. Kornel David es un jugador diferente, ya veterano, y que aporta sobre todo su experiencia y su conocimiento del juego, que le dan un temple especial al equipo y se echan mucho en falta cuando David no puede estar por lesión. Además posee una visión de juego privilegiada para un hombre de su altura, de la que suele salir beneficiado Scola, mientras que él se aprovecha de la atención que capta el ala-pívot argentino para tirar en suspensión desde 4 metros sin mucha oposición, un tiro que suele ser infalible.

David Andersen (2.13, 1980) – Luis Scola (2.06, 1980)
Nominados entre los mejores postes de la competición, ambos son la referencia interior de sus equipos. Andersen es un center puro, que cuenta con mucha experiencia en Europa a pesar de su edad (Virtus, Montepaschi). Es un jugador con una gran movilidad para su altura, que además de tener buenos movimientos en el poste bajo, es capaz de anotar suspensiones desde 5 metros con asiduidad, por lo que su defensa se hace complicada. En esta edición de la euroliga ha conseguido superar en dos ocasiones la barrera de los 40 puntos de valoración, lo que da muestras de su capacidad de cara al aro. Además en defensa es muy duro, muchas veces rozando los límites de la legalidad. Por el lado baskonista, Scola es el alma del equipo. Posee una capacidad innata para anotar de espaldas al aro, sin realizar movimientos complejos técnicamente, sino con aparente facilidad. Cuando está concentrado es imparable, como en el partido de ida ante la Benetton, sin embargo en encuentros con menos cosas en juego es proclive a descentrarse y cometer faltas evitables que lo relegan al banquillo. Sus aptitudes defensivas y reboteadoras también son buenas, aunque quedan eclipsadas por su capacidad anotadora. . En sus dos enfrentamientos directos, el jugador de Buenos Aires siempre ha conseguido superar al australiano tanto en puntos como en rebotes.

Alexei Savrasenko (2.15, 1979) – Tiago Splitter (2.11, 1985)
Estos jugadores cumplen el rol de relevo en la posición de pívot puro. Savrasenko, formado profesionalmente en Grecia, es un jugador eminentemente defensivo, que es utilizado para aportar dureza bajo aros y para intimidar a los jugadores interiores rivales (6 tapones en el segundo encuentro ante el TAU de esta temporada). Sin embargo ofensivamente es bastante limitado, quedando su aportación reducida a tiros cercanos al aro ante defensas desajustadas. Splitter, por el contrario, posee talento suficiente para anotar más que el kazajo. Además de sus cualidades físicas, en los últimos partidos se ha mostrado como uno de los jugadores más determinantes del equipo, capturando rebotes tanto ofensivos como defensivos en partidos muy importantes y ganando enteros en la madurez que desprende su juego. Aún debe ganar kilos para que su presencia en la zona sea aún más intimidatoria.

Martin Muursepp (2.06, 1974) – Andrew Betts (2.17, 1977)
Muurseep, de algun modo, se ha convertido en un jugador especialista, utilizado cuando es necesario abrir las zonas aprovechando su tiro de media distancia y de tres puntos. A pesar de su altura no es un gran reboteador, y adolece de falta de dureza en defensa (quizás ese fue uno de los motivos por los que pasó con más pena que gloria por la NBA), pero sin duda es una pieza valiosa para cualquier equipo como relevo interior. Betts, por contra, representa una de las peores inversiones de Josean Querejeta en los últimos años. Es el jugador mejor pagado de la plantilla pero Ivanovic no ha conseguido nunca que se acople a sus planteamientos tácticos. Es demasiado lento para la compleja defensa de ayudas que utiliza el entrenador balcánico, y en ataque le falta aportar la dureza que le hagan valer los 2,17 metros de altura con los que está dotado. Poco a poco su concurso en los partidos ha ido decreciendo, hasta tener una presencia testimonial en el último mes. Pero queda una puerta abierta a la esperanza: quizás pueda ser interesante su participación en la defensa zonal que tan inusual es en Dusko pero que ha utilizado algunos minutos últimamente.

Dusan Ivkovic (1943) – Dusko Ivanovic (1957)
Duelo yugoslavo en los banquillos. Dusan Ivkovic es considerado una leyenda del Baloncesto. Su currículum es excelente, ha participado en cuatro Final Fours, ha ganado tres Campeonatos de Europa de selecciones, un Mundial, la liga y copa griegas, la Copa Saporta con el AEK, y cuando fue llamado por el CSKA estaba en conversaciones con los Denver Nuggets. Cuando Ivkovic firmó con el CSKA, prometió que en tres años haría al equipo campeón de Europa, y éste es su tercer año con los rusos. Por su parte Ivanovic tiene un currículum más corto, pero ha demostrado sobradamente su valía en los banquillos. Éste es su quinto año en Vitoria, y por fin ha conseguido llegar a una Final Four (tras quedarse a las puertas la pasada temporada) a base de tener confianza en su método y conseguir implicar a sus jugadores con su filosofía, dejando en un segundo plano los problemas físicos, las ausencias que cada año se producen en su plantilla, y otras adversidades.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
Maccabi de Tel-Aviv – Panathinaikos: hombre a hombre

La FINAL FOUR en cada ciudad