De ser comparado con Pascal Siakam a firmar por un recién ascendido en Grecia

A lo largo de la historia del baloncesto, siempre ha habido historias de todo tipo. De éxito, de fracaso, de ilusión, de esperanza, de superación. También ha habido un sinfín de comparaciones, casi siempre con la NBA como telón de fondo: "el próximo Michael Jordan", "el próximo Kobe Bryant", "el nuevo LeBron James".

Pero lo cierto es que, objetivamente, muy pocos jugadores han llegado al Olimpo. Sin embargo, sí ha habido historias que han ilusionado a una región o incluso a un país entero. En este artículo, hablamos sobre un caso que generó muchas expectativas, pero que no acabó -o, mejor dicho, no está yendo- como se esperaba.

Expectativas, presión y carácter, un cóctel molotov

Desde fuera, es muy fácil juzgar a un deportista de élite. Y eso ocurre porque no se tienen en cuenta todos los factores que lo rodean. La presión es muy alta desde muy jóvenes; el miedo a fracasar está ahí; la capacidad de adaptación es un elemento clave. La lista podría hacerse más larga, y en el caso de Sekou Doumbouya (2'06/22 años) han influido varios de estos factores.

La historia de Doumbouya es bastante especial. Su llegada a la élite fue bastante precoz: con apenas 14/15 años ingresó en el INSEP (Instituto Nacional de Deporte), y ya había quien se aventuraba a decir que era el jugador con mayor proyección de la época. Pero en cuestión de un año, llegó el primer revés a su carrera, y los problemas de comportamiento le jugaron una mala pasada. Unas malas conductas en el contexto escolar provocaron su expulsión.

Eso no impidió que siguiera deslumbrando en la ProB francesa -la segunda división- con Poitiers y luego en Limoges. Sus cualidades físicas y atléticas le facilitaron que el jugador nacido en Guinea saliera elegido en el puesto número 15 del Draft de 2019. Pese a su carácter, parecía haberse hecho un hueco en la NBA.

El descenso a los infiernos 

Tras llegar a la cúspide, su adaptación no fue la deseada. Combinó la NBA con la G-League con el equipo vinculado a los Detroit Pistons, franquicia que lo había elegido en el Draft. Pronto empezaron las críticas, de manera pública, de su entrenador, Dwane Casey: "Estoy preocupado por Sekou, por su actitud, su comportamiento. No sé si será la barrera cultural, pero debe seguir jugando duro. Un jugador joven va a cometer errores, pero la falta de intensidad no debe ser uno de ellos".

En esta situación llegó el COVID y el parón/anulación de la temporada regular de la NBA. Se marchó a Francia antes de llegar a un acuerdo con Detroit; además, se rompieron las relaciones entre él y su agencia de representación. Tras la Pandemia, fue de traspaso en traspaso hasta que se une al equipo de los Sixers de la G-League, esperando ese último tren hacia la NBA. Aunque acabaron campeones, Doumbouya solo disputó de media 9 minutos por encuentro.

Y así llegamos a nuestros días. Hizo la pretemporada con Mónaco, pero finalmente ha firmado un contrato con Maroussi, un equipo recién ascendido en Grecia con apenas 22 años. Ese jugador al que comparaban con Pascal Siakam ahora quiere resarcirse de todo lo que le ha ocurrido en su corta carrera como jugador profesional. Veremos qué futuro le espera.

*Esta historia está extraída del hilo del periodista Tom Compayrot a través de su hilo de Twitter sobre Sekou Doumbouya.

Sobre el autor

 
Imagen de borjarevertlu Borja Revert@borjaRL_SBEl baloncesto siempre ha sido una de sus grandes pasiones y en 2014 se le presentó la oportunidad de escribir sobre este deporte. Empezó a redactar artículos en Solobasket hace casi una década y, desde entonces, ha podido cubrir todo tipo de competiciones: ACB, LEB, Euroliga, Eurocup, Lega, ABA Liga, etc. Borja es profesor de Lengua y literatura castellana, siempre ha estado ligado al periodismo, pues también colaboró con la revista regional El Tot Mataró. Trabajando en Barcelona. Entre sus intereses, le encanta leer, escribir, practicar crossfit y hacer rutas por montaña.
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