Durante estas últimas dos semanas ha sido el foco de atención de los medios de comunicación relacionados con el mundo de la canasta, tanto a nivel nacional como internacional. Muchos le auguran un porvenir magnífico, otros prefieren ser más cautos y esperar su evolución en los próximos meses, retos más que suficientes para saber hasta dónde puede llegar este lituano de 2’10 cm. Se llama Jonas Valanciunas, tiene 19 años y es sin discusión uno de los mejores interiores junior del mundo.
Su repercusión no es casualidad, todo lo que toca lo convierte en oro. Ha sido MVP de gran parte de los torneos internacionales a nivel FIBA (Sub16, Sub18) y también en el Nike International Junior Tournament organizado por la Euroliga, rememorando grandes batallas en la pintura con viejos conocidos de su generación como el turco Enes Kanter , el serbio Dejan Musli o el polaco Premyslav Karnowski. Hace dos temporadas luchó de tú a tú con el otomano y el serbio en dos duelos que quedarán para el recuerdo, mientras que el pasado verano en la capital lituana derrocó a Rusia con un dominio insultante.
Días antes a empezar el Mundial Sub19 de Letonia la prensa abordaba a este tímido chico con preguntas relacionadas con su futuro más inmediato en la NBA, el jugador se sorprendía y respondió a los periodistas: “Yo no he venido aquí a hablar de Toronto, vengo a representar a mi país y llevarlo a lo más alto, nuestro objetivo es el oro y eso es lo que vamos a intentar, somos un equipo y decir lo contrario sería una falta de respeto hacia mis compañeros”. Alto y claro, a pesar de su juventud sabe tener los pies en el suelo, demostrando su compromiso y profesionalidad en todo momento.
Y no se equivocó, el tiempo le dio la razón, a pesar de la derrota en la primera jornada ante la Croacia de Saric, Katic y Hezonja los lituanos fueron cogiendo ritmo a base victorias, derrotando a sus rivales con relativa superioridad. Parte de ese mérito fue gracias a él, firmando durante el evento unos números para enmarcar: en nueve partidos y 30 minutos de juego promedió 23 puntos, 14 rebotes, 3 tapones y una asistencia. A destacar su 60% en tiros de dos y su puntería desde la línea de tiros libres, de las mejores del campeonato. En la final ante Serbia se salió con 36 puntos sin descansar un solo segundo, bien secundado por unos gregarios de lujo que conforman un equipo magnífico: Cizauskas, Redikas,Ulanovas y Pukis son cuatro de los más destacados de una generación que promete hacer historia.
La pregunta que se hacen todos después de su último logro es saber si está preparado para jugar al máximo nivel en el próximo Eurobasket, que curiosamente se celebrará a finales del próximo mes de Agosto en su país de origen, Lituania. Posiblemente no sea el center titular, pero sí toda una garantía como tercer o cuarto pivot, el seleccionador Kestutis Kemzura le espera con los brazos abiertos, su recuperación física en la fase de preparación será clave para ver su nivel ante los mejores jugadores del viejo continente. Toda duda podría quedar disipada si analizamos su prometedor debut en el primer equipo del Lietuvos Rytas, disputando la Euroliga y siendo pieza clave de su equipo en la LKL, con una media de 12 puntos y 7 rebotes en menos de 25 minutos por partido. Aunque su debut en la competición báltica fue en la temporada 2009-2010 con el Perlas Vilnius.
Ese dominio en la pista no pasó inadvertido en la NBA, los scouters querían ver de primera mano cómo se desenvolvía ese espigado chico que crecía a pasos agigantados, los informes fueron positivos y en último Draft fue elegido en la quinta posición por los Toronto Raptors de Jose Manuel Calderón. El dilema a día de hoy está en el lockout, su continuidad en Europa depende de lo que suceda en las próximas fechas.
Su deseo personal de recalar en Estados Unidos hace que tenga un reto por delante, mejorar la trayectoria de antiguos predecesores que probaron fortuna en la liga estadounidense: Sabonis,Ilgauskas o Kleiza son los ejemplos más recientes, otros como Macijauskas se quedaron en el camino. Un factor tan importante como el idioma puede influir en su periodo de adaptación, así como un obligado cambio físico que le ha de permitir soportar las duras cargas de los musculosos jugadores norte-americanos en el poste bajo.
Analizando su estilo de juego hay que decir que estamos hablando de un auténtico atleta de más de dos metros de altura que destaca tanto en defensa como en ataque, siendo así un jugador dominante en las categorías inferiores. Algo parecido a lo que sucedió con Andrew Bogut o Milan Macvan. Una de sus grandes ventajas es su timing en el salto. En defensa es un auténtico muro, sus brazos interminables hacen que tapone con asiduidad y coja muchos rebotes, mientras que encarando el aro rival es imparable al recibir cerca de canasta con todo un arsenal de recursos ofensivos: ganchos, penetraciones y mates a dos manos con sello personal incluido. Gran parte de esas jugadas se fluctúan con pick and roll o balón interior a uno de los lados, soliendo remontar la línea de fondo para hacerse un hueco y culminar la acción de la forma más eficaz posible. En el momento que recibe el balón capta la atención de toda la defensa, generando espacios para que sus compañeros puedan lanzar desde la línea de tres. Lo que le hace diferente a los demás es que es un pivot que sabe bajar el balón de pista a pista sin ningún tipo de problema, así como mantener buenos porcentajes desde 4’60. Eso sí, el lanzamiento exterior y su facilidad en cargarse de faltas personales son los puntos a mejorar.
Como curiosidad, el Barça Regal estuvo muy interesado en incorporarle tras su sorprendente aparición en el Torneo de l’Hospitalet hace tres temporadas, pero el club lituano reaccionó rápido y le renovó al instante, asegurándose así una de las mayores perlas que el baloncesto europeo ha dado en los últimos años.
Así es Jonas, una persona humilde, que huye del individualismo y respeta al máximo todo lo que le rodea (compañeros, prensa, aficionados…). La mejor muestra se pudo ver en las semifinales del pasado Mundial ante Rusia: Simanavicius se torció el tobillo y el joven de Utena se acercó rápidamente a socorrerle, entre él y el preparador físico sacaron al base de la pista bajo la atronadora ovación de un público entregado.
Apuesten por él, su capacidad de superación no tiene límites, su juventud le permitirá progresar aún más y su honradez pueden hacer de él un deportista único, de momento ya es un héroe nacional en un país de tan solo 3 millones de habitantes.
Jonas Valanciunas, el futuro está en tus manos.