Los gigantes españoles pisaron fuerte en la tercera jornada de la Euroliga y ambos se quedaron con el triunfo. Real Madrid se hizo fuerte en el Wizink Center y le ganó por 93-79 al Zalgiris lituano, mientras que Barcelona calló a más de 24.000 almas enardecidas en Belgrado al vencer por 92-83 al Partizan.
CAMPAZZO BRILLÓ EN EL TRIUNFO DE REAL MADRID
Madrileños y catalanes lograron su tercera victoria en igual cantidad de partidos en buena parte gracias a sus estrellas argentinas. Facundo Campazzo fue uno de los artífices de la victoria de los blancos, gracias a sus 18 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias. El base argentino brindó un show ante los lituanos, que sufrieron la primera derrota de la temporada en la competencia europea.
No cabe duda que Campazzo es uno de los mejores jugadores de Europa. El MVP reinante de la Supercopa que ganó el Madrid es uno de los grandes responsables del invicto que lleva el equipo. En lo que va de la temporada promedia 13.5 puntos, 6.8 asistencias, 2.1 rebotes, 1.7 robos, 50.5% de efectividad en tiros de campo y 36.8% en triples.
Facu convirtió cuatro triples, dos de ellos en forma consecutiva en 34 segundos, durante el primer cuarto para hacer estallar a un Wizink Center repleto. No faltó su magia en las fintas y en los dribles, alley-oops a Walter Tavares y hasta una bandeja de fantasía. Al igual que el base, Gabriel Deck, el otro argentino, también jugó 23 minutos y fue clave anotando 19 tantos, sin el show de su compatriota pero con una eficiencia envidiable.
NICOLÁS LAPROVITTOLA, EL MEJOR JUGADOR DE BARCELONA
A 2.586 de Madrid, en Belgrado, Barcelona visitó uno de los estadios con mayor atmósfera de Europa. Fue victoria del culé en el Stark Arena por 92-83 ante Partizán y sigue invicto en la competencia. El argentino Nicolás Laprovittola fue el máximo anotador del partido con 20 puntos, (6/10 en triples), además de firmar 3 rebotes y 6 asistencias. Por si fuera poco, encestó un triple no-look que se hizo viral.
En el segundo cuarto, Lapro recibió una asistencia en el costado izquierdo por parte del interno alemán Oscar da Silva. El argentino saltó para disparar y, antes de que el balón ingresara, se dio vuelta para celebrar sin ver que la pelota había entrado. En ese momento, el partido estaba 35-30 en favor de su equipo y terminó con una diferencia de 9 en favor del equipo de Šarūnas Jasikevičius.