El Real Madrid llegaba a Atenas con la intención de asegurar la segunda plaza en Euroliga y acabar su mala racha fuera de casa en la competición continental. Frente al Madrid, un Panathinaikos venido a menos en los últimos años, pero siempre combativo y un OAKA con poco público que hacía añorar aquel pabellón lleno que era una olla a presión cuando el Panathinaikos saltaba a la cancha.
Mal inicio del Madrid y un gran Papagiannis
El primer cuarto del Madrid fue para olvidar. El Panathinaikos salió a la pista muy intenso en defensa, sobre todo de la mano del griego Papagiannis. El pívot de 2.20m, ex de los Sacramento Kings, plantó cara a Tavares y modificó muchos de los ataques del Madrid. En la primera parte, ya llevaba 5 tapones, 10 puntos y 8 rebotes, demostrando su superioridad en el partido, teniendo varios duelos con Tavares de muy alto nivel. Papagiannis tuvo en Nedovic su mejor socio en el ataque griego, estando muy acertado en el tiro y acabando la primera parte con 11 puntos.
El equipo de Pablo Laso no encontraba soluciones a sus problemas en ataque y eso se vio reflejado claramente en el marcador. Al final del primer cuarto ya perdía por 11 puntos 22-11 y al descanso, de 9 puntos, 41-32. El Madrid ganó los tres cuartos siguientes, pero la diferencia del primer cuarto fue una losa demasiado pesada.
Problemas en el tiro
Un partido más, el tiro y la fluidez en ataque jugaron en contra del Madrid. En la primera parte, el atasco fue grande y solo algunos destellos de Llull y Rudy y la pelea de Tavares en la pintura hicieron posible que la diferencia no fuera aun superior. Los porcentajes en tiros de 2 fueron malísimos, en parte por la intimidación de Papagiannis, pero también por la falta de soluciones para encontrar cortes claros o tiros liberados. El conjunto blanco no llegó al 50% en tiros de 2 y en los primeros compases del partido, los tiros desde la línea del 6,75 tampoco entraron. Fue ya, en el último cuarto, donde el Madrid anotó 8 triples, donde pudo maquillar estas estadísticas y lograr acercarse en el marcador, quedándose a 5 puntos a falta de 2 minutos para el final del encuentro y meter algo de presión a los griegos.
Tardío despertar
En el último cuarto, el conjunto de Laso pudo entrar en el partido gracias al acierto en el tiro de 3, llegando a anotar 4 de manera consecutiva, siendo Llull y Heurtel los más acertados. En el Madrid de Laso, el esfuerzo no se negocia y una vez intentaron la remontada hasta el final, pero el Panathinaikos supo controlar su renta y la explosión de triples en el último cuarto. A Sant-Ross no le tembló la mano al final y cerró el partido, antes de que Heurtel anotara el último triple para dejar el partido 87-86