1. Saber jugar cuando las cosas no salen. España no hizo un buen partido, las dudas volvieron a surgir, y solo el que Italia fue peor, les salvó de tener un mal día de verdad. Ese espíritu competitivo pudo más que nada, y eso ante una Italia que comenzó arrasando y con un Marc Gasol desaparecido en combate. La efectividad ofensiva se quedó en el 47 % y la de tiro exterior en apenas 26 %. Dos hombres tan importantes como Marc Gasol (solo anotó 2 puntos) y Ricky Rubio, no tuvieron su mejor día, aunque el catalán mejoró en la segunda parte y fue clave en el juego del último cuarto.

2. El trabajo defensivo. Otro síntoma de la buena competitividad de los de Scariolo es ponerse a trabajar en defensa para evitar que tú rival no tenga su día cuando tú tampoco lo tienes. Víctor Claver volvió a ser el mejor en este aspecto, al que le acompañó Rudy Fernández y Willy Hernángomez en la captura de rebote defensivo. Cuando se ordenaron las ideas en defensa, las opciones de España fueron mayores.

3. Los Hernángomez se reivindican. Los hermanos, quienes posiblemente estaban siendo de los más criticados, fueron los mejores en este encuentro, tirando del equipo en ataque ante un mal día de nuestro ‘cinco’ referente, Marc Gasol. Juancho Hernángomez fue el máximo anotador del partido con 16 puntos, y su hermano Willy, aunque solo anotó 4 puntos, fue vital en la defensa del rebote, y consigue así reivindicarse ante las críticas.

Partido incómodo el que tuvo España ante Italia, donde destacó una baja anotación y muchos fallos por parte de ambos equipos, pero que acabó llevándose España por un 67-60. El encuentro se puso de cara para Italia en los primeros minutos, con una conexión muy buena entre Belinelli y Gallinari, y el resto del quinteto inicial, Datome y Beligha. Se colocaron con una ventaja inicial de diez puntos, que cortó Sergio Llull cuando entró en pista. El menorquín fue revulsivo en los últimos minutos del primer cuarto, lo que permitió recortar la distancia que los italianos habían conseguido, con la ayuda, entre otros, de Willy Hernángomez.

En el segundo cuarto, España comenzó mejor con una buena conexión entre Willy Hernángomez y Pierre Oriola. El equipo de Scariolo fue mejor con la salida de los hombres del banquillo que Italia, que tenía mayor dependencia en los hombres del quinteto inicial. La defensa de España también complicaba los ataques de los de Sachetti, que no mejoraron hasta la salida de su mejor hombre, Danilo Gallinari. En los últimos minutos, el encuentro fue un intercambio de fallos entre los dos, con lo que Italia se recuperó un poco y se fue al descanso con la mínima ventaja (30-31).

En el tercer cuarto, España siempre estuvo un paso por delante, con la mejora de su defensa, gracias al trabajo de Víctor Claver. Mientras, Juancho Hernángomez fue el destacado en ataque en los primeros minutos, para dar luego el testigo a su hermano Willy. Sin embargo, no fue suficiente, pues Italia seguía aferrada al partido con Hackett como principal jugador. Los dos equipos no mejoraban su efectividad ofensiva, y no estaba claro quien se llevaría la victoria.

En el cuarto definitivo, España mostró una mejor cara, con un juego más competitivo, liderado por la dirección de juego de Ricky Rubio. Italia no se rendía, Datome y Gallinari intentaban volver a coger esa distancia conseguida en el primer cuarto, pero fue España quien logró su mayor ventaja. Marc Gasol, quien no tuvo su partido, anotó dos puntos que fueron claves para no dar opciones a Italia de remontada y que rompieron el encuentro a falta de un minuto. Al final, 67-60 y España, con 4 victorias totales, logra el pase a la siguiente ronda, aunque el domingo deberá jugarse la primera plaza del Grupo I ante Serbia.