El partido se preveía igualado y los cuarenta minutos no defraudaron a nadie. Alternativas en el marcador, estrategias defensivas por parte de ambos entrenadores, momentos de acierto espectacular por ambos bandos -especialmente en los últimos minutos-, tapones, robos, contraataques, triples, bandejas acrobáticas y airadas protestas. El partido lo tenía todo, pero lo mejor esperó al final.

El DKV estaba dos puntos arriba cuando Jiri Welsch tomó la iniciativa y anotó la canasta del empate a falta de 17 segundos. Tras el tiempo muerto, el Unicaja desveló su última carta, se la jugaría a defender la ofensiva badalonesa. El DKV, con dos bases sobre la pista, perdió el balón tras robo de Carlos Jiménez. La bola rápidamente fue a Pepe Sánchez. que intentó llevarla al otro lado de la pista ya sin tiempo. Parecía que el partido había acabado, pero los árbitros señalaron pasos del argentino una décima antes del bocinazo final.

Los de Aíto disponían de un saque de banda y Bennett dispuso a sus compañeros para intentar una locura final. Lubos Barton sacó a una mano -¿se acuerdan de la primera canasta en Euroliga de Ricky Rubio? También fue un gran pase de Barton en saque de banda- el balón pasó por encima de la defensa malagueña y se situó a la altura del aro. Entonces, por el otro lado apareció volando Rudy Fernández, que tocó lo suficiente para que el balón acabara entrando en el aro. Milésimas después, se encendía la luz roja del tablero. La canasta era válida.

Con esta canasta, el DKV se ha llevado su primer partido en la presente Euroliga. Ha sido un encuentro vibrante en el que Berni destacó por el lado unicajista, mientras que Rudy fue el mejor de los verdinegros. Hubo otros detalles, como la capacidad de la Penya para jugar sin un pívot puro durante algunos minutos, el recurso del triple para Rudy -cada vez utiliza más el bote, amago de entrada a canasta, parada y triple- o la constantación de que Huertas cuenta para Aíto.