Magnífico encuentro entre dos selecciones muy diferentes en cuartos de final. El equipo báltico, un auténtico especialista en el lanzamiento exterior, tendría delante al mejor jugador del campeonato, un Scola totalmente imparable y a una selección argentina muy inteligente, veterana y efectiva. Los lituanos intentarían sorprender con un juego rápido, muchos lanzamientos abiertos y rápidos contraataques, mientras que Argentina no iba a perder su seña de identidad, vivir desde los constantes pick&rolls y un juego pausado.

El partido arrancaba sin sorpresas, con Argentina jugando ataques muy trabajados y Lituania atacando rápido desde el exterior igualando cada uno de los puntos del equipo sudamericano. Los bálticos intentaban revolucionar, sin acierto, el juego en la pista, ya que, como era esperado, Prigioni disponía del total control del tempo. Pocius y Jasaitis abrían una pequeña brecha con dos buenos triples y un contraataque, mientras Scola no veía aro (1/5 en tiros en los primeros cinco minutos y 17-10 para Lituania). Kemzura daba entrada a Maciulis apretando en defensa y consiguiendo incrementar la diferencia con dos rápidas transiciones del alero. Argentina tiraba de rabia, personificada en dos maravillosas jugadas de Jasen, pero Lituania se mantenía infalible desde 6,25 (4/4 en triples) y llegaba al final del primer cuarto con una cómoda ventaja (28-18 tras una penetración de Delininkaitis).

Meter a Scola en la dinámica de partido tenía que ser el gran objetivo del equipo argentino, prácticamente fuera de partido mentalmente tras un comienzo horrible en defensa, martilleado por el equipo lituano una y otra vez. Los lituanos estaban totalmente "on fire", incrementando con rapidez la diferencia en cada jugada, manteniendo un increíble acierto desde el exterior (8/8 de los bálticos con 3 de Jasaitis por 0/9 de los argentinos). Argentina se mostraba como un equipo muy mediocre, buscando únicamente el recurso de un errático Scola (3/10 en tiros) y eso le perjudicaba gravemente tras los veinte primeros minutos de partido, cayendo por un claro 50-30.

El equipo argentino debía encontar su mejor juego, tanto atrás como en ataque, ya que estaba siendo completamente arrollado por una locomotora lituana que funcionaba a base de magníficos triples… y que seguía funcionando en el comienzo de la segunda mitad. Los de Sergio Hernández estaban completamente fuera de partido y ni las intentonas de un desacertado Scola conseguían reducir la diferencia… sino que al contrario. Dos triples de Pocius y Jasaitis llegaron a incrementar la ventaja hasta los treinta puntos (66-36) en menos de cinco minutos. El seleccionador argentino colocaba una zona 3-2 para reducir la ofensiva lituana y con tres triples de Prigioni, Delfino y Jasen, los argentinos reducían la diferencia poco a poco hasta 21 puntos… antes que Kleiza, Delininkaitis y Maciulis dejaran la ventaja en unos definitivos 32 con los que se llegó al último cuarto. Lituania, en 30 minutos, ya estaba en semifinales… con un tercer cuarto de hasta ¡35 puntos!.

En el último cuarto, el equipo báltico se dedicó a impedir cualquier acercamiento posible de los argentinos, manteniendo un arrollador juego que pasó por encima de una muy gris Argentina y acabando con siete jugadores por encima de los doce puntos. Momentos de espectáculo, con los lituanos disfrutando realmente de su juego y con una Argentina que acabó maquillando una muy dura derrota dando entrada a jugadores que no habían disfrutado de muchos minutos, como Marcos Mata, Juanpi Gutiérrez o Paolo Quinteros (104-85)

Impresionante encuentro de Lituania en general, con muy buenos porcentajes de equipo (56% en tiros de dos, 50% en triples y 78% en tiros libres), liderados por un genial Kleiza, autor de 17 puntos y 9 rebotes. Además, destacaron los 19 de Jasaitis (4/7 en triples), los 16 de Pocius y Delininkaitis. En Argentina, solamente Delfino acabó cerca de su nivel, con 25 puntos, quedándose Scola en sólo 13.

Resumen del encuentro: