¡Qué difícil es hacer crónicas sobre los partidos que juega Olympiacos! Siempre intensos, siempre peleados y llegado enero y el TOP16 siempre (o casi siempre) con los griegos vencedores. Entre este encuentro y el celebrado en el mismo escenario hace dos meses, solo un cambio: el clásico crecimiento del Oly de la primera fase a la segunda ronda. Hoy Baskonia lo ha dado todo, pero no ha estado cómodo en ningún momento del partido. Un poco de falta de acierto, un poco de falta de intensidad para igualar la planteada por el equipo griego. Aunque nunca perdió la cara al partido, nunca pareció verdaderamente cerca de ganarlo. Un duro choque donde las palabras previas de Perasovic también se hicieron realidad: "El arbitraje se adapta a ellos antes de que ellos se adapten al arbitraje". Olympiacos es muy bueno, muy intenso y muy duro; como todos los años, un equipo que es claro candidato a la Final Four.

El partido arrancó relativamente igualado. Unos primeros minutos donde el Baskonia marcó el ritmo con su acierto gracias canastas de Adams y Causeur (7-3), que fueron rapidamente respondidos por Olympiacos con un parcial de 0-7 que le permitiría tomar el mando del partido a los cinco minutos de partido, liderazgo que no perdería hasta el final de partido. Othello Hunter comenzaba el partido dominando bajo los aros y, con 8 puntos y 2 rebotes en ocho minutos, marcaba el primer cuarto. Eso puntos, sumados a los mismos 8 de Mantzaris permitían a los griegos dominar al final de los primeros diez minutos: 18-24.

Arrancaba el Laboral Kutxa el segundo cuarto con toda la intención de acortar distancias y, por un momento pareció que lo conseguiría. En un partido intenso y lleno de interrupciones, los azulgranas consiguieron hilar unos minutos de buen baloncesto y una gran defensa, y con un parcial de 10-5 en los primeros cinco minutos del segundo cuarto lograrían cerrar el marcador hasta un 28-29. Pero en ese momento, los pesos pesados del Olympiacos despertaron. Mantzaris, Printzesis en dos ocasiones y Spanoulis aglutinaron las canastas de un nuevo parcial de 0-8 en menos de tres minutos que rompería la reacción baskonista. Una nueva canasta de Spanoulis permitió al Oly llevar a los diez puntos de ventaja en el último minuto de la primera parte, pero una gran canasta a aro pasado de Shengelia, con asistencia de Fabien Causeur, en el último segundo dejaría finalmente en nueve la desventaja local al descanso: 34-43.

El tercer cuarto siguió un camino similar. En un choque marcado por la intensidad y por el criterio arbitral de permitir muchos contactos, los parciales para uno y otro equipo fueron constantes. La vuelta de vestuarios trajo consigo un Olympiacos dispuesto a romper el encuentro y cerrarlo cuanto antes. Dominó claramente los cinco primeros minutos de cuarto, y de la mano Printezis y Hunter se despegó en el marcador hasta los 17 puntos de ventaja: 38-55. Aunque todo parecía sentenciado, si algo se puede decir del Baskonia de esta temporada es que nunca baja los brazos; y hoy tampoco. Dos minutos, solo dos. Un parcial de 11-0 devolvió a los de Velimir Perasovic al partido (49-55). Fueron minutos donde el técnico del Olympiacos sentó a la vez a Spanoulis y Mantzaris, demasiado para su equipo. Hoy el Olympiacos ha controlado el partido, pero sobre todo gracias al cuarteto integrado por los dos citados, Printezis y Hunter. Fuera de ese cuarteto, mucha intensidad pero poca resolución. El retorno de de la dupla Mantzaris/Spanoulis devolvió el partido a su cauce, al del control griego. Un 56-62 al final de tercer cuarto, que permitía seguir soñando a la hinchada baskonista con una nueva machada.

Pero si una capacidad innata tiene el gran Vassilis Spanoulis es la de romper ilusiones ajenas. Un triple fallado por Hanga, respondido por un triple suyo y un dos más uno de Shawn James a pase de Mantzaris que rompían de nuevo la igualdad nada más arrancar los últimos diez minutos: 56-68. A partir de ahí, remar a contracorriente. Un Baskonia sin fluidez en todo el encuentro no halló la manera de poner nervioso a un Olympiacos que sabe dominar partidos y que en enero siempre está en mejor forma que nadie para asegurar el pase a cuartos de final de la Euroliga. Mike James y Bourorusis tiraron de los vitorianos hacia un objetivo que se torno imposible; eso sí, nunca perdió la cara al partido el Baskonia. Incluso en días aciagos como hoy, el retorno del cacareado Carácter Baskonia se ha vuelto a demostrar. Un partido que, gracias a una falta de criterio arbitral alarmante, se ha tornado excesivamente duro por momentos, pero del que los baskonistas no han querido irse ni aún perdiendo de 17 a mitad del tercer cuarto. El 76-82 final es una derrota dolorosa, pero de la que hay que aprender. Estar en un grupo de TOP16 con cuatro favoritos claros no va a ser fácil, pero el Baskonia ha gritado hoy a los cuatro vientos que no será por falta de deseo. Quien quiera ganarle, quien quiera apearle de su sueño de pasar al TOP8, deberá ganarle en la cancha como hoy lo ha hecho Olympiacos; jugando mejor y demostrando su superior calidad.