1. Argentina tomó ventaja gracias al trío Campazzo-Scola-Delía. Al final, el resultado no fue ni mucho menos abultado, pero durante algunos tramos del partido Argentina exhibió una defensa que rozó la perfección, como la del tercer cuarto, que dejó en 7 puntos a Rusia. Entre el segundo y el tercer periodo, el trío llevó en volandas a su selecicón y, cuando no era uno, era otro. Es cierto que Delía fue más intermitente, pero en el tiempo que estuvo en cancha aportó mucho. La pareja Campazzo-Scola fue más determinante si cabe, ya que el base del Real Madrid supo gestionar casi todos los ataques y anotó la canasta que sentenció el partido, mientras que Scola también completó una buena actuación.

2. Nadie puede dar a Rusia por muerta. No nos engañemos: ya en el segundo cuarto, con el parcial de 15-0, muchos pensaron que el encuentro tendría poca historia. Campazzo y Scola se sintieron al 100% y por parte de Rusia nadie parecía liderar la reacción. Nada más lejos de la realidad: tras el paso por los vestuarios, los rusos empezaron a carburar, a ponerse las pilas y, a base de remar y remar, llegaron al último cuarto con opciones. Esto fue debido al parcial de 11-0 y al esfuerzo incansable de Zubkov y Kurbanov, que al final no pudieron impedir la derrota final.

3. Primeras de grupo a base de contención. Cada victoria cuenta y esta tiene más valor si cabe. Argentina y Rusia se clasifican para la próxima fase y Campazzo, Scola y compañía todavía tienen mucho que decir. No se postularon como favoritos, pero a medida que va avanzando el torneo se está mostrando como una selección sólida, con las ideas claras y capaz de reaccionar cuando las cosas van mal. Enfrente no han tenido un mal equipo -pese a las carencias evidentes- y la dureza mental de no dejar que se pusieran por delante ha dicho mucho de este combinado argentino. Veteranía, experiencia y calidad al servicio del Mundial.

En el partido que decidió el primer puesto del grupo, hubo mucho desacierto en los minutos inciales. Muchos errores en el tiro y unas defensas que se impusieron con claridad: mientras que en Rusia ningún interior logró hacer daño en la zona, en Argentina solo Delía estuvo acertado sin fallo en el tiro. Aun así, sin ningún equipo liderando, los rusos, con un equipo más versátil -Vorontsevich, Zubkov y Kurbanov-, tomaron una ligera ventaja a dos minutos de finalizar el cuarto (13-7, min. 8). En el último tramo, Campazzo se echó el equipo a la espalda y dejó 17-12 tras 5 puntos casi consecutivos.

Precisamente el base del Real Madrid robó un balón a los pocos segundos de iniciarse el segundo periodo y Scola culminó el contraataque. Después, un triple del propio Scola colocó de nuevo la igualdad absoluta y obligó a Bazarevich a solicitar tiempo muerto (17-17, min. 12). El planteamiento defensivo de los argentinos -Rusia, 4 minutos sin anotar-, más agresivo, junto con la exhibición de Campazzo y la calidad de Laprovittola hicieron que el parcial fuera de 15-0 (27-17, min.14). En los dos minutos sigueintes, los rusos no solo cortaron la sangría rival, sino que se acercaron con los puntos de Vorontsevich y Kurbanov, pero desaprovecharon más de una oportunidad para seguir acercándose -12 pérdidas en la primera mitad-. Y el combinado dirigido por Sergio Hernández no es de aquellos a los que puedas dar cancha, porque con la ayuda de los tiros libres (Scola y Deck), Argentina cerró el cuarto con un 33-39 favorable.

Marcos Delía empezó el periodo como empezó el encuentro, es decir, como referente anotador. El ritmo fue muy elevado y los ataques, muy cortos. No obstante, estas transiciones rápidas y lo tiros a los pocos segundos de posesión no se tradujeron en puntos tiraron de talento interior -Delía y Scola- para superar los 10 de diferencia (38-50, min.25). Aunque Zubkov lo intentó una y otra vez, los argentinos movieron el balón, leyeron mejor el partido y se centraron en la defensa para dejar en 7 puntos a Rusia en el tercer periodo (40-53).

Rusia movió bien el balón y en cuestión de dos acciones volvieron a meterse en el partido. Kurbanov y las imprecisiones y errores apretaron más el marcador y subió los ánimos de una Rusia que, durante muchos minutos, parecía estar tocada y casi hundida (51-53, min.33). El parcial llegó a ser de 11-0 en unos minutos donde el juego se tornó muy pausado y con muchas faltas hacie el ecuador del periodo. Rusia había dado un paso adelante y siguió aprovechando las virtudes de sus hombres altos para llegar a los últimos minutos con muchas opciones (57-60, min.38); delante, una Argentina que sobrevivió las embestidas rivales a base de tiros libres. A falta de algo más de un minuto, los europeos perdieron un balón crucial y, aunque Sopin anotó para colocar el 61-63, pero una bomba de Campazzo sentenció un encuentro que acabó 61-69.