Theodoros Papaloukas ha estado durante los tres últimos años, al borde de la gloria, años en los que se ha hecho conocido para el gran público, público que hasta ahora lo conocía por ser un muy buen base, un batallador que siempre se dejaba hasta el último aliento por su equipo. Hoy, con 29 años recién cumplidos, ha dado el gran salto, de gran jugador, a superestrella a nivel europeo. Nunca se borrará de su memoria la temporada 2005-2006, temporada, en la que él ha sido el auténtico protagonista del baloncesto europeo.
A pesar de todo, Theodoros ha sido un jugador de explosión tardía, hasta hace cinco años no había jugado nunca en la máxima competición europea. Yo nunca fui considerado un jugador de primera clase. Era un buen jugador pero siempre había alguien mejor que yo. Eso siempre me dio motivación para seguir trabajando fuerte e intentar alcanzar el máximo. Prueba de estas palabras, es que Theodoros apartó su sueño de estudiar agricultura en la universidad para trabajar más fuerte e intentar llegar al más alto nivel competitivo.
Debutó en la primera división de joven, jugando algunos partidos con el Abelokipi, que bajó a la segunda división ese año, lo que le permitió jugar muchos minutos, la mayoría en la posición de tres. Papaloukas estaba progresando, y varios equipos se interesaron por él, acabando firmando por el Dafni en 1997, y llevándolo en su segunda temporada a la máxima competición griego, siendo él, el mejor jugador, lo que le permitió firmar por el histórico Panionios, donde con Andrea Matson en el banquillo no disfruto de muchos minutos, algo que cambió con la llegada de Subotic.
El base ateniense empezó a llamar la atención, y tras participar en un training camp con los Bucks, firmó un contrato por cuatro años con el Olympiacos, donde jugó una temporada, ganando la copa griega y perdiendo la liga contra el AEK en el último partido. Al final del año quedó libre, ya que buscaba nuevos horizontes, él quería un gran equipo, y tras sopesar las ofertas que le realizaron Makedonikos y Lleida, en verano le llegó la oportunidad de embarcarse junto a Hatzivrettas en el nuevo CSKA de Moscú, cuyo objetivo era alzarse con la Euroliga.
En sus tres primeras temporadas, el CSKA fue uno de los mejores equipos de la Euroliga, hasta llegar a la Final Four, donde nunca conseguían pasar de semifinales, el año pasado en su casa ante el Tau. La temporada del CSKA fue impecable hasta la cita de Moscú, pero eso no sirve de nada, si luego se muere en la orilla: nadie se acuerda de nuestro increíble record hace un año. La gente solo se acuerde de la victoria del Maccabi. Este año antes de atacar por cuarto año consecutivo la Euroliga, Papaloukas fue el mejor jugador de su selección, liderándola hacia el título Europeo de selecciones.
Ahora después de celebrar este título con su afición, a la que quiere y respeta, al igual que respeta a las demás aficiones como la del Tau y el Maccabi, que nos felicitaron en el aeropuerto, quiere concentrarse para intentar ganar la triple corona. Algo que está a su alcance, ahora que está en la cumbre, que es cuando te das cuenta lo duro y lo que has tenido que trabajar para llegar a ella, pero ahora allí, me siento genial.