Esta temporada la Euroliga tiene un brillo especial para los equipos helenos que en ella participan. Mención especial para los grandes: Olympiacos y Panathinaikos. Sumar un entorchado europeo a su palmarés es algo que no tiene precio, pero hacerlo en tu propia casa alcanzará unos niveles de emoción inimaginables.

Por este motivo el PAO no ha dudado en invertir hasta el último euro en la confección de una de las más amplias y mejores plantillas que se han visto en el Viejo Continente; teniendo que sobreponerse a la importante baja de Vasilis Spanoulis.

Uno de los fichajes de mayor repercusión ha sido el de Tony Delk. Todo un veterano con un amplio currículum NBA. El jugador norteamericano no llega como una superestrella, y se limitará a cumplir el mismo papel que ha tenido durante tantos años en los States. Sin embargo, recordando su pasado nos encontramos con varios momentos que muchos aficionados griegos desearían que se repitiesen este año al otro lado del charco. Volvamos la vista atrás entonces… .

El primer gran momento: Final NCAA 1996 (Kentucky-Syracuse) (1/4/1996)

Panathinaikos no ha sido el primer superequipo en el que ha tenido el honor de jugar Tony Delk. Pues antes de su salto al baloncesto profesional tuvo el privilegio de pertenecer a una de las escuadras universitarias más potentes y famosas que se recuerdan en el baloncesto moderno. Más allá del prestigio histórico que la Universidad de Kentucky posee, la temporada 1995/96 siempre estará en la memoria de muchos gracias al fantástico y completo grupo de jóvenes que compartieron vestuario y vistieron la elástica de los Wildcats.

Hasta nueve jugadores que formaban parte de aquel conjunto llegarían posteriormente a jugar en algún momento en la NBA. Igualando la mejor marca que se ha dado nunca, pues comparten proeza con la UCLA de la campaña 81/82 y UNC una década después (90/91). Los elegidos fueron: Tony Delk, Derek Anderson, Walter McCarty, Mark Pope, Ron Mercer, Antoine Walker, Nazr Mohammed, Wayne Turner y Jeff Sheppard.

Pero este no fue el único registro histórico que lograron alcanzar, pues aquel año la diferencia (media) por la que se imponían en sus partidos fue de 22 puntos, siendo capaces de lograr 27 victorias consecutivas y tan sólo caer derrotados en dos partidos a lo largo de toda la temporada, para terminar con un record de 34-2.

Todo esto no podía finalizar de otro modo que no fuese con la consecución del campeonato nacional. Siendo Tony Delk uno de los principales protagonistas en los momentos claves del NCAA Tournament.

Delk, poseedor de una de las capitanías del equipo al encontrarse en su temporada senior, acumuló actuaciones de mérito a lo largo de todo el torneo. Mostrando su liderazgo y brillando con luz propia, especialmente, en el momento más importante del año: la Final Four celebrada en el Continental Airlines Arena (New Jersey).

Ya en la semifinal ante UMass (de Marcus Camby) se fue hasta los 20 puntos, siendo el máximo anotador de los suyos en la victoria por 81-74. Pero también superaría la barrera de la veintena de puntos en la gran final ante los Oragemen (liderados por John Wallace). Exactamente serían 24 los tantos anotados, con una espectacular serie de 7 de 12 en triples; y aderezados con 7 rebotes. Números de enorme incidencia en el devenir del encuentro, posibilitando la consecución del título (76-67). Habían pasado dieciocho años del último entorchado. Dicha actuación le valdría el premio al mejor jugador del encuentro.

La NBA le esperaba… .

El segundo gran momento: NBA Regular Season 2000/01. Suns-Kings (2/1/01)

La carrera de Delk en la mejor liga del mundo siempre ha estado marcada por la semejanza de roles que ha tenido en cada una de las franquicias para las que ha jugado: combo-guard de importante capacidad anotadora saliendo desde el banquillo.Y en los Phoenix Suns de la temporada 2000/01 no iba a ser diferente.

Sin embargo, esa única campaña (completa) que vistió los colores de los de Arizona será recordada por siempre, ya que con su “casi eterno” doble-cero a la espalda firmó su mejor actuación como jugador de baloncesto. Siendo capaz de anotar 53 puntos a los Sacramento Kings. Cifra a la que sólo suelen llegar las grandes superestrellas de la liga, por lo que el mérito es doble en su caso. Pero como muchas de las grandes gestas deportivas, ésta también tiene su anécdota. Porque nuestro protagonista accedió a la titularidad ese día de forma inesperada y como consecuencia de la baja por lesión de Mario Ellie. Sin este percance, nada hubiese sucedido.

No desaprovecharía su oportunidad. Durante los dos primeros cuartos su duelo anotador con Pedja Stojakovic acaparaba la mayor atención posible de aficionados y prensa. Mediado el tercer periodo, nuestro protagonista ya había alcanzado su mejor registro anotador como profesional (28 puntos), para un total de 36 al final del mismo. Canasta tras canasta, tiro tras tiro alcanzaría los 50 con el fin del tiempo reglamentario. Anotando tres más en la prórroga que se tuvo que disputar esa noche. La FOX (televisión que retransmitía el evento) no paraba de repetir sus acciones… . Pero esta vez, y pese a lo igualado del choque no sirvieron para hacer ganar a su equipo (117-121).

El repertorio mostrado por Tony Delk fue amplísimo. Lanzamientos exteriores saliendo de los bloqueos o tras bote, 1c1, penetraciones, lanzamientos de media distancia o tras media penetración, tiros libres… . Rick Adelman no encontraba forma de frenarlo pese a rotar sobre él a tres defensores diferentes: Jason Williams, Bobby Jackson y Doug Christie (el mejor de aquella plantilla en esa faceta). Totalmente imparable. Sus stats: 53 puntos y 6 rebotes, con 20/27 en tiros de campo y 13/15 tiros libres.

“Me estaba sientiendo muy bien. Siendo agresivo, algo que hago en cada partido. Pero era una de esas noches… y mis compañeros me hicieron llegar el balón”

“Estás ahí fuera y el aro te parece tan grande como un océano”

La gran actuación de Delk aquella noche no pasó desapercibida para nadie, ya que había sido la mayor exhibición anotadora que se había contemplado en el Arco Arena nunca. Superando los 51 puntos que Dominique Wilkins anotara el 16 de Febrero de 1988. Además entraría en la historia de los Suns, al ser el cuarto jugador en conseguir 50 puntos o más en un encuentro (Tom Chambers –dos veces en menos de un mes-, Charles Barkley y Clifford Robinson fueron sus antecesores). Una lista a la que se sumaría Amare Stoudemire cuatro años más tarde.

Los Kings habían sido su equipo un año antes. Y ya se sabe, la venganza es un plato que se sirve frío.

¿Con cuál de ambos momentos se quedaría el propio Tony Delk?

Imagino que esta cuestión os la podéis estar haciendo muchos de los que pacientemente estéis finalizando este texto; he de reconocer que a mi fue una de las primeras que se me vino a la mente. Por suerte, no quedará en otra de esas preguntas sin respuesta, ya que fue contestada en una entrevista que concedió a Sporting News hace un tiempo. Estas fueron sus palabras:

“Me quedaría con la consecución del campeonato universitario. Fue una meta por la que nosotros estuvimos trabajando muy duro. Es algo que nadie podrá arrebatarme”