Velimir Perasovic es un producto directo de la cantera de Split, subiendo por los equipos inferiores hasta alcanzar el absoluto en 1985, con 20 años. Estuvo en el momento apropiado y en el lugar apropiado, y ganó cuatro ligas yugoslavas consecutivas entre 1987 y 1991, dos copas (1990 y 1991) y la primera copa croata (1992), pero el cenit con el equipo de su ciudad lo conformaron esos tres entorchados continentales entre 1989 y 1991, en una jovencísima plantilla en que él era de los más veteranos. Todos conocemos sus logros con posterioridad en la liga ACB, en diferentes plazas como Lugo, Vitoria, Fuenlabrada o Alicante. A su retirada optó por volver al equipo de su tierra como director deportivo, justo tras ganar éste la liga croata con lo que podríamos llamar un equipo para soñar, y con su excompañero Dino Radja como presidente. Los problemas económicos no tardaron en hacerse presentes y Peras volvió a hacer el viaje Croacia-ACB, para hacerse cargo del Caja San Fernando y este año del Baskonia, con el que tratará de batir récords en esta Final Four: puede convertirse en el primer entrenador en ganar el título como entrenador y jugador, en convertirse en el primer debutante (en la Final Four y en la propia Euroliga) en alzarse con el trofeo y además no podemos olvidar, como mencionó él mismo, una motivación personal: evitar que el Maccabi se una a esa exclusiva dupla, conformada por el ASK Riga y el Split, de equipos que han ganado tres títulos europeos de máximo nivel consecutivos.
Zoran Savic era, como Ivanovic, uno de los pocos no-croatas de ese mismo equipo: nacido en Bosnia-Hercegovina pero de nacionalidad serbia, llegó a un equipo ya campeón de Europa en 1989 donde disfrutó de éxitos antes de pasar a la ACB (militando en el Barcelona en dos etapas- y en el Real Madrid), Grecia, Turquía e Italia, donde añadió una Euroliga más a su palmarés. Zoran eligió la vía de los despachos, y este año se estrena en este sentido en la ACB, con su excompañero Ivanovic en el banquillo, tratando de ganar una Euroliga que rozó con los dedos como director deportivo de la Fortitudo en 2004, cuando su equipo cayó de forma amplia contra el Maccabi, que iniciaba su reinado continental.
Como puente entre esa generación y la de los últimos tiempos tenemos a Nikola Vujcic, un genial producto de cantera de Split en una época más bien yerma. Debutó con el primer equipo en 1995, jugando allí hasta 2001, en que fichó por el equipo macabeo, aunque pasó una temporada cedido en Francia. Su periplo en el equipo dálmata se vio privado de triunfos colectivos salvo una solitaria Copa en 1997, si bien se ha podido resarcir de ello con los títulos sin descanso de que goza en el Maccabi. De hecho en esta Final Four se puede unir a otros dos protagonistas de este artículo, Perasovic y Savic, en poseer en sus vitrinas tres Euroligas como jugador. Su calidad bien puede contribuir a lograr esa meta.
El Split no es ni una sombra de lo que fue, si bien es capaz de sobreponersea la continua fuga de talentos, y esta temporada vuelve a batallar por el título de la mano de dos talentosos y jovencísimos jugadores como son Franko Kastropil y sobre todo Hrvoje Peric, con la valiosa adición del americano Duane Woodward.
Perasovic, Ivanovic, Savic, Vujcic, Ukic. Son el pasado, el presente y el futuro de los telentos que han desplegado su arte en la turística ciudad dálmata. Y todos ellos pasearán el estandarte de la ciudaden la que será la capital del baloncesto europeo en el mes de mayo: Praga.