Llegábamos al presente encuentro entre dos equipos que venían de muy buenas victorias en casa, con Milano derrotando a Efes y Baskonia apalizando al Fenerbahçe de Obradovic.

El partido, de este modo, comenzó con igualdad. Los primeros compases se dieron con un parcial de 1-5 para Baskonia, con Larkin carburando en ataque. No tardó Gentile en despertar y, sacando faltas y asistiendo un triple de Dragic, Milano se colocaba por encima: 6-5. Durante los primeros cinco minutos el ritmo no era malo, llegando a estar en un 12-11. Sin embargo, fue decayendo poco a poco, y nos vimos en un 14-15 con dos minutos y medio por jugar.
En este momento, Milán apretó el acelerador. Y sin prisas, pero sin pausas, lograba implantar una defensa sólida y encontrar acierto en ataque (75% en T3 en este primer período). De la igualdad, el resultado pasó a ser 20-15. Y, a pesar de un tiempo muerto de Sito Alonso, los italianos no daban tregua, alcanzando una máxima de 10 puntos gracias a un buen juego coral y a un triple en el último segundo de Kalnietis. 27-17. Baskonia cometía errores y estaba falto de ideas, mientras que los milaneses encontraban su lugar dentro de un ritmo poco veloz para estos dos conjuntos.

En el segundo cuarto las cosas no cambiaron. Un blando Baskonia, que veía cómo Voigtmann y Diop hacían dos faltas con rapidez, era superado por el juego interior local. Pascolo entraba anotando 4 puntos consecutivos, y Sanders comenzaba su show particular. Tras un triple del ala-pívot estadounidense, Milano alcanzaba una máxima de 15 puntos con cuatro minutos jugados (36-21). Y, gracias a defender intensamente y a un ataque baskonista caótico, se iban a un 41-23 muy rápidamente, tras un dos más uno de Macvan.
El equipo patrocinado por Armani mostraba una tensión muy alta y realizaba los 1×1 y 2×2 muy eficientemente, aprovechando los cortes de los interiores más rápidos. Solo Bargnani intentaba mostrar algo de pundonor en estos momentos, con un matazo a una mano por el carril central. Pero no era suficiente, ya que Sanders estaba de dulce, y lideraba a los suyos a base de acierto exterior (10 puntos al descanso para él). Un triple de Voigtmann ponía a los vitorianos a 10 puntos, pero dos acciones consecutivas de Hickman (una tras un error garrafal de Luz) colocaban a los suyos con un 49-35. Milano sabía a qué jugaba y su ritmo atrás era otro, con todos los jugadores aportando. Baskonia, por su parte, estaba agarrotado en ataque y sin la tensión adecuada en defensa.
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Tras el descanso, la primera canasta venía de la mano de Raduljica. Y, poco a poco, Baskonia iba hundiéndose. Ejemplo de ello es la siguiente jugada de Milano, en la que fallan Macvan y Hickman, pero tienen la suficiente energía como para recuperar el rebote, mientras los jugadores alaveses están descolocados, con las miradas perdidas y con los brazos por lo bajo. A destacar el desacierto en el tiro por parte visitante en contraposición a los de Repesa: Baskonia no llegaba al 25% en lanzamientos triples en estos momentos, mientras que su rival superaba el 50% en tiros de campo.
A partir de este momento, Larkin y Voigtmann se pusieron las pilas. El pequeño base estadounidense fue a contracorriente de su equipo, cuajando una brillante actuación (a pesar de los numerosos cambios de Sito, producto del miedo a las faltas): 21 puntos, 4 rebotes, 9 asistencias, 4 robos y 36 de valoración. El alemán, por su parte, acumuló 16 puntos y 6 rebotes en su cuenta. No obstante, nadie los acompañaba, y a pesar de que trataban de acercarse, Baskonia nunca logró bajar de los 10 de diferencia. Un triplazo de Sanders con un jugador encima, sumado a un mate suyo en la siguiente jugada y a otro lanzamiento de tres de Abass, hacía que se marcharan al último cuarto con 72-56, a pesar de un último triple desesperado de Blazic.

La impresión era de absoluto dominio italiano. A pesar de los bajones milaneses, los de Sito no sabían cómo meterse en el partido. Por un lado, se encontraban con una buena intensidad defensiva, y por otro, estaban la precipitación y los nervios. Estos minutos sirvieron para que gente como Simon y Hickman redondearan sus respectivos encuentros con algunos puntos (acabando con 10 y 13, respectivamente). A Gentile no le hacía falta disputar minutos desde la primera parte (7 puntos y 10 de valoración) y los jugadores ya no estaban tan motivados. Las diferencias estuvieron alrededor de los 13 puntos en todo momento.
Al final, un contundente 88-76, más por sensaciones que por resultado. Milano mostraba sobriedad y lo único que hizo fue desarrollar el juego que viene haciendo las últimas jornadas. Sanders, dando una lección de tiro, siendo apoyado por todos sus compañeros (diez hombres con 5 puntos o más). Un irreconocible Baskonia se llevó una lección parecida a la de la última jornada en liga doméstica ante Valencia Basket. Deberán ser más ordenados y regulares atrás, y circular mejor el balón en ataque. La precipitación se da en muchas ocasiones.
Las impresiones de los técnicos:
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Las estadísticas del encuentro:

