“La Fe puede mover Montañas” es un buen dicho. La Final Four de la Euroliga 2008 trató de ello. Había mucha fanfarria, unos análisis baloncestísticos de millones de palabras, luces, medios de comunicación de todo el mundo, gente VIP de NBA y FIBA y fuertes y variados sonidos en el Palacio de los Deportes de Madrid. Al fondo estaba el desafío Fe-Montaña.-Maccabi, “la Fe”; CSKA Moscú, en el papel de ‘Montaña’.

Maccabi es a un equipo recuperado de un desastroso inicio de competición europea hasta llegar a la Final Four cumpliendo y creyendo todavía más en sí mismo tras su eliminatoria ante el FC Barcelona.

En un punto aparte…
Los azulgrana, recuperándose de cambios traumáticos y también condicionados por la leyde los clubes de fútbol (“cuando el fútbol anda mal…”), representan un club en
transición. Los cambios traumáticos hay que hacerlos a su debido momento. Y con la NBA a la vuelta de la esquina… ¿continuarán los catalanes fuera de juego?

Volvemos…
Maccabi también sufrió cambios traumáticos. Fue un cambio llevado a cabo por su sabio presidente –Shimon Mizrahi, todo un símbolo en el club macabeo-, que hizo de puente hacia un entrenador veterano –Sherf– que reaccionara cuando lo considerase oportuno. Maccabi fue creciendo hasta creer que podían convertirse en el club campeón de Europa. La fe les fue llevando ¿El obstáculo? El dicho, lo metafísico…

La fe y las montañas. En particular, esta montaña rusa, esta gran montaña. El CSKA contaba con el mejor equipo en Madrid y es sin duda uno de los mejores equipos desde que la Euroliga fue creada. El CSKA es un equipo que trae a la mente la potencia de los equipos de Dan Peterson y SIMAC de Milano: un lujoso base -Mike D’Antoni-, el mejor hombre alto en Europa -Dino Meneghin-, y Bob McAdoo; todo ello con la gran preparación de Peterson y Cassalini. Los gemelos Boselli como tiradores saliendo del banquillo y Gallinari (padre) como el ´sheriff´. CSKA tiene todo esto y mucho más. Sólidos, grandes pero compactos y bien preparados defensivamente, más atléticos… eran simplemente superiores a un Maccabi que tuvo la fe, pero no la fuerza para confirmar el dicho. Al final, La Fe sólo pudo intentar mover la Montaña.

Will Bynum fue una pequeña roca chocando contra montañas; Andersen, Holden y
Langdon
hicieron la montaña más grande todavía. La montaña ganó. Y ganará más. Puedes apostar por ello. Maccabi Tel Aviv nunca se irá. Tienen fe. Puedes apostar por ello. Algo hay que decir sobre los otros dos equipos.
Por lo tanto…

El TAU Vitoria no está jugando acorde a su potencial. Es así de simple. No me preguntes por qué. Lo que es importante es que el Tau tiene talento, habilidades, talla y velocidad para competir y derrotar al mejor. No lo hicieron. Tuvieron muchos minutos de buen (pero no excelente) baloncesto en la semifinal. Contra el CSKA muchos minutos sencillamente no es suficiente. El TAU hará cambios. Puedes también apostar por ello.

Por su parte, el Montepaschi Siena fue víctima de la fe del equipo de Tel Aviv. La fe llegó desde un profundo y oscuro agujero en la semifinal y dejó a Siena preguntándose por qué lanzaron tantas veces desde fuera. En un partido de cuarenta minutos, Siena lanzó 45 triples, ¡y eso son muchos triples! Lo sabrán hacer mejor la próxima vez. Fue maravilloso ver reconocidos en las Euro Stars del pasado. Muchos recuerdos. Grandes partidos, grandes jugadores y entrenadores. Una gran idea. Finalmente, en esta era del pick and roll, sugiero que más no es siempre mejor. Más alto, más veces no es siempre mejor. Sugiero que un speaker como el que hubo durante estos partidos es quizás contraproducente para el espectáculo. Pregunto si es necesario anunciar el nombre, número del jugador cada vez que hay una canasta. Más no es siempre mejor.

Al final ganó la Euroliga gracias a un torneo de alto nivel y fuertes emociones. Un espectáculo con todos los ingredientes. Una fiesta de buen baloncesto. I love this game. También puedes apostar por ello.