Un Ectomovil en forma de Cadillac lleno de luces y sirenas. Un conjunto de parapsicólogos poco ortodoxos y exentos de miedos y unas cuantas mochilas para cazar ectoplasmas con forma de derrotas y excesivas canastas en contra. Un ejército de esto necesita este Barça que vuelve a las andadas de hace unos días para reproducir cocos que parecían aparcados con las recientes victorias. Un grupo de cazafantasmas que cace nervios, pérdidas, imprecisiones y rebotes, muchos rebotes. Es lo que le hace falta a este Barça bipolar, capaz de atosigar a base de puntos a sus rivales a la vez que dejarse comer las tostadas de su zona con una defensa que llega siempre una décima tarde o no rota los ataques rivales para ceder el cuarto revés en Euroliga y comenzar a meter miedo y distancia hacia el primer corte de la competición. Una derrota para volver a reproducir fantasmas.  

Hoy comenzaba la sesión parapsicóloga con desenfado, alegría, muchas posesiones y pocos segundos, muchos tiros y también bastante acierto, como le apasiona a su entrenador. Al principio tino de los dos. Con el paso de los minutos, sólo de Efes y sobre todo de Ricky Ledo que con ocho puntos daba la primera ventaja a los suyos (11-19 min. 6) y obligaba a Alonso a parar el partido, porque nadie hasta este momento quería hacerlo. Sólo Seraphin ponía algo de resistencia a los duendes turcos.

Sangraba el Barça el rebote ofensivo de los pocos fallos de Efes en ataque, para irse hasta los 26 puntos en el primer cuarto (15-26). La diferencia en el rebote era insolente (4 frente a 14). Sanders parecía un jugador de playground por lo que se tiraba que no por lo que anotara y la percusión sobre la canasta local ponía el 17-28 y la diferencia de rebote en 5 por 18, con Claver y Oriola en la rotación interior y sin noticias de Tomic ni de su bigote.

Subía intensidades y líneas de pase con Pressey de cuchilla para hacer más difícil la rica rotación otomana y desencadenar los primeros cabreos del vehemente Perasovic, que paraba la cosa con el primer contraataque claro del Barça (23-30 min. 15). Stimac multiplicaba espíritus con sus continuaciones mientras el base suplente local se ensañaba en pasar la bola a la primera fila de aficionados y en sus ya típicos tiros al hierro de atrás. Tres triples desde Helsinki de Koponen compensarían los desajustes y el festival ofensivo de Ledo, con 15 puntos al descanso y virgen de fallos desde el triple. De alguna manera suspendía la hemorragia el Barça para llegar al descanso en 35-42.

Tras la necesaria sesión de reiki del descanso, cuatro puntos seguidos de Seraphin a la vuelta de la caseta daban aliento a la grada, hoy menos concurrida que otras noches, pero continuaban los regalos en forma de rebotes ofensivos para mantener los parciales visitantes.

Regresaban las sensaciones de tempestades pasadas, con un equipo que quería, que se dejaba la vida, pero que no le daba para voltear los envites de Perasovic. Cosa de fantasmas, que será. O de pizarras, también. Pasaban los minutos y las rotaciones y sujetaba la diferencia Efes desde la línea de libres, desde la que afloraban nuevos fantasmas: 5 tiros libres locales por 18 visitantes. Heurtel interpretaba lo que le pedían desde la banca con triples errados al sexto segundo de posesión y Mccollum le replicaba ya en el último minuto del tercer cuarto para poner la ventaja de nuevo en diez puntos (55-65) para llegar a la última pausa. Hacía más canastas el Barça, pero penaba su poca verticalidad para conceder hasta ocho puntos de ventaja desde el tiro libre.

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Stimac y su mano izquierda jugaban con Tomic ya en el último cuarto, para el +12 y los nervios locales. Aprovechaba el serbio su duelo con el croata para convertirse en el máximo anotador del partido. Y cuando los turcos no anotaban perdía el Barça sus opciones con pelotas a red o fuera de campo, como si de errores no forzados se tratara. El tercer triple sin fallo de Mccollum ponía otra máxima (61-76 min. 35) y el preludio de plácido final de partido para los visitantes.

Se venían de nuevo las sensaciones aparcadas con las victorias ante Olimpiakos y en Bilbao aunque Seraphin no se resignaba con dos mates seguidos. Nada que el base norteamericano y Stimac no supieran contrarrestar para liquidar la contienda y que asomen de nuevo los fantasmas por el Palau. 

 1 Un trío fantástico: 21 puntos de Ledo y Mccollum y 22 de Stimac. Con esos fantasmas aprovechaba Efes los canguelos y los nervios locales para robar una nueva victoria del Palau y sumar el primer triunfo tras cinco reveses anteriores. Desde el interior con una actuación casi perfecta del serbio o desde el exterior dominando siempre a sus pares en el 1×1, sacaban colores y puntos al sistema defensivo de Alonso para llevarse el partido desde bien temprano. Un tripartito feroz que se repartió todos los votos al plebiscito de MVP de la contienda.

2 El algodón de la estadística no engaña: el rebote, el tiro libre, el tiro exterior…por muchos lados sangraba hoy este Barça incapaz de cerrar su propio aro con una diferencia que llegó a ser escandalosa. Como lo fue la del tiro libre, ante un equipo que cede todo su potencial adquirido en el estío a la transición y el contraataque. Cuando el Barça no domina desde la defensa se vuelve un equipo vulgar sin capacidad para crear en el 5×5 ni leer ventajas que conceda la defensa local. Sus bases asumen directrices desde el banco para acudir en desbandada a la canasta, todavía con su caballería más pesada llegando a campo de ataque. Sólo el brío le da para equilibrar tácticas mejor concebidas, cuando se equilibran calidades.  No hay duda; las estadísticas con este Barça, no engañan.

3 Maduras peras: otro entrenador que pasa y deja huella en la casa blaugrana. Con una rotación ortodoxa, un par de escrupulosas normas y unos estiletes claros y definidos, hacía pupa donde más le duele a este Barça el experimentado entrenador croata, moviendo jugadores y pizarra para sacar los colores por cuarta vez a los de Sito. Subiendo líneas y asfixiando a los ¿bases? locales, abusando de los lentos pívots azulgranas en el 2×2 o aprovechando las caóticas recuperaciones defensivas se daban gusto los Ledo y compañía para ganar la partida incluso hasta sin apuros finales. Sabe mucho este Peras.