Comenzaba el partido con un Barcelona contundente y con las ideas muy claras, cargando el juego interior con un Kevin Seraphin descomunal, que dominaba la zona a placer. Los Hombres de Negro no conseguían frenar a los jugadores blaugrana, que marcaban el ritmo de partido. Solo la entrada en cancha de Álex Mumbrú, que cumplía su partido 650 en la Liga Endesa, conseguía reactivar la energía bilbaína e impedir el desastre (15-29). Los de Sito Alonso imprimían un ritmo altísimo al juego y hacían mucho daño a los locales, que les veían imponerse con comodidad. Tiraba de casta Álex Mumbrú, para dar la cara por los suyos, pero no conseguían reducir distancias los bilbaínos. Los Hombres de Negro trataban de mejorar su defensa, pero el acierto exterior de los blaugrana complicaba las cosas para los bilbaínos (36-55).

No cambiaba en exceso el escenario tras el paso por vestuarios, Thomas Heurtel dominaba el ritmo de juego a placer, y de él nacía el buen juego blaugrana. En esta ocasión era Lucio Redivo quien mantenía lejos del descalabro a los Hombres de Negro, mejoraban defensivamente los bilbaínos, que conseguían colapsar por momentos el buen ataque blaugrana. Ricardo Fischer se unía a Redivo, y el Bilbao Basket trataba de recortar distancias, pero el Barça volvía a subir el ritmo y desde más allá del arco devolvía el partido a su situación anterior (60-79). El Barça disfrutaba de cómodas rentas, y en Bilbao solo Redivo era capaz de dar buenas noticias a la Marea Negra. Los de Sito Alonso vivían relajados el final de partido, pese a los pequeños conatos de rebelión bilbaínos, que conseguían maquillar un poco el marcador final (83-104).